Cisma de Occidente

A lo largo de la historia, la Iglesia que recibió Simón Pedro de parte del mismísimo Jesús de Nazaret ha atravesado numerosas crisis políticas, sociales y eclesiásticas, desde revoluciones internas en su clero hasta separaciones permanentes y temporales.

Precisamente, uno de los episodios más recordados de su historia medieval fue el popular Cisma de Occidente (13781417), un periodo único en el que dos obispos, e incluso tres, se disputaron la autoridad del pontificado de la Iglesia católica. 

Contexto histórico y antecedentes del Cisma de Occidente

Bonifacio VIII, Felipe IV y la reforma fiscal: la antesala del Papado de Aviñón

Desde la época de Carlomagno (800814) y el Imperio carolingio (800843), los monarcas franceses habían apoyado firmemente el papado y el poder de la Iglesia.

Sin embargo, esto último cambiaría tras el arribo de Felipe IV el Hermoso al trono de Francia, quien decidiría gravar con importantes impuestos al clero francés.

Como habría de esperarse, el clero francés apeló al poderío e influencia del papa Bonifacio VIII, quien era respetado por su energía, tenacidad y determinación; un estilo de vida que había aprendido de su predecesor, Inocencio III.

Ante las peticiones del clero francés, el papa respondió contundentemente con una bula y una amenaza de excomunión dirigida a Felipe IV en caso de no dar marcha atrás a su reforma fiscal.

Contrario a lo esperado, Felipe IV no dio marcha atrás a su reforma fiscal; al contrario, la intensificó aún más, embargando todo el oro y la plata del clero francés.

A pesar de este contundente ataque, Bonifacio VIII decidió poner fin al enfrentamiento político mediante un acuerdo con el monarca francés.

Bonifacio VIII proclama el jubileo de 1300
Bonifacio VIII proclama el jubileo de 1300, fresco de Giotto (alrededor del año 1300).

La ruptura del acuerdo entre Bonifacio VIII y Felipe IV: el atentado de Anagni

Ya sea por orgullo o por motivaciones políticas diversas, Felipe IV decidió romper el acuerdo con el papado, lanzando severas acusaciones contra el papa Bonifacio VIII (herejía, simonía, hechicería y homicidio).

Tales acusaciones comenzarían a escalar hasta el punto de que gran parte de la población de Europa exigió la deposición de Bonifacio VIII y la elección de un nuevo papa.

Ante tal situación, el papa convocó a una reunión de cardenales urgente en la ciudad italiana de Anagni el 12 de marzo de 1303. Allí declaró, bajo juramento, que todas las acusaciones que el rey Felipe IV había hecho sobre su persona eran falsas.

Seis meses después, el papa se dispuso a excomulgar a Felipe IV. No obstante, el pontífice no podría llevar a cabo la ceremonia de excomunión, ya que sería secuestrado el día anterior por una pandilla de mercenarios comandada por Guillermo de Nogaret y Sciarra Collona, en complicidad con algunos miembros del Colegio Cardenalicio.

Así, pues, entre el 7 y el 10 de septiembre de 1303, el papa Bonifacio VIII permaneció en manos de los conjurados, quienes, mediante métodos coercitivos, intentaron, sin éxito alguno, hacerlo abdicar.

Ante tan inesperada fortaleza, Guillermo de Nogaret y Sciarra Collona contemplaron la posibilidad de trasladar al papa a territorio francés o, peor aún, asesinarlo en el acto.

Mientras Guillermo y Sciarra discutían el destino de Bonifacio VIII, las campanas de Anagni y una turba enardecida pusieron fin a su discusión: el papa había sido raptado y los ciudadanos lo querían de vuelta.

Ante esto, los raptores del Bonifacio VIII se vieron obligados a huir; este último, por su parte, decidió regresar a Roma, muriendo unas pocas semanas más tarde (11 de octubre de 1303), probablemente debido a un trastorno por estrés postraumático derivado de su experiencia de secuestro.

Sciarra Colonna abofeteando en la cara al papa Bonifacio VIII
Ilustración de Sciarra Colonna abofeteando en la cara al papa Bonifacio VIII, obra de Alphonse-Marie-Adolphe de Neuville (año 1883).

Benedicto XI: cuando la excomunión no es suficiente

Tras la muerte del papa Bonifacio VIII, la tesis del dominio universal del papado quedó entredicha, y con ello, el poder e influencia política de los pontífices.

Ante tal situación, Benedicto XI, el nuevo pontífice, decidió actuar sin vacilación, excomulgando inmediatamente a aquellos que habían participado en el Atentado de Anagni.

Por razones desconocidas, la tenacidad de Benedicto XI se detendría tras la excomunión de Guillermo de Nogaret y Sciarra Collona, pues no excomulgó a Felipe IV el Hermoso, aun cuando su excomunión ya estaba pautada antes de los acontecimientos del atentado de Anagni.

Así, pues, durante los próximos ocho meses, Benedicto XI intentaría, sin éxito, devolver la estabilidad política a la región, falleciendo por presunto envenenamiento el 7 de julio de 1304.

Clemente V: el inicio del Papado de Aviñón

Tras la inesperada muerte de Benedicto XI, el Colegio Cardenalicio centró todos sus esfuerzos en la elección de un nuevo pontífice. Sin embargo, debido a la inestabilidad política de Roma y a la tensión existente entre el clero y Francia, el interregno se postergaría durante casi un año.

Finalmente, el 5 de junio de 1305, el periodo de interregno llegaría a su fin con la proclamación de Bertrand de Got como el nuevo pontífice de la Iglesia bajo el nombre de Clemente V.

Para sorpresa del Colegio Cardenalicio y la feligresía romana, Clemente V se hizo coronar en Francia en presencia del mismísimo Felipe IV.

Tras su coronación, Clemente V intentaría volver a Roma. Sin embargo, la inestabilidad política y social de la región se lo impidió, por lo que, en 1309, optó por instalarse en la ciudad francesa de Aviñón.

A partir de entonces, Aviñón se convertiría en el hogar de siete pontífices (Clemente V, Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V y Gregorio I) durante poco menos de setenta años.

Clemente V en un detalle de El triunfo de Santo Tomás
Clemente V en un detalle de El triunfo de Santo Tomás, fresco de Andrea de Bonaiuto (siglo XIV).

Causas del Cisma de Occidente

Las siguientes son algunas de las causas del Cisma de Occidente:

  • El cuestionamiento de la tesis del dominio universal del papado.
  • El atentado de Aviñón (1303) y la posterior muerte del papa Bonifacio VIII a causa de dicho atentado.
  • La coerción y presión política que ejercieron los reyes de Francia sobre los papas Clemente V, Juan XXII, Benedicto XIII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V y Gregorio I entre los años 1309 y 1377 (Papado o Cautiverio de Aviñón).
  • El cuestionamiento de la elección del papa Urbano VI y la posterior conspiración cardenalicia en su contra.
  • El nombramiento del antipapa francés Clemente VII como sustituto del legítimo papa Urbano VI.

¿En qué consistió el Cisma de Occidente?

Urbano VI y Clemente VII: el inicio del Cisma de Occidente

Tras la muerte de Gregorio XI, el último de Los Siete Papas de Aviñón, la feligresía cristiana clamaba por la institución de un papa romano, así como por el restablecimiento de Roma como sede oficial del pontificado de la Iglesia católica.

Así, pues, el 8 de abril de 1378, los cardenales reunidos en el cónclave eligieron como sumo pontífice al arzobispo Bartolomeo Prignano, asumiendo el pontificado de la Iglesia bajo el nombre de Urbano VI.

El nuevo papa napolitano quiso volver a las buenas costumbres de la Iglesia y desligarse de la influencia de los monarcas franceses.

Ante tal situación, algunos cardenales decidieron conspirar en su contra, declarando como inválido el cónclave en el que se proclamó su elección mediante la Declaración de Anagni el 9 de agosto de 1378.

Con el apoyo del rey Carlos V de Francia, los cardenales rebeldes, alegando a una supuesta invalidez del cónclave por coerción, proclamaron al cardenal francés Robert de Genève como el nuevo papa de la Iglesia bajo el nombre de Clemente VII. De esta manera, daría inicio el Cisma de Occidente.

La polarización de los reinos de Europa ante el Cisma de Occidente

Ante la existencia de dos papas, Urbano VI (Roma) y Clemente VII (Aviñón), la cristiandad se dividió en dos grandes bandos.

Por un lado, Francia, Nápoles, España y Escocia reconocían a Clemente VII como el verdadero papa, mientras que los Estados Pontificios, Inglaterra, Hungría, Escandinavia y algunos estados de Alemania reivindicaban la legitimidad de Urbano VI.

Mapa de la polarización de los reinos de Europa en el Cisma de Occidente
Mapa de la polarización de los reinos de Europa en el Cisma de Occidente. Imagen: Wikipedia.

Bonifacio IX y la aceptación silente del Cisma de Occidente

A la muerte del papa Urbano VI, el 15 de octubre de 1389, Pietro Tomacelli sería escogido como el nuevo sumo pontífice de la Iglesia bajo el nombre de Bonifacio IX.

A diferencia de su predecesor, Bonifacio IX carecía de la tenacidad necesaria para resolver la crisis política de la Iglesia, por lo que no es de extrañar que este no emprendiera mayores acciones para poner fin al Cisma de Occidente.

Por su parte, el antipapa Clemente VII tampoco se preocupó por la legitimidad de su poder eclesiástico, pues contaba con el apoyo de grandes reinos de Europa. Tras la muerte de este último, le sucedería Pedro Martínez de Luna bajo el nombre de Benedicto XIII (13941416).

Bonifacio IX, Benedicto XIII y Alejandro V: los tres papas

En 1409, un grupo de cardenales, dominados por la teoría de la superioridad de la autoridad del concilio sobre la autoridad del papa, depusieron al papa Gregorio XII y al antipapa Benedicto XIII, proclamando, tras ello, al cardenal Pietro Filargo como el nuevo sumo pontífice de la Iglesia bajo el nombre de Alejandro V.

Contrario a sus expectativas, el concilio cardenalicio no consiguió la esperada unión de los cristianos, sino que agravó aún más la división de la feligresía; ahora había tres papas, tres bandos y tres obediencias distintas.

El fin del Cisma de Occidente

Tras el nombramiento del antipapa Alejandro V, la división y el desorden eclesiástico no hizo sino aumentar en Europa. Ante tal situación, el clero decidió convocar a un concilio ecuménico con la intención de poner fin al cisma y reunificar la cristiandad.

Así, pues, el 30 de octubre de 1413, en la ciudad imperial de Constanza, por iniciativa del monarca húngaro Segismundo de Luxemburgo, se llevó a cabo uno de los concilios más trascendentales de la historia de la Iglesia católica: el Concilio de Constanza.

Finalmente, el 11 de noviembre de 1417, el Cisma de Occidente llegaría a su fin tras la pérdida de la influencia político-eclesiástica del antipapa Benedicto XIII, la deposición del antipapa Juan XXIII, la renuncia del papa Gregorio XII y el nombramiento del cardenal Oddone Colonna como el nuevo y único papa de la Iglesia católica bajo el nombre de Martín V.

Consecuencias del Cisma de Occidente

A continuación, os presentamos algunas de las consecuencias derivadas del Cisma de Occidente:

  • Si bien el nombramiento de Martín V como sumo pontífice el 11 de noviembre de 1417 marcó el final del Cisma de Occidente, el antipapa Benedicto XIII, más conocido como el papa Luna, permaneció firme en el reclamo del pontificado hasta el momento de su muerte en 1423.
  • Después de que la tesis del dominio universal del papado fuese severamente cuestionada y que, durante más de un siglo, los monarcas franceses hubiesen influenciado y controlado a siete papas y tres antipapas, la población europea comenzó a mostrar signos de secularización: la antesala del humanismo y antropocentrismo renacentista.
  • En el marco de la guerra de los Cien Años y la devastación dejada atrás por la peste negra, el Cisma de Occidente fue un agravante de la decadencia sociocultural de Europa, convirtiéndose en el episodio que más desencanto y división produjo en la feligresía cristiana durante la Baja Edad Media.
  • El Cisma expuso la desviación del propósito principal de la Iglesia y la fractura de esta respecto a su relación con lo divino y la comunión con sus miembros en pro del poder político terrenal.
Referencias
¿Cómo citar este artículo?

Suárez, L. M. Cisma de Occidente. (2024, 16 de enero). MuchaHistoria. https://muchahistoria.com/cisma-de-occidente/ | Última actualización: 2024, 16 de enero.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *