Guerra de sucesión española

Resumen de la guerra de sucesión española

  • Fecha: 1701 a. C. – 1715 a. C..
  • Lugar: principalmente, Europa Occidental.
  • Época histórica: Edad Moderna.
  • Causas: lucha por el trono de España entre la Casa de Borbón (Luis XIV de Francia/Felipe de Anjou) y la Casa de Habsburgo (Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico/Carlos de Austria).
  • Bandos: Borbónicos | Austracistas.
  • Resultados: firma de los Tratados de Utrecht, Rastatt y Baden.
  • Consecuencias: Felipe V, rey de España | Gran Bretaña, potencia europea | Decadencia de Francia | Cesión de territorios de España y Francia a Gran Bretaña y Austria.

La guerra de sucesión española fue un conflicto bélico entre borbones y austracistas librado en distintas regiones de Europa Occidental desde el año 1701 hasta el año 1715.

Si bien la guerra de sucesión española fue un conflicto bélico internacional, en España supuso una guerra civil que enfrentó a la Corona de Aragón, partidaria de la coronación de Carlos de Austria, en contra de la Corona de Castilla, fiel a la causa de Felipe V.

¿Cuándo comenzó la guerra de sucesión española?

La guerra de sucesión española arrancó con el enfrentamiento entre las tropas austriacas al mando del príncipe Eugenio de Saboya y las tropas francesas lideradas por el mariscal Nicolas Catinat, algo que sucedió el 9 de julio de 1701 en la localidad italiana de Carpi d’Adige, situada en la provincia de Verona.

¿Cuándo terminó la guerra de sucesión española?

La guerra de sucesión española llegaría a su fin en el año 1713 gracias a la firma de la Paz de Utrecht, un conjunto de tratados y convenciones bilaterales y multilaterales que trajeron consigo la conclusión de la guerra e importantes cambios territoriales en Europa.

A pesar de ello, la gran espiral de conflictos bélicos ocasionados por dicha contienda continuaría en territorio español debido a la negativa de Cataluña y Mallorca de aceptar la voluntad de Felipe V, ya que ello implicaba perder sus fueros e instituciones.

Finalmente, la guerra de sucesión española terminaría con la toma borbónica de Mallorca y su posterior rendición el 2 de julio de 1715.

Sin embargo, en términos políticos la guerra acabaría oficialmente con el Tratado de Viena de 1725, en el que Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico renunciaba de forma definitiva al trono de España.

Bandos de la guerra de sucesión española

La guerra de sucesión española dividió a Europa en dos grandes bandos:

  • Borbónicos: eran partidarios de la coronación de Felipe de Anjou, nieto del Luis XIV de Francia, como sucesor de Carlos II el Hechizado, pues esa había sido la voluntad de este último.
  • Austracistas: apoyaban la coronación de Carlos de Austria, ya que tanto Carlos II el Hechizado como el archiduque de Austria pertenecían a la misma casa dinástica.

Los intereses de las grandes potencias europeas iban más allá de respetar la voluntad del difunto rey Carlos II y la sucesión dinástica de la casa de Austria.

En realidad, cada uno de los beligerantes, que se expondrán a continuación, participaron de la guerra de sucesión española respondiendo a intereses geopolíticos y a su propio beneficio:

Contrincantes de la guerra de sucesión española

Borbónicos
(Partidarios de Felipe de Anjou)
Austracistas
(Partidarios de Carlos de Austria)
España España
Reino de Francia Sacro Imperio Romano Germánico:
• Archiducado de Austria
• Reino de Prusia
• Electorado de Hannover
Ducado de Baviera (hasta 1704) Provincias unidas
Electorado de Colonia Reino Unido de Gran Bretaña:
• Inglaterra
• Escocia
Ducado de Mantua  Reino de Portugal (desde 1703)
Reino de Portugal (hasta 1703) Ducado de Saboya (desde 1703)
Ducado de Saboya (hasta 1703) Reino de Dinamarca

Contexto histórico de la guerra de sucesión española

A finales del año 1700, la muerte de Carlos II de España, miembro de la Casa de Habsburgo, parecía inevitable.

Aquello no debería haber causado particular revuelo si Carlos II el Hechizado hubiese tenido descendencia a quien heredarle el trono de España. Sin embargo, ese no era su caso, ya que, debido a su enfermedad —se presume que sufría el síndrome de Klinefelter—, no pudo dejar descendencia.

Su inminente muerte convirtió al trono de España en el más codiciado de Europa Central y Occidental, especialmente para Luis XIV de Francia y el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico, quienes reclamaban los derechos de sucesión al trono de España.

Ambos alegaban que tenían por madre a hijas del rey Felipe III —abuelo de Carlos II— y por esposa a hermanas del monarca enfermo.

Por otra parte, potencias europeas occidentales de la talla de Inglaterra y los Países Bajos, cuyos reyes no podían reclamar el trono de España como si podían hacerlo Francia y el Sacro Imperio, tomarían parte en la cuestión sucesoria española dando su apoyo a uno de los bandos.

La intervención de Inglaterra y de los Países Bajos no tenía una finalidad filantrópica, sino que respondía a sus propios intereses geopolíticos o, mejor dicho, al escenario político que más les favoreciese.

Sin embargo, las opciones eran escasas y los resultados similares, ya que, si apoyaban a Francia, las Coronas españolas y francesas se unirían en una sola, dando como resultado a un poderoso reino.

Y si, por el contrario, decidían apoyar al Sacro Imperio, resucitarían a un imperio semejante al de Carlos I de España y V del Sacro Imperio.

Causas de la guerra de sucesión española

Estas son algunas de las causas que provocaron el estallido de la guerra de sucesión española el 9 de julio de 1701:

Los derechos de sucesión

La primera y más importante de todas las causas fue la lucha por el trono de España entre la Casa de Borbón y la Casa de Habsburgo, representada, inicialmente, por el rey Luis XIV de Francia y el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico, y, después, por Felipe de Anjou, nieto del rey Luis XIV, y Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I.

El testamento de Carlos II de España

En 1696, Carlos II había escogido a su sobrino-nieto, José Fernando de Baviera, como su heredero, lo cual, de haberse concretado, habría evitado el estallido de la guerra de sucesión española al eliminar la posibilidad de una doble Corona española-francesa o española-alemana.

Además, habría respetado, en primera instancia, lo acordado entre Francia, Inglaterra y los Países Bajos en el Primer Tratado de Partición de 1698.

Sin embargo, la muerte prematura de José Fernando de Baviera, en 1699, eliminó dicha posibilidad.

Tras su fallecimiento, las potencias europeas volverían a reunirse, designando, en el Segundo Tratado de Partición, a Carlos de Austria como el heredero del trono de España, a cambio de ceder los territorios italianos de España, junto a Guipúzcoa, a Francia.

Aquel acuerdo no sería aceptado ni por la Casa de los Habsburgo, quienes reclamaban la totalidad de la herencia de España, ni por España, pues todo aquello se había hecho a espaldas del rey Carlos II. Sorprendentemente, Francia sí estaba conforme con lo establecido en el tratado.

Finalmente, y en contra de todo pronóstico, del Segundo Tratado de Partición y de la historia misma de España y su pasado bélico en relación a Francia, el rey Carlos II terminaría nombrando a Felipe de Anjou, de la Casa de Borbón, como el heredero absoluto de España.

Felipe de Francia, duque de Anjou, proclamado rey Felipe V de España en el Palacio de Versalles el 16 de noviembre de 1700
Felipe de Francia, duque de Anjou, proclamado rey Felipe V de España en el Palacio de Versalles el 16 de noviembre de 1700, obra de François Pascal Simon Gérard (principios del siglo XIX).

Asimismo, establecería, inocentemente, dos normas para el futuro rey Felipe V:

  1. La forma de gobierno, la monarquía, tendría que mantenerse y respetarse, con todas sus leyes y fueros.
  2. La Corona de España nunca se uniría a la Corona de Francia.

La ruptura del Segundo Tratado de Partición

El Segundo Tratado de Partición o Tratado de Londres, que se había firmado en marzo de 1700 con la aprobación del Reino de Inglaterra, el Reino de Francia y los Países Bajos, sometía a sus participantes a respetar tal acuerdo.

Si bien es cierto que el rey Carlos II de España no participó de dicho acuerdo y, por tanto, no estaba obligado a respetarlo, el caso de Francia era totalmente distinto, ya que este último reino si había participado y aceptado el Tratado de Londres.

En consecuencia, el nombramiento de Felipe de Anjou como legítimo heredero de todas las posesiones de Carlos II de España y la posterior aceptación de tal nombramiento por parte del rey Luis XIV de Francia representaba una violación y una ruptura del Segundo Tratado de Partición.

La eventual unión de España y Francia

En diciembre de 1701, un mes después de la muerte de Carlos II de España, el rey Luis XIV de Francia declararía la conservación del derecho de sucesión de Felipe V al trono de Francia, lo cual constituía una clara violación al testamento de Carlos II, al plantear una posible unión entre las Coronas españolas y francesas.

La injerencia de Luis XIV de Francia en el gobierno de España

Entre 1701 y 1715, el rey Luis XIV de Francia envió un aproximado de 400 cartas a su nieto, el rey Felipe V de España.

Ilustración sobre la participación francesa en la guerra de sucesión española
Ilustración sobre la participación francesa en la guerra de sucesión española, obra de Cecil Doughty (año 1974).

En dichas cartas, Luis XIV no se limitaría únicamente a darle consejos políticos a su nieto, pues este incluso le daría órdenes directas, convirtiendo a los embajadores franceses en auténticos ministros de la doble Corona española-francesa que se había formado de facto.

El nacimiento de la Gran Alianza antiborbónica

El 20 de enero de 1701, previendo el inminente surgimiento de un monopolio del comercio con América por parte de España y Francia, se formó la Gran Alianza antiborbónica.

Esta alianza tenía como finalidad realizar operaciones conjuntas contra Francia y, además, apoyar el reclamo del trono de España por parte de Carlos de Austria.

Etapas de la guerra de sucesión española

El inicio de la guerra (17011703)

Las primeras batallas de la guerra de sucesión española se librarían en territorio italiano bajo dominio del Reino de España.

A pesar de el gran poderío y de la ventaja geográfica que poseían las tropas borbónicas de Felipe V y del rey Luis XIV de Francia, estas serían derrotadas en la batalla de Carpi (9 de julio de 1701) y en la batalla de Chiari (1 de septiembre de 1701).

En 1702, siguiendo los consejos de su abuelo, Felipe V emprendería una exitosa batalla en el Reino de las Dos Sicilias, imponiéndose victorioso en la batalla de Santa Vittoria (26 de julio de 1702) y resistiendo un intento de contraataque por parte de las fuerzas antiborbónicas en la batalla de Luzzara (15 de agosto de 1702).

Batalla naval de la bahía de Vigo, 23 de octubre de 1702
Batalla naval de la bahía de Vigo, 23 de octubre de 1702, pintura anónima (año 1705).

El 13 de enero de 1703, Felipe V haría su entrada triunfal en Madrid. Sin embargo, su éxito militar palidecería ante la noticia de que el Sacro Imperio Romano Germánico le había declarado la guerra tanto a él como a su abuelo, el rey Luis XIV de Francia.

Por su parte, las tropas de la Gran Alianza antiborbónica llevarían la guerra a la península ibérica con la intención de conseguir una base naval en las costas del Mediterráneo para las flotas de Gran Bretaña y Países Bajos. Sin embargo, fracasarían en primera instancia.

El desenlace de la guerra (17031710)

A inicios del año 1703, el Reino de Portugal y el Ducado de Saboya cambiarían de bando, sumando así su ejército a las tropas de la Gran Alianza antiborbónica a cambio de algunas concesiones territoriales.

De esta manera, los austracistas no solo aumentarían su poder efectivo de combate, sino que además obtendrían la anhelada base militar gracias al Reino de Portugal, el cual se convertiría tanto en su base de operaciones marítimas como terrestres.

Mapa de la guerra de sucesión española
Mapa de los bandos de la guerra de sucesión española en el año 1703. Imagen de Wikipedia.

El 12 de septiembre de 1703, el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio, al vislumbrar una inminente victoria para el bando austracista tras conseguir el apoyo de Portugal y Saboya, proclamaría formalmente a su segundo hijo, el archiduque Carlos De Austria, como el auténtico y único rey de España bajo el nombre de Carlos III de España.

Desde entonces, Felipe V y Carlos III de España se enfrentarían por establecer la legitimidad de su mandato.

A pesar de que la Gran Alianza poseía un mayor número de tropas y estaba constituida por las más grandes potencias de Europa Occidental y Central, estos serían derrotados en la batalla de Almansa el 25 de abril de 1707, lo cual marcaría el inicio de la caída de las tropas antiborbónicas.

El final de la guerra (17111714)

El 5 de mayo de 1705, el emperador Leopoldo I del Sacro Imperio moriría, sucediéndole en el trono su hijo, José de Habsburgo, quien se convertiría en el emperador José I del Sacro Imperio.

Sin embargo, el reinado de José I duraría poco menos de seis años, pues moriría el 17 de abril de 1711. Así pues, la única opción posible para sucederle en el trono era su hermano, el archiduque Carlos de Austria, a quien la Gran Coalición pretendía coronar como rey de España.

La muerte del emperador José I marcaría el inicio del final de la guerra de sucesión española, ya que tanto Gran Bretaña como Países Bajos retirarían su apoyo al archiduque Carlos de Austria, pues, de coronarse este como rey de España, Europa estaría ante un nuevo Carlos V, es decir, una nueva doble Corona española-alemana.

Finalmente, la guerra de sucesión española terminaría con el inicio de la firma de los Tratados de Utrecht en 1713, aunque permanecería vigente en territorio español por un par de años más.

Consecuencias de la guerra de sucesión española

Estas son algunas de las consecuencias derivadas tras el final definitivo de la guerra de sucesión española con la toma borbónica de Mallorca el 2 de julio de 1715:

  • Felipe V (Felipe de Anjou) es reconocido rey de España por todas las grandes potencias europeas.
  • Pérdida del derecho al trono francés por parte de Felipe V.
  • Gran Bretaña se erige como el mayor reino y potencia hegemónica de Europa. Francia queda relegada a una posición secundaria, mientras que España se convierte en un reino sumamente débil.
  • El éxito del absolutismo de Luis XIV de Francia llega a su fin tras la guerra de sucesión española, iniciando así la decadencia del Reino de Francia.
  • El Reino de Francia cede algunas zonas de Canadá a Gran Bretaña, pero obtiene la ciudad de Landau in der Pfalz y la localidad de Barcelonnette.
  • El Reino de España entrega Menorca y Gibraltar al Reino de Gran Bretaña, así como también algunos de sus territorios en América junto al monopolio del tráfico de esclavos en ese mismo continente. Asimismo, le cede Sicilia al Ducado de Saboya y entrega los Países Bajos Españoles, Flandes, Nápoles, Milán y Cerdeña al Archiducado de Austria.

Referencias:

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