El siguiente texto, más que ser un mero artículo conceptual, tiene como finalidad principal esclarecer el aura de desconocimiento y subjetividad que rodea al concepto de racismo en la actualidad.
Este término, utilizado, a menudo, con fines políticos desde inicios de la Edad Contemporánea, guarda una estrecha relación con la existencia de Estados poderosos y el deseo de estos últimos de imponerse hegemónicamente sobre otros Estados de menos poder e influencia política.
En este sentido, el racismo, como ideología o conducta social colectiva, no puede ser estudiado únicamente desde una perspectiva meramente social. Es decir, el racismo es también un fenómeno político, pues la historia así lo ha demostrado. A continuación, os lo contamos.
Definición de racismo
En la actualidad, resulta complejo intentar establecer un concepto sobre el término racismo, pues toda el aura política que rodea al mismo, aunado a su excesiva generalización y uso inadecuado, de alguna manera dificulta dicha labor.
Partiendo de esta premisa, el presente artículo se limitará a exponer la definición que el Diccionario de la lengua española le asigna:
Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive.
Si bien, en primera instancia, la anterior definición parece lo más explícita y didáctica posible, lo cierto es que surgen algunos problemas al intentar definir dos de sus palabras: discriminación y persecución.
Así pues, ¿qué actos pueden ser considerados discriminatorios y a partir de qué momento se puede considerar a una persecución como de tipo racial?
La elasticidad de los conceptos de discriminación y persecución da lugar a un mar infinito de posibilidades y es, al mismo tiempo, la explicación tras las múltiples connotaciones subjetivas atribuidas, actualmente, al concepto de racismo.
Significado de racismo
Si se desea conocer el origen etimológico del término racismo (palabra compuesta por el sustantivo raza y el sufijo -ismo), antes es necesario analizar las palabras que lo componen:
- Raza: sustantivo que posee hasta cinco orígenes etimológicos distintos según varias hipótesis. Estos son los que siguen:
- Del latín radius, que significa rayo y hace referencia a la línea hereditaria.
- Del latín radix, que significa raíz.
- Del latín ratio, que significa valor relativo.
- De la aféresis latina generatio, que significa creación, reproducción.
- Del árabe رأس, transliterado como ra’s y cuyo significado es cabeza u origen.
- -ismo: sufijo que forma sustantivos abstractos con el significado de doctrina, tendencia, teoría o sistema.
Dada la variedad de orígenes etimológicos que posee la palabra raza, establecer un único significado estrictamente etimológico al término racismo resulta imposible.
Tipos de racismo
Según el comité español de la Agencia de la ONU para los Refugiados, existen hasta cuatro tipos de racismos. Estos son:
Racismo aversivo
El racismo aversivo es un tipo de racismo en el que las actitudes racistas se camuflan tras un aparente deseo de igualdad de derechos y libertad entre sujetos étnica y culturalmente distintos.
Algunas de estas actitudes racistas pueden ser el distanciamiento con la otra persona, la falta de empatía o el comportamiento frívolo.
Racismo etnocentrista
El racismo etnocentrista es un tipo de racismo que se manifiesta mediante la creencia de que un grupo culturalmente distinto de otro puede representar una amenaza cultural para este último.
Este tipo de racismo se caracteriza por la ausencia de igualdad entre la etnia o raza dominante y la etnia o raza sometida, así como por el sometimiento de este último grupo respecto a la voluntad del primero.
Por último, se pueden considerar actitudes racistas-etnocentristas el rechazo de costumbres, creencias, comportamientos, religiones, lenguas y cultura de otros grupos étnicos.
Racismo simbólico
El racismo simbólico es aquel tipo de racismo que aboga por el derecho a la igualdad entre razas y etnias siempre y cuando estas se desarrollen en un área limitada, es decir, bajo la condición de que respete el distanciamiento entre razas y etnias culturalmente distintas.
Racismo biológico
El racismo biológico es, sin duda, el tipo de racismo más conocido y menos tolerante de todos. Este parte de afirmar que una raza es biológicamente superior a las demás. Asimismo, considera que estas llamadas razas inferiores suponen un peligro para la raza que es considerada principal.
Este tipo de racismo no cree ni aboga por la igualdad de derecho entre razas y etnias distintas, al contrario, sostiene que los miembros de otras razas no deben tener ningún derecho y que deben ser excluidos totalmente.
Historia del racismo
Racismo en la Edad Antigua
En la Edad Antigua, no se puede hablar de racismo o superioridad racial en un sentido estrictamente biológico, ni tampoco como un discurso político premeditado. Sí es verdad que se puede señalar cierto hermetismo cultural entre grupos étnicos particularmente distintos.
Un ejemplo de ello es la percepción que poseían los griegos de la antigua Grecia sobre los judíos (véase antisemitismo), a quienes despreciaban debido a la naturaleza monoteísta de su religión y su rotundo rechazo hacia el politeísmo en general.
Asimismo, los antiguos griegos, quizás debido a sus particulares creencias religiosas, veían con desdén el mezclarse biológicamente con extranjeros, ya que, según ellos, la pureza de su civilización se podía ver comprometida.
Esto último se puede comprobar en la visión que poseían gran parte de los atenienses respecto de los macedonios, a quienes consideraban una tribu de bárbaros, a pesar de compartir un mismo origen mitológico.
De hecho, el mismísimo Aristóteles, uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos y siendo oriundo de Macedonia, se vio forzado a abandonar la ciudad de Atenas tras la muerte de Alejandro Magno, pues era consciente de que los macedonios no eran del agrado de los atenienses.
Racismo en la Edad Media
De manera similar a la Edad Antigua, no se puede hablar de racismo o superioridad racial en un sentido estrictamente biológico o político en la Edad Media. No obstante, si algo caracteriza al Medioevo es su excesiva discriminación religiosa (el casus belli de la mayoría de guerras religiosas libradas durante dicho periodo histórico).
En este sentido, la mayoría de las acciones que bien podrían ser consideradas actitudes racistas de la Edad Media responden a un motivo meramente religioso.
Por ejemplo, el odio de los cristianos hacia los sarracenos por haber secuestrado los lugares santos de su religión o el antijudaísmo cristiano como represalia ante los judíos por haber asesinado a Jesucristo, el hijo de Dios.
Racismo en la Edad Moderna
Luego del descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492, y su posterior colonización por parte de las grandes monarquías europeas de la época, las sociedades resultantes de dicha conquista se caracterizaron por un acentuado estatismo social y, en algunos casos, por el extermino parcial de la población nativa o indígena.
Es en este punto de la historia que el concepto de raza o casta es introducido de forma explícita en la jerga hispanoamericana de inicios de la Edad Moderna.
Racismo en la Edad Contemporánea
No sería hasta el siglo XIX que el racismo comenzaría a manifestarse como una doctrina política. En aquel entonces, con el objetivo de justificar el auge del colonialismo europeo en África, surgirían las primeras postulaciones racistas de la mano de algunas pseudodisciplinas como la antropometría, desde la cual se intentaba argumentar y justificar la superioridad de la raza blanca europea sobre la raza negra africana.
Estas postulaciones pseudocientíficas continuarían vigentes hasta el siglo XX y serían acogidas por el régimen político y gubernamental más atroz de los últimos tiempos en cuanto a racismo respecta: el Tercer Reich Alemán, la Alemania nazi de Adolf Hitler.
Cinco años después de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial, en 1950, la UNESCO comienza a promulgar la separación de la raza, como concepto biológico, del mito de la raza, es decir, aquella doctrina que promulga la superioridad de una raza sobre otra.
Si bien el auge de los organismos internacionales relacionados con los derechos humanos y la no discriminación racial de las personas marcó el fin del racismo biológico, este fenómeno social y político aún posee algunos reductos en la actualidad.
¿Racismo y xenofobia son lo mismo?
Para responder la interrogante del epígrafe en cuestión es preciso enmarcar la respuesta en un contexto histórico específico.
Ahora bien, ¿el racismo y la xenofobia son lo mismo? La respuesta corta es no, no son lo mismo; al menos en un sentido estricto (recordemos que la xenofobia es el repudio a los extranjeros).
La similitud entre ambos términos tiene su origen en la forma en que las actitudes xenofóbicas se manifiestan y en su naturaleza, las cuales podrían ser consideradas propias de un racismo aversivo, etnocentrista o simbólico.
En este sentido, la xenofobia sí puede ser considerada como la manifestación de una actitud racista (aversiva, etnocentrista o simbólica), pero ello no implica que necesariamente ambos términos sean considerados homólogos.
Para finalizar, es importante destacar —como se advirtió al principio del presente epígrafe— que, siendo la diversificación del concepto de racismo un fenómeno social y político reciente, no es apropiado extrapolar percepciones y conceptos sociales actuales a contextos históricos de la historia antigua, medieval o moderna.
Referencias:
- ¿Qué es el racismo y qué tipos de racismo hay? EACNUR.
- LA HISTORIA DEL RACISMO […]. Academia de Incrédulos.
- El racismo y la Ilustración. Letraslibres.
- Antisemitismo. Wikipedia.
- Racismo. Diccionario de la lengua española.
- Etimolodía de raza. DeChile.