Antropocentrismo

La relación entre los seres humanos y su entorno ha sido moldeada a lo largo de la historia por diversas perspectivas y filosofías que han influido en la forma en que comprendemos nuestro papel en el mundo. Entre estas corrientes de pensamiento, el antropocentrismo emerge como una concepción central, donde la humanidad se sitúa en el epicentro de la existencia.

El siguiente artículo tiene como finalidad principal exponer la definición, el significado, el origen y las características principales de una de las doctrinas y cosmovisiones filosóficas más revolucionarias del segundo milenio: el antropocentrismo.

Definición de antropocentrismo

Se define como antropocentrismo a la doctrina que promueve y defiende la posición central del ser humano en el universo. Bajo esta cosmovisión filosófica, el ser humano es la medida y el centro de todas las cosas.

Así, pues, los intereses del ser humano, sin importar su índole, deben gozar de mayor atención y primacía que los intereses de otros seres vivos e, incluso, de deidades o entidades supremas.

Ahora bien, desde un punto de vista histórico, el antropocentrismo no es más que la respuesta filosófica al teocentrismo imperante en la Edad Media, el cual situaba a Dios (Yahveh, dios del judaísmo, del cristianismo y del islam) como el centro y la causa del universo, y, por tanto, como el motor principal de los sucesos ordinarios y extraordinarios que experimenta el ser humano.

En este sentido, el antropocentrismo también puede ser entendido como la respuesta social y política a la narrativa teocéntrica empleada por la nobleza (Primer Estado) y el clero (Segundo Estado), sobre la cual diversas monarquías medievales respaldaron legítimamente sus privilegios.

Discusión, obra de Franz Wilhelm Seiwert
Discusión, obra de Franz Wilhelm Seiwert (año 1926).

Significado de antropocentrismo

El término antropocentrismo es una palabra compuesta por las raíces griegas anthropos y kentron, y el sufijo -ismo. Por tanto, el significado etimológico de este término resultará del análisis previo de las palabras que lo componen:

  • Anthropos: en griego, ser humano.
  • Kentron: en griego, centro de una circunferencia.
  • ismo: sufijo que forma sustantivos abstractos y cuyo significado es doctrina, teoría, sistema o tendencia.

A partir del análisis del etimológico expuesto previamente, se puede definir al antropocentrismo como:

Doctrina o teoría que considera al ser humano como el centro de todo cuanto existe.

Historia del antropocentrismo

Desde una perspectiva estrictamente historiográfica, el origen del antropocentrismo se remonta a principios del siglo XVI, naciendo como una respuesta social y política al teocentrismo imperante del Medioevo. Sin embargo, ya en la antigüedad era posible vislumbrar algunos rasgos de la cosmovisión antropocéntrica.

En el siglo V a. C., por ejemplo, Protágoras de Abdera, quien fuese acreditado por Platón como el padre del sofismo profesional, presentó al mundo antiguo una de las primeras cosmovisiones antropocéntricas de las que se tenga registro, afirmando ante el resto de filósofos griegos que el hombre es la medida de todas las cosas.

Lejos de ser una afirmación banal o pasajera, la cosmovisión de Protágoras sobreviviría al pasar de los siglos, oponiéndose, en ocasiones, al teocentrismo de las religiones abrahámicas y, en otras oportunidades, solapándose tras una falsa adoración o sometimiento a dichas postulaciones teocéntricas.

Dos milenios después de aquellas palabras de Protágoras, el antropocentrismo surgiría como una poderosa corriente filosófica de la mano de los progresistas modernos, dentro de los cuales cabe destacar la figura del sociólogo, psicólogo y antropólogo inglés Herbert Spencer.

En contraste con las postulaciones darwinianas, Herbert Spencer sostenía que el hombre, específicamente su mente y capacidad de raciocinio, encarnaba el punto final de la evolución, en otras palabras, la evolución definitiva de las mentes primitivas de los animales.

Si bien, en la actualidad, es posible afirmar que la narrativa antropocéntrica ha logrado imponerse ante la narrativa teocéntrica medieval, el surgimiento de nuevas tendencias sociopolíticas como el ecologismo y el antiespecismo han supuesto un desafío para un sector importante del mundo antropocéntrico.

Herbert Spencer
Fotografía de Herbert Spencer.

Características del antropocentrismo

A continuación, os presentamos algunas de las características principales del antropocentrismo:

  • En términos sociológicos, el antropocentrismo puede ser explicado como el primer paradigma insigne de la Edad Moderna, pues no solo presentó una nueva cosmovisión filosófica a las sociedades europeas bajomedievales, sino que, además, supuso una amenaza para el statu quo religioso de la época.
  • La cosmovisión antropocéntrica gozó de una estrecha relación con el humanismo, ya que, además de ser corrientes de pensamiento contemporáneas, ambas compartían el mismo deseo por exaltar las cualidades únicas de la naturaleza humana.
  • En cuanto a las máximas del antropocentrismo medieval respecta, estas se pueden resumir en las siguientes aseveraciones:
    • La libertad de pensamiento no debe estar sujeta o limitada por ningún dogma religioso.
    • La razón debe ser la única y principal guía de las acciones del hombre.
    • Es menester conocer la naturaleza humana antes de intentar emprender cualquier acción política, social o económica en las sociedades.
    • El ser humano es superior al resto de los seres vivos en tanto es capaz de establecer juicios morales sobre sí mismo u otras personas.
    • Los animales, al no poseer la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, es decir, al no ser capaces de establecer juicios morales, no comparten la misma dignidad humana.

Diferencias entre teocentrismo y antropocentrismo

El siguiente cuadro tiene como finalidad exponer y enumerar las diferencias existentes entre el teocentrismo y el antropocentrismo:

Antropocentrismo Teocentrismo
La creación suprema Para el antropocentrismo, el hombre es la creación suprema del universo, pues no existe ningún otro ser vivo en el mundo con las mismas capacidades intelectuales e introspectivas que el ser humano. Para el teocentrismo, Dios, por definición, es la suma de todas las perfecciones; la perfección absoluta. Por tanto, es, también, la creación suprema.
La primacía de la moralidad Para el antropocentrismo, la moralidad humana es superior a cualquier otra, pues ninguna creación comparte las mismas características cognitivas que el ser humano. Para el teocentrismo, Dios, como fuente absoluta de todas las gracias, goza de una moral suprema. Por tanto, su primacía debe ser incuestionable.
La primacía de los intereses Para el antropocentrismo, los intereses del ser humano están por encima de los intereses de cualquier otro ser vivo, pues ningún otro animal, planta u hongo requiere y desea tantas cosas como el hombre. Para el teocentrismo, los intereses de Dios, es decir, su voluntad, se encuentran por encima de cualquier deseo humano, pues la voluntad del hombre es irrisoria en comparación a la voluntad de su creador.
La primacía artística Para el antropocentrismo, el ser humano es la medida y el centro de todas las cosas. Por tanto, debe ocupar un rol protagónico en todas las manifestaciones artísticas (pinturas, esculturas, literaturas, composiciones musicales, etc.) del hombre. Para el teocentrismo, la belleza de cualquier creación o criatura de la Tierra es tan solo un vestigio de la magnificencia de su creador. Por tanto, Dios debe ocupar un rol protagónico en todas las manifestaciones artísticas, pues nada es tan perfecto, en términos estéticos, como Dios.
La primacía de la fe versus la primacía de la razón Para el antropocentrismo, la razón debe ser la guía absoluta de cualquier paso emprendido por el hombre, pues, la razón es la cualidad que diferencia al hombre del resto de especies de la Tierra. Para el teocentrismo, la razón debe estar sometida a la fe, pues la fe es la cualidad última del hombre; es aquello que acerca a la criatura con su creador.
El fin último de la vida El antropocentrismo no contempla ningún fin último para la vida del ser humano. Para el teocentrismo, el fin último de la vida del ser humano es reencontrarse con su creador. Por tanto, cada acción ejercida por el hombre debe acercarlo un paso más a su fin último.
Referencias
¿Cómo citar este artículo?

Suárez, L. M. Antropocentrismo. (2024, 27 de febrero). MuchaHistoria. https://muchahistoria.com/antropocentrismo/ | Última actualización: 2024, 27 de febrero.

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