La guerra del Peloponeso enfrentó a dos grandes polis de la antigua Grecia, Atenas y Esparta, durante más de 50 años. Tanto Atenas como Esparta no se enfrentaron solos, sino que combatieron como representantes de sus ligas (grupo conformado por distintas polis). A continuación, os contaremos todo sobre la guerra del Peloponeso, desde su inicio en el año 460 a. C. hasta su final en el año 404 a.C.
Antecedentes de la guerra del Peloponeso
En aras de ofrecer una mejor comprensión de los acontecimientos suscitados durante la guerra del Peloponeso (siendo esta, en realidad, la segunda guerra del Peloponeso), os explicaremos con detenimiento el contexto histórico y los sucesos previos que llevaron a Atenas y Esparta a enfrentarse durante casi medio siglo.
Contexto histórico de la guerra del Peloponeso
A mediados del siglo V a.C., la Antigua Grecia se encontraba conformada por múltiples polis o ciudades-Estado. Cada una de estas polis eran autónomas e independientes, es decir, todas poseían sus propios gobernantes y formas de gobierno. Usualmente, las polis que conformaban la antigua Grecia se enfrentaban entre sí o se aliaban en contra de un enemigo en común.
La guerra del Peloponeso se desataría cuando Atenas, una de las polis más importantes de toda Grecia, con su sistema democrático, se enfrentó a Esparta, una de las ciudades más bélicas y poderosas de la antigua Grecia. Sin embargo, Atenas y Esparta no fueron los únicos que participaron en dicha guerra, sino que, simplemente, eran los líderes de sus bandos (ligas), los cuales estaban conformados por muchas polis.
La Liga del Peloponeso y la Liga de Delos
La Liga del Peloponeso era un bloque de polis aliadas, o al menos eso es lo que muchos piensan. En realidad, la Liga del Peloponeso consistió en tratados unilaterales entre Esparta y el resto de las polis que conformaban dicha liga; es decir, entre estas últimas no existía acuerdo alguno. No obstante, en lo que a la guerra del Peloponeso respecta, las polis de la Liga del Peloponeso se unirían en contra de la Liga de Delos.
Por otro lado, la Liga de Delos o Liga Ático-Délica, era un conjunto de polis aliadas entre sí que destacaba por su poderosa flota de combate (dicha alianza surgió después de los acontecimientos ocurridos durante las guerras médicas). Esta liga tenía como finalidad establecer tratados multilaterales que le permitiesen defenderse en contra de futuros ataques enemigos (el Imperio persa era el temor principal de la Liga de Delos).
Atenas se uniría a la Liga de Delos tiempo después de su creación tras aceptar la invitación de las polis de dicha liga. Sin embargo, fue tomando, poco a poco, el control político y militar de la Liga Ático-Délica gracias a su poderosísima flota ateniense. De esta manera, Atenas y Esparta se erigieron como las polis líderes y hegemónicas de cada una de sus ligas, sentando las bases para la primera guerra del Peloponeso.
La primera guerra del Peloponeso
Lo que se conoce bajo el nombre de la guerra del Peloponeso, fue en realidad una sucesión de varios conflictos bélicos separados por intervalos de tregua y de paz. De esta manera, podemos identificar dos grandes enfrentamientos entre la Liga del Peloponeso y la Liga de Delos, los cuales se encuentran separados por un periodo de tregua y paz.
En el año 460 a.C. se desató la primera guerra del Peloponeso. Atenas y Esparta, ambas representantes hegemónicas de sus ligas, se enfrentaron durante 15 años en esta primera guerra. Este conflicto bélico se inició cuando Atenas decidió apoyar a la polis de Mégara en su enfrentamiento con Corinto. Por su parte, Esparta respondería ofreciendo su apoyo a Corinto, librándose así la contienda.
La primera guerra del Peloponeso llegaría a su fin con un acuerdo conocido como la Paz de los Treinta Años (445 a.C.). No obstante, dicho periodo de paz duró solo 10 años, pues tanto Atenas como Esparta, junto a sus ligas respectivas, se enfrentarían nuevamente.
¿Qué originó la segunda guerra del Peloponeso?
De la misma forma que en la primera guerra, la segunda guerra del Peloponeso se desató a causa de enfrentamientos menores entre miembros de ambas ligas. Dichos enfrentamientos recibirían el apoyo de los líderes hegemónicos de cada liga: Atenas y Esparta.
En el año 436 a.C., la polis de Epidamno estuvo bajo tensión bélica a causa una guerra civil entre el partido oligarca y el partido democrático. Corinto, miembro de la Liga del Peloponeso, ofrecería su apoyo al partido democrático de Epidamno enviando tropas a dicha polis. Por su parte, Córcira, futuro miembro de la Liga de Delos, enviará apoyo al partido oligarca de Epidamno al proporcionarle 40 buques de guerra repletos de soldados.
Los corintios, al enterarse del movimiento naval de Córcira, respondieron enviando una gran expedición naval. En consecuencia, la tensión entre ambas polis fue escalando hasta el punto en el que el enfrentamiento fue inevitable. Corcireos y corintios se enfrentaron en el cabo de Leucimna, donde los corcireos serían derrotados.
Los corcireos sabían que los corintios volverían en busca de venganza, por lo que solicitaron ser incluidos en la Liga de Delos para así protegerse de un inminente ataque por parte de los corintios. Atenas supo aprovechar esta situación, de tal modo que iniciaría su expansión hacia el occidente utilizando como excusa su apoyo a la polis de Córcira.
Los espartanos se percataron de las intenciones de los atenienses, las cuales eran expansionistas en todo sentido. Los espartanos estaban en lo correcto, pues Atenas atacaría a la polis de Potidea en el año 432 a.C. Esto ocasionó que Esparta, y las polis miembro de la liga del Peloponeso, le declararan la guerra a Atenas en el año 431 a.C. y, en consecuencia, a la Liga de Delos, iniciando así la segunda guerra del Peloponeso.
Etapas de la segunda guerra del Peloponeso
La segunda guerra del Peloponeso fue un conflicto bélico que duró 27 años. Por tal motivo, y en aras de una mejor comprensión de dichos acontecimientos, os relataremos lo ocurrido durante la segunda guerra del Peloponeso en cuatro grandes etapas.
La guerra de Arquídamo (431 a.C. – 421 a.C.)
Los espartanos, quienes eran indiscutiblemente imbatibles en combate cuerpo a cuerpo, marcharon hacia la península ática con la intención de derrotar a Atenas y sus aliados. Por su parte, los atenienses, bajo el mando de Pericles, quien era un líder astuto y certero en cuanto al análisis del poder de combate de los espartanos, decidieron refugiar a todos los atenienses en el interior de las murallas de su ciudad.
Sin embargo, la estrategia de Pericles no contemplaba únicamente la defensa, sino también un ataque certero a los espartanos. De esta manera, Pericles utilizaría el poder la flota ateniense, en combinación con la flota de las polis miembro de la liga de Delos, para diezmar la flota y todas las edificaciones costeras peloponesias.
Las murallas atenienses eran lo suficientemente grandes y resistentes como para inutilizar el gran poder de combate de los espartanos; además, la flota de la Liga de Delos era superior a la peloponesia en todo sentido. La estrategia de Pericles había sido un éxito rotundo.
No obstante, tan solo un año después del inicio de la guerra, se desató una terrible enfermedad en el interior de las murallas de Atenas que acabó con la vida de miles de atenienses, dentro de los que el mismísimo Pericles se encontraba, falleciendo a causa de esta terrible enfermedad en el año 429 a.C.
Los atenienses fueron superiores a los espartanos gracias a su imbatible fuerza marítima y a la astucia de sus líderes, dentro de los que destacan Cleón y Demóstenes. Sin embargo, los espartanos seguían siendo imbatibles en combate terrestre. En consecuencia, los atenienses fueron perdiendo territorio frente al avance de las tropas espartanas.
Paz de Nicias (421 a.C. – 415 a.C.)
Diez años después del inicio de la segunda guerra del Peloponeso, tanto las tropas atenienses como las espartanas, y las de sus respectivas ligas, se encontraban agotadas por la guerra. Es por ello que, en el año 421 a.C., ambas ligas se vieron en la necesidad de firmar un acuerdo de paz y tregua conocido como la Paz de Nicias.
El acuerdo de paz de Nicias consistía en 50 años de tregua y paz entre Atenas y Esparta, así como también entre las polis que eran miembros de ambas ligas. Sin embargo, el pacto de tregua se rompería tan solo siete años después, dando inicio a la tercera etapa de la segunda guerra del Peloponeso.
La expedición de Sicilia (415 a.C. – 413 a.C.)
La guerra se reanudaría en el año 415 a.C. debido a las políticas expansionistas de Atenas, las cuales no eran bien vistas por Esparta y sus aliados del Peloponeso. De forma similar a como ocurrió con el conflicto entre Córcira y Corinto, Atenas se involucraría en un conflicto entre polis enemigas (de ligas distintas), pero no ayudando a ninguna de las dos, sino atacando a una tercera polis: Siracusa.
La polis de Siracusa era aliada de Esparta, por lo que, al ser atacada por Atenas, Esparta y toda la Liga del Peloponeso respondió ante tal acto. Alcibíades, quien fuese un antiguo líder ateniense, traicionaría a los atenienses para unirse al bando espartano.
En consecuencia, el equilibrio que había entre distintos bandos se vio perturbado, inclinándose a favor de los espartanos, pues Alcibíades contó muchos secretos y estrategias de batalla de los atenienses a los peloponesios. Los espartanos aprovecharían esta oportunidad para tomar ventaja en la guerra y frenar las intenciones expansionistas de Atenas.
La guerra de Decelia y Jonia (413 a.C. – 404 a.C.)
La ayuda de Alcibíades, dada a Esparta y la Liga del Peloponeso, les permitió dar golpes certeros al Imperio ateniense y a la Liga de Delos durante los últimos nueve años de la guerra. Para empezar, se centraron en destruir su economía, invadiendo lugares de importante producción para la liga de Delos.
La estrategia definitiva de los espartanos fue utilizar a los persas como método de disuasión en contra de las polis menores de la Liga de Delos, pues enfrentarse a los espartanos ya era difícil de por sí. De esta manera, Esparta negoció con el Imperio persa, cediéndole algunas polis griegas a cambio de oro y de su «aparente» apoyo.
Por si fuera poco, el gobierno democrático de Atenas recibió una serie de golpes de Estado en el año 411 a.C. por parte de un sector oligarca, los cuales querían hacerse con el poder en Atenas. Los líderes militares y políticos supieron manejar sus revueltas internas; además, la flota ateniense seguía siendo imbatible en combate, por lo que la victoria aún no estaba asegurada para los espartanos.
Atenas recibiría su golpe más severo en el año 405 a.C., después de que, durante la batalla de Egospótamos, Lisandro, el gran líder de los espartanos, capturó a la mayoría de los barcos de su poderosa flota cuando aún estaban anclados. Unos pocos barcos atenienses lograron escapar y, rápidamente, dieron la noticia a Atenas de la estrepitosa derrota que habían sufrido en Egospótamos.
Lisandro, a sabiendas de su inminente victoria, daría el golpe final a Atenas al situarse al frente de la misma con 150 trirremes. La intención de Lisandro era hacer un bloqueo naval absoluto que les impidiese obtener alimentos para así desgastar las fuerzas de los atenienses.
¿Quién ganó la guerra del Peloponeso?
Los atenienses perderían la guerra en el año 404 a.C., al negociar un tratado de paz con los espartanos. Lisandro, líder de los espartanos, aceptó el tratado de paz de Terámenes, líder de los atenienses, a cambio de que este destruyera las murallas atenienses y que cediera todas sus posiciones fuera del Ática. De esta manera, los espartanos resultaron victoriosos durante la guerra del Peloponeso.
Referencias: