Los visigodos fueron una tribu germánica originaria del este de Europa. Gobernaron de forma estable la península ibérica desde principios del siglo V hasta comienzos del siglo VIII, siendo su capital Toledo. Dejaron un gran legado y contribuyeron a la creación de la actual España.
Cuándo comenzó el reinado de los visigodos en España
Sus inicios se podrían establecer en el año 476, justo cuando se produce la caída del Imperio romano de Occidente y empieza el reino visigodo de Tolosa. Éste durará hasta el año 507, dando paso entonces al reino visigodo de Toledo.
Consejo: si quieres memorizar la fecha aproximada de esta época, recuerda que la palabra visigodo comienza con las letras VI, es decir, el sexto en números romanos y el siglo al que corresponde este último año.
Cuándo terminó el reinado de los visigodos en España
Tras la batalla de Guadalete del año 711, el Imperio islámico comenzó a conquistar la península ibérica. La última de las provincias visigodas, la Septimania, cayó en manos de los musulmanes entre los años 716 y 725.
Origen y antecedentes de los visigodos
Los godos formaban parte de los pueblos germánicos orientales y, por tanto, eran conocidos como bárbaros por parte de los romanos. Su origen se fija en Escandinavia, surgiendo en el sur de Suecia en el siglo I a.C. Tras cruzar el Báltico, se establecieron en el noroeste de Alemania.
Dado que habían escuchado grandes cosas de la antigua Roma, querían aprovechar su cultura y por eso se aproximaron a las fronteras de su civilización y a sus zonas de influencia. Alrededor del año 200, los godos ya ocupaban todas las estepas del norte del mar Negro, convirtiéndose en uno de los principales problemas de Roma e iniciando lo que se conoce como las invasiones bárbaras.
Así, sobre el año 250 realizaron múltiples ataques y saqueos en la zona de los Balcanes. Posteriormente, realizarían incursiones en Éfeso y Atenas. A partir de aquí los godos se dividieron, ya que, mientras unos querían mantener su independencia, otros consideraban que era mejor colaborar con los romanos a cambio de obtener algún beneficio.
Fue entonces cuando surgieron dos ramas:
- Visigodos: se dirigieron hacia la zona más occidental de Europa. Cooperaron con Roma, convirtiéndose en una suerte de ejército de frontera.
- Ostrogodos: se movieron algo más al este y continuaron combatiendo al Imperio romano en busca de una identidad propia.
A finales del siglo IV, los hunos se introdujeron en Europa por el Oriente. Derrotaron a los ostrogodos y luego a los visigodos, que se vieron obligados a huir al oeste del río Danubio y a solicitar refugio en el Imperio romano de Occidente.
El emperador romano Valente pactó entonces con ellos una nuevo tratado, pero enseguida aparecieron las rebeliones. Tal fue así que los visigodos llegaron a saquear de nuevo los Balcanes e incluso vencieron a los romanos en la batalla de Adrianópolis (378).
Valente murió en el combate, y su sucesor, Teodosio, se vio obligado a pactar con los visigodos. Éstos pedían ahora tierras en propiedad, pagándoseles además grandes sumas de dinero a cambio de que continuaran defendiendo los lindes del imperio.
Tras el fallecimiento de Teodosio, el rey de los visigodos, Alarico I, atacó Constantinopla y Grecia, adentrándose luego en Italia para finalmente invadir Roma en el año 410. Su continuador, Ataulfo, selló la paz con los romanos y se asentó en la Galia, siendo Tolosa (Toulouse) la capital de su reino.
Causas de la llegada de los visigodos a España
Derrotados por los francos
Los visigodos fueron derrotados por los francos de Clodoveo I en la batalla de Vouillé (507), lo que hizo que perdieran casi todas sus tierras al norte de los Pirineos y que se desplazaran en masa hacia Hispania.
El clima
Las condiciones climáticas de la península ibérica eran más adecuadas para llevar una vida sedentaria.
Tierra para la agricultura
Existían grandes extensiones de terreno que les permitían cultivar cereales, que era la base de su alimentación.
Infraestructuras
Los romanos habían construido unas infraestructuras muy sólidas por la mayor parte de la península, bien fueran caminos o acueductos, por poner tan sólo un par de ejemplos.
Romanización
El pueblo hispanorromano era muy culto, de ahí que, al entrar en contacto con ellos, los visigodos fueron asimilando aún más rápido su lengua y su cultura (tal y como habían hecho antes en la Galia y en otras zonas del imperio).
Los visigodos en España
El reino visigodo de Tolosa (476-507)
Con el permiso de los romanos, los visigodos se introdujeron entonces en la península ibérica para hacer frente a las conquistas que desde el año 409 venían haciendo otros pueblos bárbaros (caso de los suevos, vándalos y alanos).
Los alanos y vándalos fueron expulsados entre los años 416 y 476, mientras que los suevos se quedaron en la zona de la actual Galicia.
Tras la caída del Imperio romano de Occidente en el mencionado año 476, los pueblos germánicos consiguieron su independencia y permanecieron en aquellos lugares en los que ya estaban asentados (los visigodos en España, los francos en Francia, los ostrogodos en Italia, los vándalos en el norte de África y los anglos y los sajones en el Reino Unido).
El reino visigodo de Toledo (507-711)
En el año 507, la península ibérica ya estaba bajo el control casi absoluto de los visigodos, siendo su denominación Hispania (tal y como hacían los romanos). Sin embargo, poco a poco empezó a utilizarse otro nombre: Spania.
El ostrogodo Teodorico el Grande asumió la regencia del pueblo visigodo tras haberles ayudado en su fracasado intento de repeler a los francos de la Galia. Le sucedieron varios monarcas de este pueblo, hasta que el Imperio bizantino, es decir, el Imperio romano de Oriente de Justiniano I, acabó con los vándalos del norte de África y se introdujo en el sur y sureste de la península.
Su intención era recuperar la unidad del Imperio romano y, aunque los ostrogodos cayeron, existió una gran dispersión política por parte de los visigodos. Todo esto cambió a partir del año 572, cuando Leovigildo se convirtió en su nuevo rey.
Leovigildo destacó por buscar la unidad territorial de la península y por propiciar una nueva sociedad en la que se combinaron elementos visigodos e hispanorromanos (a quienes dio importantes puestos en el organigrama político y económico de su reino).
Desde un punto de vista militar, prosiguió la lucha contra el Imperio bizantino, llegando a conquistar la rebelde ciudad de Córdoda. También combatió contra los suevos del occidente peninsular, quienes terminaron siendo siervos de los visigodos.
Lo que no consiguió fue la unidad religiosa alrededor del arrianismo. Aunque era tolerante con los católicos, intentó hacer todo lo posible para que estos se convirtieran a su religión (tarea en la que fracasó).
De hecho, su hijo Hermenegildo, al que había nombrado gobernador de la Bética, se convirtió al catolicismo y se rebeló contra su propio progenitor. Leovigildo consiguió sofocar su levantamiento y durante meses mantuvo en prisión a su propio vástago. Dado que éste se negó a abandonar el catolicismo, finalmente ordenó que lo decapitaran (algo que sucedió en el año 585).
Tras la muerte de Leovigildo, le sucedió otro de sus hijos: Recaredo I. Éste continuó la política de su padre, pero con una gran salvedad: se convirtió a la religión de los hispanorromanos, el catolicismo, en el año 587. Consiguió, de esta manera, la unidad religiosa que tanto perseguía su padre.
Para ello convocó el III Concilio de Toledo (589), donde se selló la unidad territorial y religiosa del reino. Además, allí fue donde se escenificó su conversión a la fe católica, imitándole de esta manera la mayoría de la nobleza visigoda y de los obispos arrianos.
Tras la muerte de Recaredo I, algunos nobles consideraron que era el momento de regresar a la monarquía electiva. Es por ello que se produjo un golpe de Estado contra su hijo ilegítimo Liuva II, quien murió ejecutado con tan sólo 20 años de edad.
Se rompía así lo que iba a ser el inicio de una importante dinastía real y se quebraba también la estabilidad, puesto que, a lo largo del siglo VII, la mayoría de los sucesivos reyes visigodos acabaron haciéndose con el poder tras golpes de Estado o después de ser asesinados.
Es lo que sucedió con Viterico, si bien Gundemaro murió de forma natural. A continuación, Sisebuto falleció en extrañas circunstancias, probablemente envenado, siendo nombrado sucesor su hijo Recaredo II, quien contaba con pocos años y que apenas duró unos días como monarca.
Su puesto lo ocupó Suintila, un importante militar visigodo. Durante su mandato, el reino alcanzó su máxima extensión, ya que venció a los vascones y atacó los núcleos bizantinos que quedaban en la península.
Sisenando lo destronó, pero murió cinco años después. Chintila fue entonces elegido rey, pero falleció al poco tiempo y le sucedió su hijo Tulga. Su débil carácter seguramente propició que Chindasvinto, de 79 años de edad, se conjurara contra él y le usurpara el trono.
Éste realizó una serie de purgas contra aquellos aristócratas a los que consideraba enemigos. Pereció a los 90 años y en el año 652 le sucedió su hijo Recesvinto, quien dos años después promulgaría el Liber Iudiciorum (también conocido como el código de Recesvinto).
Este texto se convirtió en el nuevo ordenamiento legal, y aunaba el derecho consuetudinario de los visigodos con el antiguo derecho romano. Es decir, se establecía el mismo derecho para todos los súbditos del reino y, tras la unidad territorial y la unidad religiosa, se alcanzaba la unidad jurídica.
Tras la muerte de Recesvinto en el año 672, se eligió como rey a Wamba en contra de su voluntad. Curiosamente, después de narcotizarlo también fue obligado a renunciar a la corona, que pasó a manos de Ervigio.
En el reino empezaron a predominar las disputas internas, lo que supuso el inicio de la decadencia de los visigodos. Ervigio casó a su hija con Égica, un pariente de Wamba que se mostraba hostil a su mandato, y lo nombró sucesor.
Witiza, el hijo de Égica, fue el siguiente monarca visigodo, arrancando su reinado en los primeros años del siglo VIII. Murió joven, alrededor de los 25 años de edad, sucediéndole un noble llamado Rodrigo (que se supone se hizo con el poder de forma violenta).
Ante esto, Agila II se rebeló contra este nuevo rey y formó una escisión del reino en su zona norte. Por otro lado, Rodrigo tuvo que enfrentarse a los invasores del Imperio islámico. En la batalla de Guadalete (711) vio cómo nobles visigodos le abandonaban, perdiendo el combate contra el califato omeya y muriendo en la contienda.
Los musulmanes entraban en la península para quedarse, pues posteriormente llegarían hasta Zaragoza y también acabarían con la vida de Agila II y su sucesor, llamadon Ardón.
Causas de la caída de los visigodos
Si tuvieramos que hacer un resumen del porqué de la caída de los visigodos, habría que mencionar los siguientes factores:
Expansión del islam
El auge del islam provocó que los musulmanes entraran en la península ibérica para de esta manera expandir su imperio por Europa. Nacería entonces al-Ándalus.
Conflictos internos
La continua pugna de los nobles visigodos por hacerse con la corona propició un debilitamiento de la propia monarquía, a la que le faltó una mayor estabilidad durante el siglo VII.
Características de los visigodos
Características políticas de los visigodos
Poseían una monarquía electiva y, por tanto, la aristocracia visigoda elegía al nuevo rey. Además, contaban con sus propios jefes militares, que a su vez hacían de jueces. Mientras, la máxima autoridad de los hispanorromanos era el obispo de cada ciudad, aparte de que disponían de sus propios jueces. Es decir, ambos sistemas convivieron durante mucho tiempo.
No existía un ejército profesional y regular, sino que el rey solicitaba a los nobles que colaborasen a la hora de formarlo cuando fuese necesario. Algunos monarcas realizaban levas cada primavera, y los señores estaban obligados a contribuir a estos reclutamientos. Para ello tenían que enviar a hombres que vivían en sus dominios y trabajaban sus tierras.
Y es que el rey tenía un poder absoluto, existiendo un séquito de aristócratas a los que les obsequiaba con tierras y de entre los que se elegía a su consejo real.
Características sociales de los visigodos
- Demografía de la población visigoda
Los visigodos que se introdujeron en la península ibérica no eran tantos como pudiera parecer. Así, historiadores y arqueólogos establecen una cifra que oscila entre los 80.000 y los 200.000. Es decir, apenas eran un 5% de la población de Hispania y, por tanto, la mayoría hispanorromana era más que evidente.
- Edad media de los visigodos
La esperanza de vida media de un hombre era de entre 33 y 36 años de edad, mientras que en el caso de una mujer se situaba entre los 27 y los 33 años de edad.
Aunque las tasas de natalidad eran elevadas, también sucedía lo mismo con las de mortalidad. Esto se debía a la mala alimentación y a la aparición de enfermedades, caso de las pestes.
- Ruralización
Mucha gente abandonó las ciudades, puesto que eran más proclives a los ataques y a las enfermedades. Es por ello que regresaron a los campos y sólo se mantuvo una gran actividad en las grandes urbes.
Todo esto propició que se incrementara la importancia de las villas y que naciera una aristocracia rural, sentándose así las bases del feudalismo.
- Clases sociales de los visigodos
Estaban muy marcadas, encontrándonos con la aristocracia, los campesinos propietarios, los colonos o campesinos empobrecidos (muchos de ellos esclavos que han alcanzado su libertad) y los esclavos.
Características económicas de los visigodos
Se crearon numerosos complejos monásticos de carácter rural que se hicieron autosuficientes y que, por tanto, vivían de la agricultura y de la ganadería. Además, se convirtieron en relevantes centros culturales.
En dichos lugares se solían cultivar cereales, legumbres, olivos y vides. Aunque no aportaron grandes novedades agrícolas, sí introdujeron desde Europa los manzanos, las alcachofas y las espinacas.
Arte visigodo
El arte visigodo está marcado por la tradición hispanorromana y paleocristiana, con influencias del Oriente cristiano y del norte de África.
Arquitectura visigoda
Se conservan escasos restos de la arquitectura visigoda (alrededor de cuarenta en la península ibérica). Una de sus aportaciones más importantes fue la introducción del arco de herradura, que era más abierto que el empleado posteriormente por los musulmanes.
Respecto a la cubierta, era abovedada, bien fuera de cañón o de arista. También fue frecuente el uso de columnas, siendo los capiteles del orden corintio, aunque tampoco faltaban el capitel bizantino y troncocónico invertido. Sobre el capitel se situaba el cimacio, que, más que un elemento de la columna, era una ménsula o saledizo del muro.
Además, se usó la piedra en sillares dispuestos a soga y tizón. Probablemente con el propósito de restar sobriedad a los muros, se introdujeron en ellos, a distintas alturas, cenefas o frisos realizados en sillares.
La distribución del templo visigodo se asemeja a la de la basílica cristiana, con una planta de cruz latina basilical y de cruz griega simple, o inscrita en un rectángulo. En algunos casos se utiliza el ábside cuadrado en lugar del semicircular.
Ejemplos de sus construcciones son las siguientes:
- Iglesia de San Juan de Baños (Palencia).
- Cripta de San Antolín (situada en la catedral de Palencia).
- Iglesia de Santa Comba (Orense).
- Iglesia de Santa María de Melque (Toledo).
- Ermita de Santa María (Quintanilla de las Viñas, Burgos).
- Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora).
Escultura visigoda
Es escasa y, de hecho, no se conserva ninguna obra de bulto redondo, puesto que la decoración se centró principalmente en relieves. Éstos adornaron pilastras, pilares, impostas, capiteles, cimacios y frisos, es decir, era una escultura muy ligada a la arquitectura.
Orfebrería visigoda
Sí conocemos más muestras de su orfebrería, ya que les gustaba utilizar los metales preciosos, como el oro, para elaborar joyas, coronas y otro tipo de ornamentos. Es el caso del tesoro de Guarrazar, que se puede ver en el Museo Arqueológico Nacional, y del tesoro de Torredonjimeno.
Consecuencias del reinado visigodo
Raíz de la unidad de España
Se establecen los cimientos de España, puesto que sucesivos monarcas consiguieron la unidad territorial, religiosa y jurídica de la península ibérica.
Nacimiento de la idea de la Reconquista
La Reconquista surgió porque precisamente los distintos reinos cristianos querían recuperar la unidad que habían alcanzado en su día los visigodos, algo que conseguirían los Reyes Católicos ocho siglos más tarde.
Lista de los reyes visigodos
Migración a la península ibérica
- Ataúlfo (410-415).
- Sigerico (415).
- Walia (415-418).
Reino de Tolosa
- Teodoredo (418-451).
- Turismundo (451-453).
- Teodorico II (453-466).
- Eurico (466-484).
- Alarico II (484-507).
Intermedio ostrogodo
- Gesaleico (507-511).
- Amalarico (511-531).
- Teudis (531-548).
- Teudiselo (548-549).
Reino de Toledo
- Agila I (549-555).
- Atanagildo (551-567 ó 568).
- Liuva I (567/8-572 ó 573).
- Leovigildo (570-586).
- Recaredo I (586-601 ).
- Liuva II (601-603).
- Witerico (603-610).
- Gundemaro (610-612).
- Sisebuto (612-621).
- Recaredo II (621).
- Suintila (621-631).
- Sisenando (631-636).
- Chintila (636-639).
- Tulga (639-642).
- Chindasvinto (642-653).
- Recesvinto (649-672).
- Wamba (672-680).
- Ervigio (680-687).
- Égica (687-702).
- Witiza (700-710).
- Rodrigo (710-711).
- Agila II (710-713).
- Ardón (713-720).
Referencias:
- Visigodos. Nace España. Memorias de un tambor. José Carlos G.
- El arte visigodo. UNED. María Teresa González Vicario y Genoveva Tusell García.
- El ejército visigodo. UNED. Raúl González Salinero.
- Pueblo visigodo. Wikipedia.
- El Derecho de la España visigodo. Manual de Historia del Derecho. Francisco Tomás y Valiente.
- Características de la monarquía visigoda. Historia de España para selectividad. Juan Jesús Pleguezuelos.
- Al-Andalus. Unidad 5. 2º de ESO. Lecciones de Historia. Rosa Liarte.