Características del Imperio alemán

En el amplio escenario de la historia europea, el Imperio alemán emerge como un capítulo intrigante que dejó huella en el siglo XIX. Este imperio, que existió desde 1871 hasta 1918, es mucho más que fechas y datos en un libro de historia. ¿Te gustaría conocer las particularidades que lo definieron y lo hicieron único?

Eso es lo que vamos a hacer en este artículo: explorar de manera sencilla y directa las características del Imperio alemán (sin duda un actor clave en el escenario mundial de la época).

Principales características del Imperio alemán

Varios son los aspectos del Imperio alemán que abordaremos en este apartado: desde las cuestiones políticas y económicas hasta las sociales y religiosas:

Características políticas del Imperio alemán

Los rasgos políticos de este imperio se podrían resumir de la siguiente manera:

• Según la Constitución del Imperio alemán, también llamada Constitución Imperial de Bismarck, el Imperio alemán estaría constituido por una federación de 25 estados alemanes bajo la presidencia inalterable del Reino de Prusia, que era, a su vez, el más poderoso y grande de todos.
• Cada uno de los estados constituyentes del Imperio alemán conservaron sus características políticas, dinásticas y sucesorias previas a la Unificación alemana. En este sentido, cada rey, gran duque, duque y príncipe conservó su título, mientras que las líneas sucesorias de cada uno de estos permaneció intacta.
• A pesar de ser considerado un imperio por los reinos europeos de su época, el Imperio alemán era más bien una mezcla de Estado moderno y monarquía constitucional, en el que, si bien existía la figura del emperador o káiser, este no ostentaba la suma de todos los poderes políticos, sino que compartía dicha soberanía con un sistema parlamentarista bicameral (Bundesrat y Reichstag) y parte de la población masculina alemana.
• El káiser, además de poseer las competencias propias de un jefe de Estado, era el encargado de designar al canciller imperial. Este último era quien ostentaba, en realidad, el cargo como jefe de gobierno del imperio, siendo, además, el presidente de una de las cámaras del parlamento imperial: el Bundesrat.
• El poder legislativo del Imperio alemán recaía sobre el Bundesrat y Reichstag. Esta última era elegida mediante sufragio universal masculino de los ciudadanos alemanes mayores de 25 años.
• La línea sucesoria de los reyes de Prusia, la dinastía de los Hohenzollern, desde Guillermo I hasta Guillermo II, pasando por Federico III, estuvo ligada a la corona imperial y al título de káiser del Imperio alemán.
• A partir de 1884, el Imperio alemán comenzó a instaurar dependencias coloniales y territorios de ultramar en África, Asia y Oceanía.

Características económicas del Imperio alemán

Los elementos económicos más característicos de dicho imperio fueron los siguientes:

• Durante la era de Bismarck, la industria alemana experimentó una expansión y crecimiento sin precedentes, posicionándose como una de las más poderosas de Europa y del mundo, llegando a competir, incluso, con la industria británica en mercados intercontinentales; principalmente, gracias a la política proteccionista y subsidiaria impulsada por el Canciller de Hierro.
• En un principio, la industria textil y metalúrgica alemana era, por mucho, la más destacada del Imperio alemán, no solo por su gran predominancia dentro del mercado interno, sino también por su enorme prestigio dentro de la economía europea.
• No obstante, con el pasar de los años y el inicio de la campaña de colonización, la industria pesada comenzaría a ganar mayor relevancia dentro de la economía del Imperio alemán.
• Como habría de esperarse, durante la antesala y el desarrollo de la Gran Guerra, tanto la industria metalúrgica como la industria armamentística alemana comenzaron a ganar gran notoriedad e importancia dentro del mercado interno del imperio.

Características sociales del Imperio alemán

Las facetas sociales del Imperio alemán se podrían resumir de la siguiente forma:

• En términos generales, la ideología social predominante en el Imperio alemán fue el prusianismo: una amalgama ideológica de distintas doctrinas como el nacionalismo, el tradicionalismo, el conservadurismo y el militarismo. En el caso de esta última, la doctrina militar prusiana era particularmente aristocrática, belicista y expansionista.
• En términos estrictos, el prusianismo instaurado tras el nacimiento del Imperio alemán se caracterizó por las siguientes virtudes sociales: abnegación, austeridad, comedimiento, coraje, cosmopolitismo, determinación, devoción y tolerancia religiosa, diligencia, disciplina, dureza (enfocada hacia el desarrollo personal), fiabilidad, honestidad, humildad, incorruptibilidad, lealtad, obediencia con franqueza, puntualidad, sentido de la justicia, sentido del deber, sentido del orden, sinceridad, subordinación, templanza y valentía (sufrimiento sin queja).
• Si bien el Imperio poseía un carácter federativo y relativamente permisivo en términos culturales, poco más del 92% de la población hablaba alemán.
• En el marco de la gestión bismarckiana, se instauraría el primer Estado de bienestar del mundo contemporáneo. Este se caracterizó por la presencia de distintos sistemas de seguridad social, los cuales abarcaban el área de salud, accidentes, discapacidad motora y ancianidad.
• A pesar de la existencia de determinados vestigios democráticos dentro de la configuración sociopolítica del Imperio alemán, la ideología bismarckiana terminó imponiéndose ante las propuestas sociales del Partido Socialdemócrata (SPD) y la Iglesia católica. No obstante, esto último cambiaría durante la era guillermina, puesto que el emperador, en un intento por legitimar el poder político-imperial, mitigó sus diferencias con el sector eclesiástico y centró todos sus esfuerzos en combatir el crecimiento de la influencia de los partidos socialistas dentro del Reichstag.

Características religiosas del Imperio alemán

Por último, estos son los atributos religiosos del citado imperio:

• En términos estrictos, el Imperio alemán no reivindicó ninguna doctrina religiosa como religión oficial. Sin embargo, es preciso destacar la compatibilidad de los valores del protestantismo con las virtudes prusianas, así como también su reivindicación durante la era bismarckiana.
• Poco más de dos quintas partes de la población del Imperio alemán abrazaba el protestantismo (62,6%), mientras que solo un tercio (35,9%) de esta se consideraba a sí misma católica.