El dominio de la agricultura representó una verdadera revolución en la historia de la humanidad. Gracias a este suceso, que aconteció hace más de 9000 años, se logró un cambio radical en todas las áreas de la vida y en el desarrollo de las sociedades primitivas.
Origen de la agricultura
En la prehistoria, el ser humano era nómada debido a que no tenía conocimientos sobre cómo producir conscientemente sus propios alimentos. Esto le obligaba a trasladarse constantemente en la búsqueda de recursos que se dieran de forma natural. Una vez que los agotaba, debía buscar nuevos espacios que los tuviesen.
La aparición de la agricultura no se dio de forma homogénea, sino que tuvo diferentes orígenes y momentos en el tiempo. De esta forma, los estudios han determinado que la primera región en la que se tiene constancia de tener conocimientos agrícolas fue en donde hoy en día se encuentra China, en el 7000 a.C. aproximadamente.
Más adelante, en el 6500 a.C., se encuentran muestras de agricultura en una de las civilizaciones con mayores adelantos de la historia: el antiguo Egipto. Para esta época también se evidenciaría en el Oriente Próximo.
Por último, en el territorio americano se estima que la aparición de la agricultura sucedería en el sur del continente alrededor del 3500 a.C. La misma iría ascendiendo geográficamente hasta llegar a poblaciones del norte.
No es posible determinar la forma exacta en la que la agricultura tiene sus orígenes. Las hipótesis apuntan a que esta apareció de forma espontanea en la medida en que el hombre, al no consumir y desechar las semillas de los frutos, notó que estas germinaban, crecían y generaban nuevas cosechas. Por supuesto, este proceso se llevó a cabo en largos periodos de tiempo.
Agricultura en la Antigüedad
Con el paso de los milenios poco a poco se fueron constituyendo las primeras sociedades agrónomas. Esto representó un nuevo escenario para los hombres, los cuales debieron tomar medidas para que esta fuese duradera en el tiempo.
La producción agrícola es realmente exigente. Para llevarla a cabo con efectividad se deben tener en cuenta elementos básicos como la necesidad de agua, luz solar y la diversidad de los alimentos, entre otros. Pero, sobre todo, el hombre de la la Edad Antigua entendió que se requería mano de obra para poder llevar a cabo los procesos agrícolas que le garantizasen recursos.
En gran parte de la historia esta mano de obra se vio compuesta principalmente por esclavos que trabajaban en los campos de cultivo. Sin embargo, ya en la antigüedad se pudo identificar que sería necesario implementar técnicas que hicieran más eficaz la producción a fin de cumplir con la demanda de una sociedad en crecimiento.
En este sentido, cuatro civilizaciones de la antigüedad destacaron por el desarrollo de sus sistemas agrícolas: Egipto, Mesopotamia, India y China. Esta última, por ejemplo, fue la primera en donde se evidencia el uso de arado mediante bueyes y hierros, lo que facilitaría el trabajo.
Ya desde épocas antiguas, la aparición de la agricultura trajo consigo un nuevo escenario social: la diferencia entre agricultores (poseedores de pequeñas parcelas de tierra) y los grandes terratenientes (representados por monarquía, emperadores u otros organismos estatales).
Por esta situación, ya en el Imperio romano se mostraría el primer esbozo de una reforma agraria que atendiese las necesidades de ambas partes, escenario que continuaría a lo largo de la historia.
Agricultura en la Edad Media
La Edad Media es una de las etapas con menor desarrollo tecnológico y cultural de la historia reciente. Este hecho también afectó a la agricultura, práctica que se mantuvo sin avances considerables. Pese a ello, se puede apreciar la aparición del molino de viento, primero en Persia (actual Irán) en el siglo VII y más tarde en Inglaterra y Francia a partir del siglo XII.
En la Edad Media se dio una suerte de fusión entre el sistema agrario, el político y el económico, teniendo como resultado al feudalismo. En este, los señores feudales eran los administradores de grandes extensiones de tierras cultivables que a su vez estaban bajo la supervisión de los vasallos. Los siervos sustituyeron a los esclavos como forma de producción; estos, si bien trabajaban bajo condiciones muy parecidas, eran considerados como personas libres.
En el siglo XIV, Occidente atravesó diferentes factores que repercutieron en su actividad agrónoma: largas temporadas de lluvia, la aparición de la peste negra, la caída del Imperio bizantino y la expansión musulmana, entre otros. Por otra parte, la llegada de la burguesía y del capitalismo significó un impulso en la actividad agraria.
La Agricultura en la Modernidad
A finales del siglo XV, es decir, en el comienzo de lo que hoy conocemos como Edad Moderna, se produce el descubrimiento de América, y esto supuso un nuevo universo para el desarrollo agrícola.
El reino de España se hacía con prácticamente todo un continente de tierras muy fértiles nunca antes trabajadas y vastas reservas de agua dulce para llevar a cabo grandes cultivos.
Con el paso de los siglos XVI y XVII, España establecerá su producción agrónoma en América. El nuevo continente poseía además una inmensa variedad de alimentos locales cuyas semillas fueron trasladadas y cultivadas en otras geografías. Ante el auge por esta nueva actividad agrónoma, la economía tuvo gran desarrollo.
Agricultura en la Edad Contemporánea
Es con el siglo XVIII, en plena Edad Contemporánea, que llegaría la etapa con mayores y más fructíferos cambios para el desarrollo de la agricultura en la historia: la Revolución Industrial. Este momento histórico fue llevado a cabo en primer lugar en el Reino Unido y luego se expandió a otros países de Europa.
Con los adelantos tecnológicos con energía producida por vapor, se logró abrir una ventana de oportunidades en todas las áreas. Esto afectaría en gran medida a la agricultura. A partir de entonces, por ejemplo, el arado de las tierras podía ser mecanizado.
Por otra parte, la industrialización de las ciudades provocó un éxodo masivo desde las zonas rurales, aunque los diversos adelantos tecnológicos permitieron cubrir esta carencia.
Agricultura en el siglo XX
A partir de la Revolución Industrial, la participación de la tecnología en los procesos agrícolas fue cada vez mayor. En el siglo XX, los campos de cultivo se han industrializado junto con la explotación de recursos animales.
A este factor se le sumó una gran incidencia de adelantos científicos que permitieron maximizar la producción de alimentos. Gracias a la genética, se pudo modificar la anatomía celular de frutas y hortalizas para que fuesen más grandes. Por otra parte, los pesticidas ayudaron a generar campos sin agentes invasores que los afectasen.
Por todo el siglo se seguirán generando adelantos en materia agrónoma que fueron directamente proporcionales a la tecnología del momento. Esto permitió que las oportunidades fuesen cada vez más diversas para su desarrollo.
Referencias:
- Historia de la agricultura. Profesor en Línea.
- Cuáles fueron las primeras civilizaciones agrícolas. UnProfesor.
- La agricultura en la historia de la humanidad. Agroicultura.
- Molino de viento. Ecured.