Hoy día, la importancia del dinero y su innegable inmersión en el ámbito cultural, político y social en los 194 países soberanos que hacen vida en el planeta es tal que resulta casi imposible imaginar un mundo en el que este no existiese. A continuación, os lo contamos.
Definición de dinero
Se define como dinero a todo activo o bien que es común y generalmente aceptado como medio de cambio por los agentes económicos —personas naturales o jurídicas que participan en las interacciones económicas de determinado mercado— y que, además, cumple las funciones de ser unidad de cuenta y depósito de valor.
Significado de dinero
El término dinero encuentra su raíz etimológica en el sustantivo latino denarius, moneda de plata utilizada en la antigua Roma como medio de cambio en sus transacciones económicas.
Características del dinero
Partiendo de que el dinero es un medio de cambio común y generalmente aceptado por determinados agentes económicos, es importante entender que su elección como medio de cambio no es arbitraria, sino que responde a determinadas cualidades y funciones objetivas.
Así pues, para que un medio de cambio sea elegible como dinero debe ser:
- Transportable.
- Divisible.
- Reconocible.
- Y, además, deberá tener un alto valor por unidad de peso.
En base a las cualidades antes expuestas, por regla general, el dinero debe ser un bien relativamente escaso. Ahora bien, el dinero no solo debe poseer, únicamente, cualidades y funciones en base a su función como medio de cambio, sino que también debe cumplir ciertos criterios en sus funciones como depósito de valor y unidad de cuenta. Estas son:
- Por su función de depósito de valor, el dinero debe ser:
- Ahorrable.
- Fácil de almacenar.
- Perdurable en el tiempo.
- Por su función de unidad de cuenta, el dinero debe ser:
- Contable (además, debe facilitar el cálculo económico y no entorpecerlo).
- Fungible (es decir, debe ser un bien que sea percibido como igual en su esencia siempre y cuando se respete su cantidad y calidad).
Tipos de dinero
En la actualidad, existen siete tipos de dinero. Estos son:
Dinero mercancía
Se considera dinero mercancía a todo dinero cuyo valor proviene estrictamente del bien del cual se compone en sí mismo.
Dinero representativo
Es un tipo de dinero que posee la cualidad de ser convertible al activo al cual representa (de ahí la razón de su nombre). En este sentido, se consideran dineros representativos aquellos que están respaldados en otros activos, como, por ejemplo, el oro, la plata y el petróleo.
Dinero fíat
Se considera dinero fíat o dinero por decreto a todo dinero que, contrario al dinero mercancía, no posee valor intrínseco, sino que su valor está fundamentado en su declaración como dinero por el Estado al cual está sujeto.
Dinero fiduciario
El dinero fiduciario es un tipo de dinero cuyo valor proviene estrictamente de la confianza que los mercados otorgan al mismo. Este tipo de dinero no está respaldado por metales preciosos ni por ningún otro bien económico.
Moneda
Debido a las cualidades que tiene (valor legal, valor intrínseco y unidad de cuenta), la moneda (pequeña pieza construida generalmente de metal acuñado en forma de disco y con distintos tipos de distintivos elegidos según la voluntad de la autoridad que la emite) es empleada como un tipo de dinero.
Papel moneda o billete
Se define como papel moneda o billete (trozo de papel impreso de tamaño mediano o pequeño y de distintos diseños) al método de cambio (dinero) cuyo valor es estrictamente fiduciario.
Dinero electrónico
El dinero electrónico es un tipo de dinero cuyo método de emisión es estrictamente electrónico (ya sea mediante una red de ordenadores, Internet o sistemas de valores digitalmente almacenados).
Asimismo, el dinero electrónico posee la capacidad de ser convertible a otros tipos de dinero, debido a que su valor puede ser expresado en función de otros métodos de cambio.
Historia del dinero: origen y evolución
El origen del dinero
Existen diversas hipótesis sobre el origen del dinero y cómo este comenzó a formar parte de las culturas de las antiguas civilizaciones. Sin embargo, de todas estas hipótesis, dos se erigen como las principales:
La teoría grecorromana sobre el origen del dinero
Según diferentes filósofos de la antigua Grecia y juristas de la antigua Roma, el dinero no tuvo un origen espontáneo. Estos filósofos y juristas aseveran que lo más probable es que el dinero haya surgido por el decreto de algún gobierno, o bien a modo de pacto entre los miembros de alguna comunidad primitiva.
El origen del dinero según Carl Menger
En 1892, el economista austríaco y fundador de la Escuela Austríaca de Economía, Carl Menger, publicó en The Economic Journal un texto titulado El origen del dinero.
Allí, Menger plantea un origen del dinero radicalmente distinto a la perspectiva grecorromana de la Edad Antigua, pues surgiría espontáneamente de las interacciones humanas cuando las condiciones para su existencia estuvieron presentes.
Las bondades y los problemas del trueque
Sobre los principios autárquicos, Carl Menger advierte de cómo estos limitan el desarrollo, la productividad y la satisfacción plena de las necesidades de una comunidad.
Por el contrario, añade que, cuando se instaura un sistema económico de intercambio directo de bienes (trueque), surge, como consecuencia, una división intuitiva del trabajo, la cual es, a priori, mucho más beneficiosa que optar por la autarquía en las mismas condiciones.
Esta teoría sobre la división natural del trabajo, más conocida como la ley de división del trabajo o ley de asociación de Ricardo, sostiene que cada persona decidirá producir aquello que le es más fácil realizar o en lo que es mejor para luego intercambiarlo por aquello que necesita o desea.
Asimismo, agrega que la división del trabajo deriva en la especialización del desarrollo de ciertos bienes, lo cual, a su vez, otorga un mayor nivel de productividad y, por tanto, un mayor beneficio.
Sin embargo, Menger advierte de que, en una sociedad sin dinero, es decir, donde el sistema económico imperante es el trueque, surgirán múltiples dificultades que, a posteriori, obstaculizarán la cantidad de acuerdos comerciales que podrían darse.
Así pues, Menger señala cuáles son los inconvenientes que deberá enfrentar una sociedad sin dinero:
- El problema de la doble coincidencia, es decir, que el intercambiador A posea, en todo momento, lo que el intercambiador B necesita, valora o desea, y viceversa.
- La indivisibilidad de algunas mercancías, esto es, el hecho de que algunos productos pierden su valor, para algunos, al momento de ser divididos, mientras que, para otros, generalmente para el dueño, no pierden su valor.
El intercambio indirecto de mercancías y la aparición de la moneda
Las problemáticas relacionadas con el intercambio directo de mercancías trajeron consigo de forma natural e intuitiva el nacimiento del intercambio indirecto de bienes.
En algún punto de la historia de la Edad Antigua, las personas se percataron de que la mejor manera de conseguir el producto que necesitaban era intercambiar primero sus mercancías por otras cuya liquidez era mayor en el contexto local.
Este tipo de intercambio trajo consigo el surgimiento del primer tipo de dinero: el dinero mercancía. Siendo algunos de los más destacados en la antigüedad el trigo, los cereales, el ganado y la sal (de esta última procede etimológicamente el término salario).
La naturaleza de algunas formas de dinero mercancía (como las antes mencionadas) hicieron que su uso fuera poco práctico en comunidades donde el numero de transacciones comerciales era muy elevado (volumen comercial). Ante tal problemática, las monedas, formadas a partir de metales como el oro, la plata y el cobre, surgirían como la solución.
En este sentido, dada la naturaleza y las cualidades (transportable, divisible, reconocible, ahorrable, almacenable, perdurable, contable y fungible) de las monedas, estas se convertían en la más eficiente variante de dinero mercancía.
A pesar de sus bondades, las monedas no fueron utilizadas como dinero mercancía por todas las civilizaciones antiguas. En realidad, dada la naturaleza y las cualidades de las monedas en contraste con el resto de dinero mercancía de la época, su uso se hacía estrictamente necesario cuando el volumen comercial de determinada civilización así lo requería.
La banca de reserva fraccionaria
En el siglo XVII, tras más de 3.000 años de historia del uso de la moneda y de un sinfín de practicas de políticas económicas carentes de ética y rebosantes de vileza por parte de los Estados de la Edad Antigua, la Edad Media e inicios de la Edad Moderna, la banca, aunque existente ya desde la época de Platón y Aristóteles, adquiriría un rol protagónico en la historia del dinero.
El Banco de Ámsterdam, el más famoso, honorable e incorruptible banco de depósitos del siglo XVII debido a su enorme prestigio, sería replicado en distintas ciudades europeas. Ahora no solo el Banco de Ámsterdam era famoso, sino que los de Hamburgo, Inglaterra y Estocolmo compartían el mismo prestigio.
Un mayor nivel de prestigios de estos bancos se tradujo en mayor confianza por parte de los ciudadanos de la época, quienes, carentes de la más mínima desconfianza e inseguridad, decidieron resguardar en dichos bancos su dinero.
No obstante, ante el aumento de las reservas bancarias, los bancos comenzaron a usar parte del dinero de sus usuarios y resguardar tan solo una parte del depósito inicial de los mismos. De esta manera y bajo dicho contexto, surgió la banca de reserva fraccionaria.
La aparición del papel moneda y las bancas centrales
En 1661, el Banco de Estocolmo entra en una crisis de solvencia al no ser capaz de devolver a sus usuarios el dinero depositado. Ante tal situación, recurre a inventar el primer billete moderno: un certificado de depósito mediante el cual el banco se comprometía a saldar la deuda con su poseedor.
Si bien la aparición del billete no sería suficiente para detener la quiebra del Banco de Estocolmo, este acontecimiento dio pie a la aparición de un nuevo tipo de banco: el banco central.
En 1668, el extinto Banco de Estocolmo reabre sus puertas gracias a la intervención del gobierno sueco y se convierte en el primer banco central de la historia.
Así pues, en este contexto histórico, por privilegios legales que otorgaron distintos Estados al papel moneda en su cualidad de promesa de pago por parte de un banco, los bancos centrales se convirtieron en la piedra angular sobre la cual las instituciones bancarias se erigieron con total confianza, pues, ante una hipotética crisis de solvencia, la banca central fungiría de prestamista en última instancia.
John Law y la primera crisis por expansión crediticia
En 1720, el Reino de Francia se convertiría en el primer Estado de la historia en enfrentar una crisis por expansión crediticia. Cuatro años antes, en 1716, y seducido por la propuesta de John Law, el regente del reino de Francia, Felipe II de Orleans, decide aprobar una serie de reformas económicas que habilitaban la expansión del papel moneda y de la expansión crediticia.
En primera instancia, las políticas económicas propuestas por John Law y aprobadas por Felipe II parecían dotar de una riqueza ilimitada a la población del reino de Francia.
No obstante, tan solo cuatro años más tarde, los ciudadanos franceses comenzarían a desconfiar del aparente éxito de dichas reformas económicas y reclamarían su oro y su plata; el resultado, una de las mayores burbujas financieras de la historia moderna y contemporánea.
Patrón oro: auge y caída
En el año 1821, Reino Unido adopta el patrón oro clásico; aproximadamente cincuenta años después, este sistema económico se generaliza en el resto del mundo.
El patrón oro, en contraste con el sistema de reserva fraccionaria y similares, definía a la unidad monetaria nacional en base a una cantidad de oro; asimismo, la masa monetaria nacional en su totalidad era proporcional a las reservas nacionales de oro y, además, canjeable respecto a este último.
En este sentido, el papel moneda o billete fungía como un vale de cambio, es decir, se podía obtener oro a partir de la posesión de determinado papel moneda. Así, por ejemplo, una unidad dólar tenía un valor de un veinteavo de onza de oro, lo que significa que 20 dólares equivalían a 1 onza de oro.
Más allá de las limitaciones a las que el patrón oro debía enfrentar debido a su rígida naturaleza, este sistema económico permitía lo siguiente:
- Estabilidad del sistema general de precios.
- Estabilidad de las tasas de interés a largo plazo.
- Estabilidad de los tipos de cambio.
- Impedía que los bancos sobreexpandieran el crédito.
En 1914, ante el inicio de la Primera Guerra Mundial, el patrón oro sería abandonado, pues dada su rígida y estricta naturaleza, los gobiernos prefirieron optar por el sistema económico fiduciario de banca central.
Más allá de la popular connotación peyorativa que se suele atribuir a la destrucción del patrón oro, es preciso comprender cómo el contexto histórico bélico internacional fungió como catalizador en dicha decisión.
El dinero en la actualidad
En la actualidad, el sistema monetario bajo el cual se rigen la mayoría de países actuales es el denominado régimen de curso legal.
Bajo este sistema, el monopolio de la emisión de masa monetaria recae directamente sobre los bancos centrales, quienes reciben su investidura por la vía legal. Este sistema no es opcional, sino forzoso, pues no puede cambiarse por su equivalente en oro como antaño se hacía.
Así pues, el dinero que se emite bajo curso legal, en la actualidad es conocido como dinero fíat. Este dinero no posee ningún valor intrínseco, sino que es declarado por el gobierno de curso legal y no convertible.
Referencias:
- El origen del DINERO | Su historia y destrucción (1/4). El Gentilhombre.
- DINERO: Imperios y Crisis | Su historia y destrucción (2/4). El Gentilhombre.
- DINERO: La economía y la moneda MEDIEVAL | Su historia y destrucción (3/4). El Gentilhombre.
- DINERO: Bancos centrales, Patrón Oro, FÍAT | Su historia y destrucción (4/4). El Gentilhombre.
- ¿Qué es el dinero o moneda de curso legal? Oro y Finanzas.
- Dinero. Wikipedia.