Resumen del Reino de Castilla
- Fecha: 1065 – 1230.
- Época histórica: Edad Media.
- Lugar: Castilla (en la actual España).
- Capitales: Burgos, Toledo, Valladolid.
- Superficie: alrededor de 40.000 km².
- Gobierno: monarquía feudal.
- Religiónes: catolicismo, judaismo, islam.
- Idiomas principales: latín, castellano.
- Moneda: maravedí.
A lo largo de su historia, la península ibérica ha estado integrada por una gran diversidad de reinos, coronas y condados que en sus características han dado forma y establecido la historia de esta zona geográfica.
En el caso de la actual España, los distintos reinos han jugado un papel importante en su historia y su evolución. Uno de ellos es el Reino de Castilla, cuyo origen y posterior evolución abordaremos en el siguiente artículo.
Ubicación y extensión del Reino de Castilla
El Reino de Castilla se encontraba ubicado en todo el centro de la actual España (hablamos de zonas que hoy forman parte de las comunidades autónomas de Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha).
Estaba integrado por importantes ciudades como Madrid, Guadalajara, Segovia, Toledo y Burgos.
Posteriormente, la Corona de Castilla expandió su territorio al anexionar o subyugar otros reinos, hasta el punto de lograr una convergencia con la Corona de Aragón y controlar toda la península durante la Monarquía Hispánica.
Etimología de Castilla
Existen varias teorías sobre el origen del nombre Castilla, pero la más aceptada la atribuye a la palabra en latín castellum, la cual es diminutivo de castrum (castro), que era el nombre que recibían los poblados fortificados en la época romana.
Esta palabra evolucionó al español medieval como Castella o Castiella, que podría interpretarse como tierra de castillos debido a su gran abundancia en la zona.
Origen del Reino de Castilla
Los orígenes como entidad se remontan a la época del Reino de Asturias. Una de las zonas que conformaban este reino era Castilla, un condado habitado por distintos pueblos, como los mozárabes, los astures o los cántabros, que, entre sus idiomas, hablaban el castellano (en su forma medieval).
En tiempos del rey Ordoño I, Castilla tuvo su primer conde, Rodrigo de Castilla, entre los año 850 y 873.
En 910 se funda el Reino de León cuando los príncipes del Reino de Asturias trasladaron su capital de Oviedo, en la zona norte, a la ciudad de León durante el proceso de la Reconquista. Con esto, Castilla adquiriría su autonomía en 932.
Fernando I de León fue conde de Castilla desde 1029 y, posteriormente, tras casarse con Sancha de León (hija del difunto rey Alfonso V), fue rey de León en 1037.
Tras su muerte en 1065, dividió el reino entre sus herederos, entregando a su hijo Sancho el condado de Castilla. Este se convertiría en su primer rey.
Reino de Castilla
Desde un principio, los reinos y territorios que fueron repartidos entre los hijos del difunto rey afrontaron disputas y conflictos.
Sancho II de Castilla se alió con su hermano, Alfonso VI, para conquistar Galicia, la cual había sido entregada a su hermano García.
Tras haber logrado con éxito la conquista del territorio, surgieron disputas entre ambos reyes, un conflicto en el que el rey Sancho fue asesinado y Alfonso VI pudo controlar todo el territorio que había sido repartido por su padre.
Con el territorio bajo su control, Alfonso continuó con la Reconquista de la mano de Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid), quien anteriormente había estado al servicio del rey Sancho.
A pesar de que Castilla formaba parte de sus dominios, constituía una parte diferente de su reino debido a sus características.
Tras la muerte del monarca en 1109, fue sucedido por su hija Urraca, la cual afrontó distintos conflictos. Su hijo, Alfonso VII de León, dividió una vez más el reino entre sus hijos, entregando Castilla a Sancho III.
Los años posteriores del reino estuvieron marcados por conflictos con los otros reinos y por el proceso de reconquista.
Sin embargo, finalmente en 1217 el rey Fernando III recibe Castilla de su madre Berenguela, y en 1230 sucede lo propio con León de parte de su padre, Alfonso IX.
Se produjo entonces la unificación de ambos reinos. A partir de este punto, Castilla pasa a ser una entidad en unión con León y el resto de las entidades bajo su poder conocida como la Corona de Castilla.
Consecuencias del Reino de Castilla
Corona de Castilla
Con la unificación de ambos territorios bajo un soberano y a merced de las Cortes de Castilla, el reino continuó con la Reconquista capturando ciudades y causando derrotas a los musulmanes. También el idioma castellano alcanzó mayor popularidad y uso entre los territorios.
Un suceso importante fue sofocar la revuelta mudéjar entre los años 1264 y 1266 de la mano del rey Alfonso X.
Sin embargo, el reino seguiría afrontando problemas internos relacionados con la sucesión: tras la muerte del rey Alfonso XI en 1350, sus hijos Pedro I y Enrique II se enfrascaron en un conflicto conocido como la primera guerra civil castellana, que terminó con la muerte de Pedro I en 1369.
Luego, entre los años 1474 y 1479, se produjo la guerra de Sucesión castellana entre los partidarios de Isabel y los de Juana la Beltraneja, que culminó con el reconocimiento de Isabel I de Castilla.
Los Reyes Católicos
Otro de los reinos en la península ibérica era la Corona de Aragón, la cual no estuvo bajo el control de la Corona de Castilla.
Isabel se casó con el heredero de Aragón, Fernando, en 1469, por lo que esta corona apoyó a Isabel durante la guerra de Sucesión.
La unión dinástica de ambos permitió un gran poder, aunque los territorios conservaban sus leyes propias.
Durante esta unión se completó la Reconquista al concretarse la conquista de Granada en 1492. También se conquistaron la Islas Canarias entre 1478 y 1496, y se financió la expedición de Cristóbal Colón, gracias a la cual se produciría el descubrimiento de América.
Fue, en definitiva, un periodo de gran influencia y crecimiento en la zona del Mediterráneo y del continente americano.
Isabel falleció en 1504 y fue sucedida por su hija Juana I, quien al padecer una enfermedad mental no ejercía un poder real. Este recaía en su marido, Felipe I, el cual murió en 1506 y Fernando de Aragón obtuvo de nuevo la regencia de Castilla.
Fernando falleció en 1516 y fue sucedido por el hijo de Juana, Carlos I, quien, debido a la combinación de matrimonios dinásticos, recibe nuevos territorios, consolidando la idea de monarquía universal.
La idea de tener un rey extranjero (Carlos I había nacido en Gante, Bélgica) causó malestar en Castilla, y desató la guerra de las Comunidades de Castilla entre los años 1520 y 1522, que culminó con la victoria del rey y las Cortes de Castilla perdieron su poder.
Unificación de reinos
Durante las décadas siguientes, los monarcas españoles mantuvieron su control sobre gran parte del mundo a través de distintas guerras.
Castilla afrontó un periodo de recesión económica debido a la enorme carga fiscal a la que estaba sometida. Sin embargo, tras la muerte de Carlos II sin heredero en 1700, ocurrió la guerra de sucesión española entre 1701 y 1715, que culminó con el tratado de Utrecht y el reconocimiento a Felipe V.
Esto condujo a los Decretos de Nueva Planta, en los cuales las leyes e instituciones del Reino de Aragón y sus aliados fueron abolidas por apoyar al archiduque Carlos, el otro candidato a rey en la guerra.
Con el fin de las instituciones y su reemplazo por las castellanas, el sistema federal que conformaba el reino llegó a su fin y desapareció el Reino de Aragón, un reformismo que llevó a una monarquía absolutista y uniformista para todo el reino (sin la necesidad de distintas coronas).
Referencias:
- Castilla. Wikipedia.
- Reino de Castilla. Ecured.
- Corona de Castilla. Wikipedia.
- Historia. Condado de Castilla.
- Decretos de Nueva Planta. Wikipedia.
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