En el mundo existen muchos tipos de sistemas administrativos de gobierno con características distintas de acuerdo al contexto o a las necesidades.
Uno de los temas más importantes a la hora de gobernar es definir la sede del poder político y de la administración, pues algunos abogan porque exista un centro que rija o tome las decisiones más importantes, mientras que otros prefieren un poder más dividido en el que las funciones sean realizadas o distribuidas sin la necesidad de una autoridad central.
En el caso de la doctrina que promueve una autoridad, se conoce como centralismo, y es la corriente empleada por varios países.
Definición de centralismo
El centralismo es una doctrina de gobierno que promueve el funcionamiento de la administración a través de un gobierno único que tome todas las decisiones, representando así una autoridad por encima del resto.
Este gobierno nuclear rige todo el territorio donde es aplicado y reúne todos los poderes y competencias del Estado.
Las razones por las que se emplea esta doctrina son variadas, pero en general busca distribuir recursos económicos y planificar desde un punto de vista central para todo el país y no en base a los intereses individuales de las provincias.
Este sistema ha sido motivo de conflictos en muchas ocasiones, pues personas del interior de los países desean implementar un sistema federal.
Significado de competencia
Esta palabra se encuentra integrada por la palabra central (relativo al centro) y el sufijo -ismo, que representa una doctrina.
En última instancia, centro proviene del griego kentron, que era una estaca clavada en la tierra a la cual se le ataba un cordel para dibujar un círculo, quedando esta en el centro.
Origen del centralismo
Desde tiempos antiguos, las distintas sociedades humanas han empleado el centralismo para regir algunos imperios o reinos. Así, no permitían la autonomía de sus entidades, sino que desde un poder central se encargaban de regir muchas veces con mano dura.
El término centralización entró en uso en Francia en 1794 en tiempos de la Revolución francesa y se introdujo en el idioma inglés a principios del siglo XIX.
Durante esta revolución se abogaba por la descentralización; sin embargo, Francia, con los sucesos posteriores, se convirtió en un Estado centralizado, una tradición que mantiene al día de hoy.
Historia del centralismo
Previo a la Revolución francesa transcurrieron eventos como los Decretos de Nueva Planta en España entre los años 1707 y 1716. A través de estos decretos fueron abolidas las leyes e instituciones de los distintos reinos y principados, convirtiendo a la Monarquía Hispánica en una entidad centralista.
Aunque la Revolución francesa trajo muchos cambios y promovió las ideas liberales, el gobierno del Directorio optó por el centralismo, que a día de hoy perdura en Francia.
A principios del siglo XIX, las nacientes naciones latinoamericanas, las mismas que protagonizaron las guerras de independencia hispanoamericanas, optaron por mantener un sistema centralista que, en la mayoría de los casos, fue causa de conflictos, pues las provincias querían optar por un sistema federal.
Esta fue la causa de guerras civiles en países como Argentina, Colombia y Venezuela durante muchos años, causando un proceso de descentralización en la región y en gran parte del mundo con el transcurso de las décadas.
Hoy en día es más común que los países tengan un sistema federal que centralista, pues es una forma más efectiva de atender necesidades y evitar conflictos. Sin embargo, siguen existiendo entidades superiores a nivel nacional que se encargan de regir el territorio y tienen la última palabra en cuanto a decisiones.
Tipos de centralismo
El centralismo se divide de acuerdo a sus facultades o capacidades de acción:
- Centralismo puro: consiste en un centralismo completamente centralizado, sin la mínima capacidad o facultad de los espacios políticos que integran el país para regirse por sí mismos, ya que el Estado ejerce todas las competencias. Es común en países pequeños y homogéneos.
- Centralismo con descentralización administrativa: es un tipo de centralismo en el que el Estado se encuentra centralizado, pero cuenta con facultades administrativas descentralizadas que permiten el gobierno local. El Estado centralizado mantiene el órgano delegante encargado de ejercer competencia y jerarquía.
- Centralismo con descentralización política y administrativa: centralismo en el que las facultades políticas y administrativas son ejercidas libremente por los territorios, pero mantiene un Estado unitario con una sede del poder político y organismos superiores. Es común en repúblicas federales.
Características del centralismo
A continuación os detallamos las principales características del centralismo:
- El gobierno central controla el poder: a pesar de que pueden implementarse otros tipos de centralismo con medidas federales, en última instancia es el Estado quien tiene facultades para regir en todo el territorio.
- El gobierno central dicta su planificación: las regiones están sometidas a la autoridad central, que se encarga de planificar y tomar decisiones por encima de ellas.
- Resuelve conflictos internos: el gobierno central tiene la potestad de tomar medidas y resoluciones que involucren a las regiones, pues su opinión debe mantener el orden y por lo tanto ser acatada por las partes en conflicto.
- Vigila a las partes subordinadas: se encarga de inspeccionar la actuación de los entes subordinados a la autoridad central, pues debe asegurarse de que estos cumplan sus órdenes y decisiones, pues no han de violar su autoridad establecida.
Ejemplos de centralismo
En el mundo actual cada vez más países optan por un sistema federal en el que las regiones tengan su propia autonomía. Sin embargo, podemos citar ejemplos como los siguientes:
- Mónaco: este pequeño principado mantiene un centralismo puro donde la autoridad central se encarga de todas las decisiones, ya que se trata de un Estado con un tamaño muy reducido.
- España: es un ejemplo de centralismo con descentralización administrativa, pues en la actualidad se encuentra conformado por comunidades autónomas que pueden regirse por sí mismas, pero a la vez existe un órgano con una jerarquía superior, en este caso el Tribunal Supremo.
- Finalmente, países como Venezuela practican el centralismo con descentralización política y administrativa, en el que los estados pueden tomar sus propias decisiones político-administrativas mientras mantiene autoridades centrales, como el poder legislativo o el poder judicial.
Referencias: