Fascismo

Entre los años 1920 y 1940, en medio de un contexto de posguerra, revanchismo y una compleja situación social, política y económica, surgiría en Europa un nuevo sistema de gobierno autoritario, antidemocrático, represivo, estatista y profundamente intervencionista.

Dicho sistema de gobierno sería conocido como fascismo, y encontraría en Benito Mussolini y Adolf Hitler a sus más dignos representantes.

Definición de fascismo

Se define al fascismo como un tipo de colectivismo metodológico en el que se establece que la nación o raza tienen una consciencia y voluntad propia, y que el Estado es su manifestación política.

Citas que definen al fascismo

Las siguientes citas —tomadas del ensayo seminal La doctrina del fascismo, escrito por Benito Mussolini y Giovanni Gentile en 1932— añaden más información, de manera didáctica, a la definición de fascismo antes planteada:

  1. Si quien dice liberalismo dice individuo, quien dice fascismo dice Estado.

  2. Para el fascismo, el Estado es un absoluto ante el cual individuos y grupos son concebibles en cuanto estén en el Estado.

  3. El Estado fascista tiene conciencia de sí, una voluntad propia.

  4. El Estado es el pueblo y el pueblo es el Estado.

  5. El fascismo niega que la mayoría, a través del mero hecho de ser mayoría, pueda gobernar las sociedades humanas; niega que esta mayoría pueda gobernar por medio de una consulta periódica; afirma la irremediable, fructífera y beneficiosa desigualdad de los hombres, que no puede ser nivelada por un hecho mecánico y extrínseco como el sufragio.

  6. El concepto fascista del Estado lo abarca todo; fuera de él no pueden existir valores humanos o espirituales, mucho menos tener valor.

  7. … el Estado fascista -una síntesis y una unidad inclusiva de todo valor- interpreta, desarrolla y potencia la vida entera de un pueblo.

Significado de fascismo

El término fascismo encuentra su raíz etimológica en el italiano fascismo, y este a su vez de fascio (haz), que deriva del verbo italiano fasciare (empaquetar).

Marcha fascista
Marcha fascista en el Palacio Marino de Milán de noviembre de 1928. Imagen de Wikipedia.

Asimismo, el término fascismo incluye al sufijo –ismo en su composición, lo cual establece la existencia de una doctrina, sistema o tendencia.

Así pues, en base al significado etimológico y a la connotación histórica del término, se puede definir al fascismo como una doctrina fundada en el ejercicio del poder mediante un partido único, la exaltación nacionalista y la organización corporativa.

Caracteristicas del fascismo

Características sociopolíticas

  • El fascismo descarta a los individuos y sus libertades.
  • Los ciudadanos pasan a ser subordinados de la nación o la raza.
  • El fascismo legitima cualquier acción del Estado siempre y cuando esta tenga como finalidad la obtención de un supuesto bienestar nacional, social o racial.
  • El valor que posee todo ciudadano es otorgado por el Estado. Así pues, cualquiera que esté fuera de este no posee valor alguno.
  • El fascismo es antidemocrático y se opone rotundamente al sufragio universal como método de salvación de la sociedad.
  • El fascismo es la antítesis del liberalismo, tanto en lo económico (capitalismo puro o Laissez Faire) como en lo político.
  • El fascismo es autoritario, represivo y violento, en caso de ser necesario.
  • El fascismo se opone al sindicalismo como un arma de clase.
  • El fascismo repudia el pacifismo y enaltece la guerra.

Caracteristicas económicas

  • El fascismo se opone tanto al socialismo marxista como al liberalismo económico.
  • Para el fascismo, la economía y sus elementos deben estar subordinados al control y a los intereses del Estado.
  • En caso de ser necesario, el fascismo debe planificar, regular e intervenir la economía, lo cual implica que:
    • Las empresas y el sector privado sean permitidas siempre y cuando estén subordinados totalmente a los planes del Estado por medio de diferentes estructuras gubernamentales.
    • El Estado controle las importaciones, el comercio internacional, el tipo de cambio, las inversiones, los salarios, los precios y cualquier elemento económico de ser necesario.
    • El Estado aumente el gasto público mediante obras públicas, planes de empleo, subsidios, dádivas y armamento militar.

Tipos de fascismo

Fascismo clásico o italiano

El 23 de marzo de 1919, en Milán, Italia, Benito Mussolini fundaría el partido político Fasci italiani di combattimento, mostrando por primera vez ante Italia y el mundo la doctrina y línea de pensamiento del fascismo como método de salvación ante el endeudamiento, el desempleo y la enorme crisis social y económica surgida tras el final de la Primera Guerra Mundial.

Relieve de Mussolini
Relieve de Benito Mussolini del escultor Publio Morbiducci para la Feria Mundial de 1942. Imagen de Flickr.

No obstante, en sus inicios el movimiento fascista no obtendría el apoyo popular esperado. Viendo sus planes frustrados, Mussolini se vio en la necesidad de tomar el poder político absoluto de Italia por la fuerza mediante un golpe de Estado conocido como la Marcha Sobre Roma, algo que sucedió entre el 27 y el 28 de octubre de 1922.

Así pues, Mussolini instauraría un gobierno caracterizado por la priorización de la nación, como colectivo, y la omnipotencia del Estado. En cuanto a la relación del fascismo italiano con la Iglesia Católica, y a pesar del ateísmo de Mussolini, lo cierto es que fue bastante neutral.

Asimismo, Mussolini evitó comentarios antisemitas, racistas y gozó de gran popularidad entre los musulmanes, llegando a ser proclamado como El Protector del Islam.

En consecuencia, se puede decir que este tipo de fascismo, pese a ser autoritario, es el más neutral y pragmático de todos en cuanto al eje social respecta, ya que no puede ser catalogado como conservador o tradicionalista ni mucho menos como progresista y anticlerical.

Si bien Mussolini es el más digno representante del fascismo clásico, ello no significa que haya sido el único. Así pues, en esta categoría se puede ubicar, aunque en menor medida, al británico Oswald Mosley.

Fascismo clerical

Por su parte, el fascismo clerical mantiene las características esenciales del fascismo, como el autoritarismo, la concepción omnipotente del Estado, el intervencionismo, la regulación y planificación de la economía y el desprecio y rotundo rechazo hacia al sufragio.

Francisco Franco y Benito Mussolini
La entrevista de Bordighera fue una reunión que mantuvieron Francisco Franco y Benito Mussolini el 12 de febrero de 1941. Fotograma de un vídeo de DMAX España.

Aunado a las características antes planteadas, el fascismo clerical añade conceptos religiosos, teológicos y tradicionalistas a su línea de pensamiento central.

Dentro del fascismo clerical se pueden señalar personajes como Engelbert Dollfuss, en Austria, Francisco Franco Bahamonde​​, en España, António de Oliveira Salazar, en Portugal, Corneliu Zelea Codreanu, en Rumania, y Ante Pavelić, en Croacia.

Nacionalsocialismo (nazismo)

Si bien el fascismo, por definición, es antidemocrático, represivo, autoritario, violento, intervencionista y reduccionista, el nazismo de Hitler lleva todas las características del fascismo a un punto aún más alto.

Asimismo, el nazismo reemplaza el concepto de nación, es decir, el Estado, por el de la raza. Por tanto, todo queda reducido a un determinismo y supremacismo racial y cultural, impregnado, inevitablemente, por una postura nihilista y darwinista tanto en lo social como en lo biológico.

El nacionalsocialismo del Partido Nazi de Adolf Hitler daba su beneplácito a prácticas como la eugenesia, la eutanasia forzada, el aborto selectivo y el exterminio racial, siendo el genocidio judío u Holocausto el más claro ejemplo de la línea central de pensamiento de la ideología nazi.

En este sentido, se puede clasificar al nazismo como la postura fascista más progresista, nihilista, antitradicionalista y anticlerical de todas.

Hitler y Mussolini.
Adolf Hitler y Benito Mussolini mantuvieron diecisiete reuniones entre los años 1934 y 1944. Fotograma de un vídeo de DMAX España.

Así pues, la ideología nazi, en lo social y cultural, distaba enormemente del fascismo clásico de Benito Mussolini y del fascismo clerical de Francisco Franco, pero compartía el autoritarismo político y el intervencionismo económico de ambos tipos de fascismos.

Personajes históricos de renombre que apoyaban al fascismo

Winston Churchill

Winston Churchill, quien fuese Primer Ministro del Reino Unido desde el 10 de mayo de 1940 hasta el 27 de julio de 1945 y cuyo liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial fue de vital importancia para otorgar la victoria a los aliados, intercambió correspondencia con Benito Mussolini en 1927, y en ella expreso de manera explícita que, si hubiese sido italiano, habría estado con Mussolini desde el principio hasta el final.

Mahatma Gandhi

Mahatma Gandhi, quien fuese el dirigente más destacado del Movimiento de Independencia de la India contra el dominio británico sobre el subcontinente indio (Raj Británico), visitaría Roma y conocería a Mussolini el 12 de diciembre de 1931. Tras su encuentro, Gandhi diría lo siguiente:

Él es un verdadero superhombre, alguien inalcanzable. Es el nuevo Mazzini de Europa.

Juan Domingo Perón

Juan Domingo Perón, quien fuese tres veces presidente de la nación argentina y el único en lograr tal proeza, visitó Italia en 1938 e intercambió unas palabras con Mussolini.

De esta manera, Perón tomaría elementos económicos del fascismo, como el intervencionismo, los planes laborales, las dádivas y subsidios, y los aplicaría durante sus mandatos, obteniendo como resultado gran popularidad y aprobación por parte de los argentinos.

John Maynard Keynes

John Maynard Keynes, quien fuese el padre del keynesianismo y uno de los economistas más influyentes del siglo XX, afirmó en 1936, en el prefacio de la edición alemana de su más célebre obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero, que sus ideas podían haber contribuido en aspectos teóricos a la economía alemana del Tercer Reich, pues estas eran mucho más fáciles de aplicar en un Estado totalitario que en un Estado democrático.

Joan Robinson

Joan Robinson, quien fuese colaboradora en la obra de Keynes Teoría general del empleo, el interés y el dinero, afirmó que Hitler había encontrado la cura al desempleo antes de que Keynes lo hiciese.

De esta manera, Joan Robinson apoyaba y veía correcto tanto la planificación como la regulación de la economía y el empleo en una nación, sin importar que para ello se deba o no recurrir al totalitarismo y al abuso de poder.

¿Las políticas económicas del fascismo son exclusivas del mismo?

John T. Flynn, quien fuese periodista y un acérrimo opositor al gobierno del presidente Franklin D. Roosevelt y a la participación de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, escribió As we go marching en 1944.

En dicha obra, Flynn analiza minuciosamente los elementos políticos y económicos del fascismo y los compara con las acciones emprendidas por el presidente Roosevelt durante el New Deal y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Flynn demuestra que las políticas económicas de Roosevelt, como la denuncia de la especulación financiera, las acciones en contra del patrón oro, la financiación de obras públicas con deudas y la regulación de los salarios, la competencia y la producción son muy similares a las políticas económicas fascistas.

Si bien Roosevelt no era fascista, ya que no era autoritario, totalitarista y/o represivo, sus políticas económicas sí iban en concordancia con las de dicho sistema de gobierno.

En consecuencia, se podría decir que las políticas económicas del fascismo, como el intervencionismo, la regulación y planificación de la economía y el empleo no son exclusivas de dicho sistema de gobierno, sino que se pueden encontrar en gobiernos de centro y centro-izquierda, incluso en gobiernos socialistas.

A pesar de que el fascismo rechaza abiertamente al socialismo marxista, sus políticas económicas se asemejan más a dicha ideología que al capitalismo puro o Laissez Faire.

Conclusión sobre el fascismo

En resumen, es preciso añadir que el fascismo, más allá de ser una antigua postura en el espectro político sepultada tras la derrota de Adolf Hitler y el Tercer Reich en la Segunda Guerra mundial, se mantiene vigente en las mentes de todos aquellos individuos y movimientos políticos que legitimen el poder del Estado o la raza sobre las libertades personales y económicas de los ciudadanos a favor del bien común, manifestado en un supuesto bienestar nacional, social o racial.

Así pues, toda postura reduccionista, estatista, intervencionista y autoritaria es, por tanto, fascista.

Referencias:

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