Resumen del Imperio babilónico
- Fechas: 1792 a. C. – 539 a. C.
- Ubicación: zona sur de Mesopotamia.
- Capital: Babilonia.
- Gobierno: monarquía.
- Religión: politeísta.
- Idioma: amorreo, casita, acadio (con sus variantes asiria y babilonia).
- Reyes más destacados: Hammurabi, Nabucodonosor II.
Babilonia es el imperio que sucedió al conocido como renacimiento sumerio. Fue uno de los grandes pueblos de la antigua Mesopotamia y, por tanto, habría que encuadrarlo dentro de la Edad Antigua. Tras ellos llegaron los asirios y los persas.
¿Cuándo comenzó y cuándo terminó el Imperio babilónico?
El comienzo del imperio de Babilonia se establece en el año 1792 a. C., con el ascenso al poder de Hammurabi, mientras que su finalización se sitúa en el año 539 a. C. (coincidiendo con la caída de la ciudad ante la acometida de los persas).
Ubicación geográfica de Babilonia
Se ubicaba en la zona sur de Mesopotamia, es decir, en el espacio situado entre los ríos Tigris y Éufrates (lo que es la actual Irak).

Hay que tener en cuenta que, al mencionar Babilonia, no sólo nos estamos refiriendo a una región, sino también a una ciudad que también llevaba dicho nombre y que se situaba en la zona centro de este territorio.
Origen del nombre de Babilonia
Babilonia es un nombre griego que proviene de las palabras ka-dingir-ra (sumerio) y babilim (acadio). Su significado es puerta de Dios.
Etapas de Babilonia
Época paleobabilónica (2004 a. C. – 1595 a. C.)
Años 2004 a. C. (fin de la dinastía de Ur) – 1595 a. C. (toma de Babilonia por parte de los hititas). Asimismo, se puede dividir en dos subperiodos:
Apogeo de las ciudades-Estado
Su duración fue de unos dos siglos, y se caracterizó por la lucha que mantuvieron las ciudades de Isin y Larsa para así hacerse con el control de la Baja Mesopotamia.
Mientras, en la Alta Mesopotamia hubo una pugna por el dominio de las rutas comerciales entre las ciudades de Eshnunna, Mari y Assur.
Imperio paleobabilónico
Es la época de la I dinastía, que se sitúa entre los años 1894 y 1595 a. C. Los amorreos, también conocidos como amorritas o amoritas, eran un pueblo nómada que se hizo sedentario al establecerse en tierras situadas entre el Tigris y el Éufrates. Tras mezclarse con la población sumeria, empezaron a aparecer dinastías con orígenes amorritas en varias ciudades de Mesopotamia.
Una de ellas fue Babilonia, donde gobernó Hammurabi a partir del año 1792 a.C. Este rey consiguió unificar Mesopotamia y sobresalió por su sentido de la justicia y de la benevolencia. Entre sus logros cabe mencionar el Código de Hammurabi, que aúna todas las legislaciones existentes en la zona.
Le sucedió su hijo Samsu-iluna, quien tuvo que enfrentarse a revueltas internas y a nuevos enemigos. Posteriores monarcas pelearon contra los hurritas y los hititas, provocando estos últimos la caída de los amorritas.
Primera dinastía del País del Mar (1595 a. C. – 1570 a. C.)
Conocida como la II dinastía, no existen muchos datos acerca de ella.
Casitas (1570 a. C. – 1157 a. C.)
Tras el saqueo de Babilonia, los hititas se desplazaron hasta la actual Turquía, lo que permitió que los casitas aprovecharan la debilidad de la ciudad para tomarla y establecer así la III dinastía.
Este pueblo, que se cree que provenía de las zonas montañosas del suroeste de Irán, adoptó las costumbres ya establecidas y creó un imperio en el que la paz, la estabilidad y la prosperidad se prolongarían durante varios siglos. De hecho, incluso mantuvieron buenas relaciones con los faraones egipcios.
Entre sus aportaciones cabe destacar la utilización del caballo e incluso la medición del tiempo. Su monarquía se podría calificar de feudal, puesto que unas pocas familias poseían la mayoría de las tierras y controlaban el comercio.
Sin embargo, en el tramo final de esta etapa fueron atacados tanto por los asirios como por otros invasores que provenían del Mediterráneo. Son los denominados pueblos del mar, entre los que cabe destacar algunos que son el origen de otras conocidas civilizaciones. Es el caso de los ekwesh (futuros griegos), los peleset (filisteos) o los teresh (etruscos).
Posteriormente, los elamitas entraron en Babilonia y en el año 1174 a.C. se llevaron el código de Hammurabi y la estela de Naram-Sin.
Segunda dinastía de Isin (1156 a. C. – 1027 a. C.)
Se la conoce como la IV dinastía, y en ella sobresalió Nabucodonosor I, quien se convirtió en rey de Babilonia y, tras derrotar a los elamitas, consiguió recuperar el robado código de Hammurabi y la sustraída estatua de Marduk. Aunque venció a los asirios en algunas batallas, no pudo frenar el avance de este pueblo.
Segunda dinastía del País del Mar (1024 a. C. – 1004 a. C.)
Los primeros reyes de esta V dinastía tenían nombres casitas, por lo que se cree que eran descendientes de estos que se refugiaron en la zona sur de Babilonia tras el avance de los elamitas por el este.
El País del Mar aprovechó la destrucción de Babilonia, ocasionada por la invasión de los suteos, para establecer una nueva dinastía. El país se fragmentó y Próximo Oriente, Anatolia y las costas egipcias fueron ocupadas por estos pueblos nómadas.
Dinastía de Bazi (1003 a. C. – 984 a. C.)
Al tiempo que aparecía esta VI dinastía, se producía el auge de Fenicia e Israel. Además, a partir de esta dinastía, los reyes extranjeros adoptaron gran parte de las antiguas tradiciones de Babilonia e incluso aceptaron al dios Marsuk.
La población continuaba con sus quehaceres y era ajena a la sucesión de dinastías y conflictos políticos que marcó a esta época.
Dinastía elamita (984 a. C. – 977 a. C.)
Se convirtió en una breve VII dinastía.
VIII dinastía (977 a. C. – 732 a. C.)
Duró más de dos siglos y coincidió con el nacimiento de Cartago (814 a. C.) y la segunda colonización griega (que se produjo alrededor del año 750 a. C.).
Asirios (731 a. C. – 626 a. C.)
La IX dinastía apareció poco después de la fundación de Roma por Rómulo y Remo (753 a. C.). El primer rey de esta dinastía se aproximó a los arameos, pero, como no llegó a un acuerdo con ellos, optó por hacer lo propio con Asiria.
De esta manera, se buscaba mantener a raya tanto a los príncipes arameos del País del Mar como a los del sur de Mesopotamia.

Con Tiglatpileser I, Babilonia ya estaba incorporada a Asiria, de ahí que políticamente estuviera gobernada o bien por representantes asirios o bien por los propios monarcas asirios.
Imperio neobabilónico o caldeo (625 a. C. – 539 a. C.)
Los caldeos eran nómada semitas de la familia de los arameos que se establecieron en la antigua Sumeria a principios del primer milenio a. C.
Tras el fallecimiento en el año 627 a. C. del gobernador de Babilonia, los asirios no nombraron a un sucesor. Nabopolasar se hizo rey en Babilonia e independizó a ésta de Asiria, naciendo con él la X dinastía.
La citada independencia provocó una previsible guerra entre Asiria y Babilonia, pero una alianza de esta última con los enemigos asirios del norte propició que en el año 612 a. C. cayera su capital: Nínive.
Nabucodonosor II, el hijo de Nabopolasar, marchó entonces contra los egipcios, que eran aliados de los asirios. Tras derrotarlos, nació lo que se conoce como el Imperio neobabilónico o caldeo. No obstante, hubo revueltas ante esta dominación, tal y como sucedió en Judea o en la ciudad de Tiro.

Durante este reinado, Babilonia lucía esplendorosa, construyéndose monumentos como la Puerta de Istar o los Jardines Colgantes de Babilonia (a los que se les considera una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo).
El último monarca de este período fue Nabónido, que nada pudo hacer ante la acometida del persa Ciro II. Babilonia cayó en el año 539 a. C. y dio paso al poderoso Imperio persa.
Características de Babilonia
Sociedad babilónica
Durante la época de Hammurabi, la sociedad se dividía de la siguiente manera:
- Awilum: son los hombres libres. Tenían acceso a los cargos públicos. Obviamente, algunos eran más adinerados e influyentes que otros, tal y como sucedía con los gobernantes, los funcionarios, los sacerdotes y los grandes mercaderes.
- Shirku: oblatos cuya vida estaba relacionada con el funcionamiento de los templos.
- Mushkenum: en este caso hablaríamos de hombres semilibres. Disponían de bienes (incluyendo aquí a los esclavos), pero eran siervos y, si así se les requería, estaban obligados a participar en las contiendas militares.
- Wardum (esclavos) y Amtu (esclavas): eran considerados como bienes, aunque, a pesar de ello, podían regentar negocios o incluso contraer matrimonio con individuos libres. No sólo se era esclavo por ser prisionero de guerra (asiru), sino también por contraer deudas que no se abonaban.
Administración babilónica
Aunque el poder absoluto lo tenía el monarca, surgieron los cancilleres o secretarios reales (quienes se encargaban de manera efectiva de la administración). La asamblea, compuesta por el alcalde y los ancianos, se ocupaba de los asuntos relacionados con la justicia, aunque el rey podía resolver determinados juicios.
Economía babilónica
El comercio era la base de la economía babilónica. Su enclave era de gran relevancia, tratándose de una civilización fluvial en la que se usaban los canales de navegación para vender y comprar mercancías.
La tierra era una propiedad tripartita y se repartía de la siguiente manera:
- Estado: la distribuía entre los granjeros, los colonos, los hombres que trabajaban para el servicio real y los beneficiarios de tierras no enajenables pero que se transmitían por herencia.
- Templo.
- Particulares.
Cultura babilónica
Contaban con su propia lengua semítica, que a su vez era un dialecto del acadio, y utilizaban la escritura cuneiforme (de hecho, destacaron por su abundante literatura).

Otro aspecto importante de su cultura fueron sus amplios conocimientos matemáticos, geométricos, médicos y astronómicos (de hecho, sus meses se dividían en cuatro atendiendo a los ciclos lunares, naciendo así las semanas).
Religión babilónica
El dios supremo de su religión era Marduk. Realizaban sus ofrendas y sacrificios de animales en el templo, persiguiendo con ello evitar los períodos de sequía y las inundaciones. Además, existían demonios, a los que culpaban de la existencia de las enfermedades.
Arte babilónico
Arquitectura babilónica
La producción artística realizada durante el período paleobabilónico presentaba cierta continuidad con las tradiciones sumeria y acadia. Ello fue así debido a la existencia de un sustrato cultural común y al hecho de que el acervo cultural de los propios amorreos no era lo suficientemente sólido como para idear creaciones artísticas que se pudieran considerar innovadoras.
Ello hizo que los reyes de Isín y de Larsa se apropiaran del sistema cultural y político de la Tercera Dinastía de Ur (que se encuadra dentro del renacimiento sumerio). Un buen ejemplo de ello son el templo de Ishtar-Kititum en Neribtum y el palacio de Mari.
La construcción de este último fue un reflejo del poder de la monarquía, siendo un edificio de carácter civil que sentó las bases de la arquitectura palacial no sólo de Babilonia, sino también de Asiria o de Persia.
Así, era una edificación de grandes dimensiones (2.5 hectáreas), muy lujosa y con una rica decoración. Su estructura era muy diversificada, existiendo varios sectores que se conformaban alrededor de los patios (dos de ellos eran los principales). Además, estaba fortificada con gruesos muros.
Pero la importancia del arte babilónico comenzó cuando Babilonia estaba bajo el control del pueblo caldeo y se inició el Imperio neobabilónico. El arte se convirtió entonces en un puente entre las culturas orientales y el arte clásico.

La ciudad se convirtió en uno de los mejores ejemplos de distribución urbana gracias al uso de los principios de regularidad y simetría, que precisamente luego se harían característicos en el mundo antiguo. Estaba dividida en dos sectores por el río Éufrates, adoptando su perímetro urbano una forma rectangular.
Las calles estaban pavimentadas y eran muy largas. Se cruzaban en ángulo recto, definiendo un trazado ortogonal que iba ordenando su espacio y elaborando así las distintas manzanas existentes. Por supuesto, la ciudad también estaba muy fortificada.
Los restos de Babilonia
Si bien la ciudad fue perdiendo la importancia que tuvo en el pasado, especialmente en época de Hammurabi, Alejandro Magno se quedó embelesado con ella cuando entró en ella de forma triunfal en el año 331 a. C.
Sus sucesores, conocidos como los seléucidas, crearon su capital en Seleucia del Tigris, que estaba muy cerca de Babilonia. Gran parte de los habitantes y los comercios de esta última se trasladaron a la nueva urbe, convirtiéndose de este modo Babilonia en una mera aldea de la capital.
Referencias:
- Historia del mundo antiguo. Volumen I (Próximo Oriente y Egipto). UNED. 2003. Ana María Vázquez Hoys.
- Babilonia. UNED. Ana María Vázquez Hoys, profesora de Historia Antigua.
- Arte babilónico. UNED. Consuelo Gómez López profesora del Departamento de Historia del Arte.
- Atlas ilustrado de la historia del mundo en mapas. John Haywood, Brian Catchpole, Simon Hall, Edward Barrat.
- Mesopotamia 4: Hammurabi y las 10 dinastías de Babilonia (documental Historia). Pero eso es otra Historia.
- Imperio babilónico. Wikipedia.
- Imperio paleobabilónico. Wikipedia.
- Grupos sociales en Babilonia. Artehistoria.
- ¿Quienes eran los Pueblos del Mar?. Sergio Alejo.
- La verdadera historia de Nabucodonosor II (Nebuchadnezzar II). JOREM.
Es muy importante para mí éstos comentarios, pero me gustaría saber si hay alguna relación entre esta antigua ciudad y la Babilonia de que habla Apocalipsis 17 y 18, soy una maestra de escuela Bíblica, agradeceré sus comentarios.
Muchas gracias por leernos y por escribir, Alma. Existen muchas referencias a Babilonia en la Biblia, pero, en el caso que nos comentas del Apocalipsis, parece que hay distintas teorías sobre si en verdad es una mención expresa a esta histórica ciudad.
Algunos consideran que es una alegoría, y otros una representación de Roma. Te recomiendo que leas este artículo, donde precisamente analizan con detalle los versículos que te interesan. ¡Un saludo!
En particular a los capítulos de Apocalipsis 17 y 18 no hay relación con este artículo, en estos dos capítulos de Apocalipsis se hace referencia a la iniquidad del pueblo, debido a que «Babilonia» fue una ciudad muy inicua y que por ese motivo fue destruida, se toma como «nombre» para así llamar al pueblo inicuo, o cualquier persona que cometa iniquidades se le dice que salga de Babilonia porque de no ser así será destruido, el libro de Apocalipsis es una «revelación» que tuvo Juan, y no solo en Apocalipsis se hace mención de este nombre «babilónicos» a los inicuos si no también en otras partes de la biblia