Iberos

El presente artículo tiene como finalidad principal exponer y escudriñar los elementos característicos y principales de una de las culturas preindoeuropeas de mayor importancia y relevancia histórica, tanto como para España como para Europa Central.

A continuación, os contamos la historia de los iberos, un pueblo que, por sus características culturales, despierta gran misticismo e interés en arqueólogos, antropólogos, historiadores y apasionados de las culturas europeas previas al expansionismo romano.

Fecha y duración de los iberos

Los iberos, entendiendo por dicho nombre al conjunto no necesariamente unificado de tribus levantinas que compartían, a grandes rasgos, elementos principales de una misma cultura, dominaron gran parte del Levante peninsular y el sudeste de la actual Francia desde el siglo VI hasta el I a. C.

Los iberos encontrarían en la romanización de Hispania y la excesiva beligerancia de la zona del Levante y el Mediterráneo a los principales responsables de la desaparición de su cultura, siendo que esta no superaría al final de la segunda Edad del Hierro. Por tal motivo, los iberos son clasificados históricamente como una cultura prerromana.

Ubicación geográfica de los iberos

Los iberos ocuparon, en líneas generales, la franja costera del sur peninsular, aunque solo en parte, puesto que este, en realidad, fue el solar de los turdetanos, quienes fueron a su vez los descendientes culturales de los tartessos.

Asimismo, se atribuye el sudeste, el levante y el nordeste de la Península ibérica (hasta las bocas del Ródano en la región del sur de la actual Francia) como zonas esencialmente iberas.

Mapa de la ubicación geográfica de los íberos
Mapa de la ubicación geográfica de los íberos, cuyos pueblos se muestran en verde. Imagen: Wikipedia.

Naturalmente, la presencia de los iberos en las regiones antes mencionadas se vieron afectadas a través del tiempo, teniendo, de esta manera, momentos de mayor y menor predominancia cultural según la época.

Origen de los iberos

Los iberos fueron un pueblo preindoeuropeo cuyo origen, ante todo enigmático, sigue siendo un auténtico misterio en la actualidad. A pesar de ello, se sabe con exactitud que los iberos no son descendientes directos de los colonizadores provenientes de las primeras invasiones indoeuropeas, sino que estos, posiblemente, ya hubiesen existido en la región como población autóctona.

Por otra parte, existe una teoría que señala que los iberos no fueron ni autóctonos de la costa levantina ni tampoco descendientes directos de los celtas, sino un pueblo procedente del norte de África.

Sea como fuese, los pueblos iberos lograron extenderse por todo el Levante peninsular, por el valle del Ebro, por el valle del río Guadalquivir y por las zonas del interior de Andalucía, así como también por la costa mediterránea andaluza.

Características de los iberos

Características políticas de los iberos

Recreación de guerreros íberos del siglo VI a. C. (izquierda) y del siglo III a. C. (derecha)
Recreación de guerreros íberos del siglo VI a. C. (izquierda) y del siglo III a. C. (derecha). Fotografía de Jerónimo Roure Pérez (Dorieo). Imagen de Wikipedia.

Antes de señalar las principales características políticas de los iberos, es importante indicar que estos no eran un ente unificado, sino más bien un conjunto de tribus con determinadas características culturales en común. Siendo tan solo algunas de estas tribus iberas las siguientes:

  • Loretanos.
  • Bastetanos.
  • Contestanos.
  • Edetanos.
  • Ilercavones.
  • Ilergetes.
  • Indigetes.

Así pues, si bien en términos generales los iberos se regían por las decisiones de una aristocracia, ante todo guerrera, existían algunas tribus que, por el contrario, optaban por someterse a monarquías dirigidas por jefes locales, o bien por monarquías parlamentarias en cierto sentido, es decir, monarquías regidas por algún tipo de asamblea o consejo de aristócratas.

Características económicas de los iberos

Siendo un pueblo enmarcado, en términos culturales, dentro de la segunda Edad del Hierro, se cree que los iberos conocían y manejaban perfectamente el trabajo de los metales (incluida su búsqueda y extracción en minas), el torno del alfarero, la manufactura textil y también la escritura.

Usualmente, se atribuye el dominio de dichos elementos esencialmente económicos (aunque también culturales) a la influencia recibida a través del contacto con los fenicios y los griegos, desde, incluso, el comienzo de la Edad del Bronce hasta poco antes de la romanización de Hispania.

Por otra parte, es necesario destacar la esencia, principalmente, agrícola de los pueblos iberos. Siendo que estos se dedicaban al cultivo de cereales, olivo y vid, así como también al cultivo de distintos granos como los garbanzos, los guisantes y las lentejas.

En cuanto a la ganadería, el dominio y la crianza de ganado vacuno no formó parte esencial de la economía de la mayoría de pueblos iberos, aunque sí se cree que estos emplearon animales como bueyes y caballos en distintas actividades laborales, principalmente en la guerra y la caza. Siendo esta última una de las actividades económicas a la cual los iberos dedicaron especial empeño.

Características sociales de los iberos

Como sociedad, los iberos pueden ser clasificados en base a sus tres rasgos más fundamentales, los cuales son el urbanismo, la especialización y división del trabajo, y la escritura.

Estos rasgos son, ante todo, inseparables entre sí, y, además, resultan causa y consecuencia unos de otros. Por tal motivo, a continuación explicaremos con detalle cada uno de ellos.

Urbanismo

El urbanismo implica una agrupación de individuos bajo unas mismas normas de convivencia, así como un cierto grado de independencia económica y política (denominada por los griegos como autonomía y autarquía, siendo las polis griegas un claro ejemplo de dichos conceptos).

Especialización en el trabajo

El urbanismo da pie al segundo rasgo de la sociedad ibérica: la especialización en el trabajo. Este segundo rasgo supone que, dentro de la cultura ibérica, existían personas dedicadas exclusivamente a determinados trabajos y roles como lo podrían ser el cultivo y la producción de alimentos, la alfarería, el trabajo escultórico, la minería, la metalurgia, la exploración, el comercio (tanto interno como externo) y la escritura.

De esta manera, los iberos distribuían los trabajos, tanto como culturales como económicos, entre sus miembros. Esto último con la finalidad de alcanzar, evidentemente, un nivel de producción material y cultural superior al que se alcanzaría si dicha especialización laboral no existiese.

Escritura

Por definición, que un pueblo decida dejar constancia de su existencia a través de la escritura implica, a priori, un enorme salto cultural, puesto que a través de ello se deja atrás a la Prehistoria y se pasa a formar parte de la categoría de los llamados pueblos históricos.

Placa de plomo en la que aparece escrita una carta íbera
Placa de plomo descubierta en Ullastret (Gerona) en la que aparece escrita una carta íbera (siglo IV a. C.). Imagen de Wikipedia.

Así pues, al ser considerados la tercera cultura clásica más brillante del Mediterráneo, resultaría lógico pensar que los íberos intentasen dejar huella en la historia, inventando y empleando su propio sistema de escritura; de hecho, así sucedió.

En concreto, se conocen tres escrituras diferentes para representar la lengua ibérica. Siendo estas las siguientes:

  • Signario ibérico nororiental: se cree que esta fue el tipo de escritura más común entre los iberos. Actualmente, el signario ibérico nororiental está descifrado y puede ser encontrado en el plomo de la ciudad ibérica de Ullastret (Gerona, España).
  • Signario ibérico suroriental: esta escritura ibérica guarda cierta similitud con el alfabeto tartésico, lo cual no es de extrañar, puesto que, dada su cercanía, lo más probable es que iberos y turdetanos (descendientes culturales de los tartessos) hayan entrado en contacto cultural durante algún punto de la segunda Edad del Hierro.
  • Alfabeto greco-ibérico: este alfabeto fue, a grandes rasgos, la adaptación de la lengua íbera al alfabeto griego.

Beligerancia

Si bien la beligerancia de los iberos no es una característica enteramente exclusiva de estos en comparación al resto de pueblos europeos de la época, y, por tanto, no puede ser señalada como un rasgo identitario de los iberos, de igual manera es importante resaltar la beligerancia innata de los mismos.

Los iberos no solo luchaban con otros pueblos de la región, sino que luchaban también entre sí. Este carácter, en extremo beligerante, de los iberos se veía acentuado por la devotio (práctica ejercida por la clase guerrera ibera que les obligaba a sacrificar la vida por su líder o caudillo de ser necesario).

Características religiosas de los iberos

Desde una perspectiva histórica, se suele hacer énfasis en las diferencias existentes entre la prácticas religiosas relacionadas a la adoración y culto de deidades iberas y al mundo funerario de dicha cultura.

Adoración y culto religioso

En cuanto a las prácticas religiosas de adoración y culto respecta, no existe casi información respecto al panteón de dioses ibérico. Esto último debido a que los iberos no tenían dioses antropomorfizados, como sí era el caso de la mitología griega y de la mitología romana.

Por el contrario, los iberos adoraban principios, más o menos ambiguos, como, por ejemplo, las fuerzas de la naturaleza. Siendo que, desde la perspectiva de los iberos, dichas fuerzas de la naturaleza podían manifestarse en lugares concretos como cuevas, manantiales y bosques. Prueba de ello son las distintas ofrendas y altares ibéricos que pueden encontrarse en distintos yacimientos de Murcia, Albacete y Jaén.

Estas características religiosas de los iberos irían perdiendo su esencia con el paso del tiempo, en parte debido a la enorme influencia foránea que recibiría su cultura (principalmente, procedente de Grecia y Cartago). Por tal motivo, no es de extrañar que la iconografía animal y vegetal de los iberos exhiba características presentes en el arte heleno y púnico.

Mundo funerario

En reglas generales, el ritual funerario ibérico estaba conformado por los siguientes pasos:

  1. Incineración del cadáver sobre una pira.
  2. Deposición de las cenizas en una urna, junto a un ajuar compuesto, principalmente, por piezas del difunto y ofrendas de sus familiares y amigos.
  3. Si bien, en un sentido estricto, este paso no forma parte del ritual funerario ibérico, en ocasiones podían organizarse banquetes funerarios. Se cree que los restos de estos banquetes funerarios (vajillas incluidas) eran depositados alrededor de la tumba.
  4. Deposición de la urna (y su respectivo ajuar) en la tumba.
  5. Construcción de pilares, estelas o monumentos megalíticos sobre la tumba en función del nivel jerárquico del difunto.

Actualmente, el ritual funerario ibérico antes expuesto se encuentra en debate. El motivo de dicha disyuntiva recae en la premisa de que la incineración absoluta de cada ciudadano ibero hubiese requerido una cantidad de recursos (dinero, tiempo y materiales) superior a la cantidad promedio que cada pueblo íbero tenía, aseverando que dicho ritual solo estaba reservado a un selecto grupo de cada pueblo ibero.

Características culturales de los iberos

Gracias al proceso de transculturización iniciado tras el contacto con distintos pueblos del mediterráneo, los iberos se convirtieron en una de las tribus preindoeuropeas con mayor predominancia artística.

Si bien los iberos no solo fueron buenos artesanos y artistas, puesto que además eran excelentes constructores, orfebres y agricultores; es gracias a su arte escultórico que su legado cultural pudo trascender hasta la actualidad.

Dama de Elche
Fotografía de la Dama de Elche, escultura íbera del siglo V o IV a. C. Imagen de Flickr.

A continuación, se listan algunas de las obras insignes de los íberos:

  • Dama de Elche (Alicante, España).
  • Dama de Baza (Granada, España).
  • Bicha de Balazote (Albacete, España).
  • Dama de Ibiza, la cual se cree fue una representación de la diosa púnica Tanit (Ibiza, España).
  • Esculturas de Porcuna (Jaén, España).
  • Conjunto escultórico de El Pajarillo (Jaén, España).
  • Sepulcro de Pozo Moro (Albacete, España).
  • Guerrero de Mogente (Valencia, España).
  • Dama oferente del Cerro de los Santos (Albacete, España).
  • Leona o León de Nueva Carteya (Córdoba, España).

Referencias:

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