Historia de los impuestos y tributos

Aunque parezcan algo propio de las sociedades más civilizadas, lo cierto es que los impuestos son parte de la historia de la humanidad desde tiempos muy remotos. En mayor o menor grado de formalismo, los impuestos han estado presentes para permitir que los territorios puedan mantenerse a sí mismos de forma organizada.

Definición de impuestos

¿Qué son los impuestos? Desde el punto de vista histórico, los impuestos son pagos o tributos que deben hacer los integrantes de una sociedad a sus órganos administrativos o gobernantes a fin de financiar tanto a estos como a las obras públicas que se llevan a cabo.

Relación entre los conceptos impuestos y tributos

En lo que a la historia se refiere, no existen diferencias a la hora de referirse a los impuestos y a los tributos. Ello quiere decir que son términos genéricos. Si nos fijamos en cuestiones estrictamente legales, los impuestos son variedades de los tributos y, por tanto, comparten sus mismas características.

¿Desde cuándo existen los impuestos?

No es posible determinar el período exacto en el que aparecieron los impuestos o la primera sociedad que los usó, pero sí tener un aproximado a estos datos. Los impuestos ya estaban presentes hace más de 5000 años en sociedades como las del antiguo Egipto, China y Mesopotamia.

Estas dejaron monumentos en los que se demuestra que utilizaban impuestos en su vida cotidiana. Un ejemplo de estos últimos es el famoso código de Hammurabi, un monumento en el que se expresa con escritura cuneiforme que la sociedad babilónica no sólo empleaba impuestos sino que estos eran un factor muy importante en su desarrollo.

Importancia de los impuestos en la historia

Los impuestos son un mecanismo muy eficaz, pues muestran cómo una sociedad logra financiarse a sí misma. A través de ellos era posible la construcción de monumentos, templos y esculturas, entre otras obras públicas. Sin embargo, su función principal también recae en abastecer la fortuna de los reyes o monarcas en las diferentes sociedades en los que se empleaban.

Los impuestos también eran usados como un mecanismo de dominación a los territorios que eran vencidos en batalla. El Imperio romano se caracterizó por esto al cobrar grandes impuestos o tributos a sus colonias, es decir, a los territorios que se vencían y anexionaban a su imperio.

Algunos pueblos más primitivos no tenían la concepción de impuesto como tal, sino que manejaban el concepto de tributo. Los súbditos rendían sus tributos a un rey a través de ofrendas.

Impuestos en sociedades antiguas

Las grandes sociedades que tuvo la humanidad en el pasado no sólo adoptaron los impuestos, sino que lo hicieron de forma particular. Con el paso del tiempo estos fueron evolucionando, así como lo hacía la humanidad.

Antiguo Egipto

El imperio del antiguo Egipto duró unos 3000 años. Durante este tiempo hubo impuestos, siendo recaudados por los escribas. Sin embargo, la forma en la que se tributaba en mayor medida era a través del trabajo físico. Esto se debía a que en la construcción de sus monumentos era necesaria una mano de obra inmensa que obligaba a la participación de una gran masa de súbditos.

Un ejemplo de esto fue la pirámide del rey Keops, que se llevó a cabo en el año 2500 a.C. Esta estructura tardó 20 años en construirse, y se cree que requirió aproximadamente de 100.000 personas, que trabajaron en llevar los materiales desde Etiopía y luego edificarla. Estas personas prestaban su fuerza de trabajo como pago de un impuesto.

Grecia

En la antigua Grecia se establecieron impuestos directos, que se llevaban a cabo en escenarios de guerra o necesidad extrema, e impuestos indirectos, que estaban relacionados con el mercado y el consumo y se establecían en temporadas de paz.

La democracia ateniense concebía los impuestos de forma equitativa. A su vez, los impuestos servían para que sus ciudadanos -hombres atenienses libres- no pasaran hambre ni enfermedades, además de tener educación garantizada.

De Grecia resalta el impuesto directo que se denominó eisfora, relacionado con los gastos de guerra y que todo ciudadano debía pagar. Sin embargo, cuando la guerra pasaba y el escenario lo permitía, se buscaría retribuir el impuesto a quienes lo habían dado.

Antigua Roma

La principal fuente de ingresos del Imperio romano residía en los bienes que se iban obteniendo a través de la dominación de otros territorios. Pero además de arrebatar tesoros a los pueblos que dominaban, también se les imponía el pago de tributos. Esta realidad llevaba a que la sociedad que residía en Roma no tuviese que pagarlos pues se financiaban de las colonias.

Tal situación llevó a que estos territorios fuesen explotados al punto en que muchos no podían siquiera responder a la demanda del impuesto o tributo que se les exigía. Por ello, algunos emperadores, como Octavio, Marco Aurelio o Adriano, debieron perdonar las obligaciones tributarias de una determinada zona, ya que esta no lograba cumplirla.

La Edad Media

La Edad Media trajo consigo un modelo político y socio-económico que fue generalizado en los reinos de Europa: el feudalismo. En este, si bien existían reyes que eran considerados como la máxima autoridad, los señores feudales terminaron teniendo igual o mayor poder a efectos prácticos. Esto se debía a que ellos eran los que administraban las tierras y a quienes los vasallos debían obediencia.

Los vasallos estaban obligados a pagar tributo a los señores feudales, el cual solía ser en especias u otros recursos. Este modelo no contempla algún tipo de moneda en el pago de impuestos, ya que la mayor fuerza laboral eran los siervos: campesinos, artesanos o herreros que intercambiaban su fuerza laboral a cambio de los elementos suficientes para vivir en los territorios del feudo.

Los siervos debían abastecer a los señores con sacos de granos, vino, aceite y animales, entre otros elementos. Lo debían hacer voluntariamente y a tiempo, o serían saqueados por los soldados de los señores y despojados a la fuerza de lo que tenían. Estos tributos, si bien no tenían la concepción de impuestos, en esencia lo eran.

La modernidad y la burguesía

Tras la caída de Constantinopla en el siglo XV, se iniciaría una nueva etapa para la humanidad: la Edad Moderna. A la par, el feudalismo caía como modelo obsoleto y que ya no era capaz de sustentarse. A partir de entonces comienzan a formarse los primeros Estados fuertes, como fue el caso de España, Francia y Gran Bretaña.

Con esto también aparecía un nuevo actor: la clase social de la burguesía. Esta se concentraba en el comercio como medio para generar capital y riquezas. Este conjunto de elementos hizo necesario que, ante la necesidad de los monarcas por construir estados fuertes, y siendo testigos de la acumulación de capital por terceros, se hiciese inminentemente necesario el regreso del pago de impuestos por parte de la sociedad.

Referencias:

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