Resumen de las guerras civiles en Argentina
- Fecha: 1814–1880.
- Lugar: República Argentina y Estado Oriental del Uruguay.
- Época histórica: Edad Contemporánea.
- Causas: búsqueda de una república federal (Partido Federal) / Mantener el sistema centralista que se heredó de la administración de la época colonial (Partido Unitario).
- Bandos: Partido Federal / Partido Unitario.
- Consecuencias: organización federal del gobierno basándose en la Constitución Argentina de 1853 / Buenos Aires, capital de la República Argentina / Federalización de Buenos Aires / Sanción de una constitución federal / Establecimiento de una economía liberal y aperturista.
Las guerras civiles en Argentina surgen después de haber desaparecido el virreinato. Se produjeron ciertos cambios, aunque el monopolio del puerto y de la aduana seguía siendo de Buenos Aires. Mientras, las provincias se convierten en estados autónomos que se gobernaban por su cuenta.
Con ello, surgen dos corrientes políticas: los unitarios, que buscan la restitución de un orden central, y los federales, que definen la autonomía de las provincias.
¿Cuándo comenzaron las guerras civiles en Argentina?
Las guerras civiles en Argentina dan inicio a partir del enfrentamiento de Artigas con el Directorio. Uno de los inicios se da cuando el caudillo José Artigas participa en el Sitio de Montevideo en 1811 en la Banda Oriental. Se da un éxodo oriental cuando el caudillo se niega, tras ello, a aceptar la decisión.
Un año más tarde, se reinicia el Sitio de Montevideo extendiéndose hasta 1814. En este tiempo, existieron diversos conflictos entre los jefes porteños, tales como Manuel de Sarratea y Artigas. Progresivamente fueron empeorando tales conflictos, hasta que se convoca a la Asamblea del año XIII por parte del Segundo Triunvirato.
Más tarde, las guerras civiles argentinas inician como parte del abandono del sitio por parte de Artigas y sus hombres el 20 de enero del año 1814. La provincia de Entre Ríos se rebela al seguir a Artigas, obteniendo autonomía con el combate de El Espinillo. Se incorporan, con ello, al federalismo, Corrientes y la provincia de Misiones.
Contexto histórico de las guerras civiles en Argentina
El Estado entra en crisis tras el surgimiento de las dos corrientes políticas (los unitarios y los federales), considerando que ambos se agruparon en el Partido del Orden para defender los principales intereses de Buenos Aires. La principal figura en todo esto es Bernardino Rivadavia.
El resto de las provincias se encontraban autónomas, siguiendo sus propias políticas, pero los caudillos reclamaron una constitución que representara las ideas de los federales, así como la nacionalidad.
El problema radicaba en que a los bonaerenses no les gustaba esa idea, pues no pretendían subordinarse a un nuevo gobierno central y, mucho menos, perder el control de la aduana y el puerto.
Rivadavia creía que Buenos Aires debía gozar de los frutos del monopolio aduanero. Estaba convencido de que si la administración mejoraba, la eficacia de un proyecto centralista se aseguraría, logrando imponerse sobre las provincias.
Es así como Martín Rodríguez convoca a Estanislao López con la finalidad de firmar un acuerdo con la idea de darle fin a la guerra civil. Se firma el Tratado de Benegas el 24 de noviembre de 1820. El santafesino (gobernador Mariano Vera) acepta la supremacía de Buenos Aires y se compromete a abandonar la provincia y a contribuir con la paz.
Causas de las guerras civiles en Argentina
Una de las causas principales de las guerras civiles en Argentina es la ambición de los caudillos. Fue habitual que muchos de ellos tuvieran la capacidad de generar tal liderazgo como para conducir a soldados a un mismo interés.
La mayoría de las guerras estaban estrechamente ligadas a la preeminencia de Buenos Aires, así como a las alianzas de diferentes provincias en forma de una confederación o federación. Asimismo, también guardaban relación con el establecimiento del conservadurismo o del mismo liberalismo como una forma de gobierno.
Con todo esto se marca la organización constitucional con la finalidad de definir todas las cuestiones mencionadas. Entretanto, además del poder político como base fundamental en todas las guerras civiles, se generó una disputa en relación a la economía que estaba siendo centralizada hacia la capital, Buenos Aires; siendo juzgada por otros como injusta al ser extremadamente excesiva.
Etapas de las guerras civiles en Argentina
Tras la firma del Tratado de Benegas de 1820
Juan Manuel de Rosas le había entregado a Estanislao López una gran cantidad de dinero para que aceptara el Tratado de Benegas. Tal acto fue considerado alta traición por Francisco Pancho Ramírez, su antiguo socio. Como acto de venganza, invade Santa Fe acompañado de un grupo de soldados. Aunque fueron derrotados, se replegaron hacia el Chaco.
En el camino, fueron interceptados por las tropas del caudillo de Córdoba, Juan Bautista Bustos, un aliado de López. Ramírez logró escapar, pero su concubina quedó prisionera y, cuando regresa para rescatarla, lo asesinan de un balazo en el pecho.
El comienzo de la deuda externa en 1824
Rivadavia impulsa las obras públicas, solicitando un préstamo de un millón de libras esterlinas. Sin embargo, el empréstito es tomado con la casa Baring Brothers de Inglaterra (una de las que ofrecía las peores condiciones para el país de todas las ofertas disponibles).
Al haber sido descontadas las comisiones de los gestores, los gastos de misión y diversas cuotas adelantadas, a Buenos Aires llegan tan solo 560.000 libras esterlinas. La mayor parte del dinero es para el cambio en casas comerciales británicas, propiedad de los mismos gestores del empréstito.
El poco dinero que quedó, se disipó, de tal manera que ninguna de las obras públicas del plan original fueron construidas. Es así cómo comienza la deuda externa argentina, la cual se terminó de pagar en 1904.
El sistema de enfiteusis
Como consecuencia de la estafa del préstamo, todas las tierras públicas quedan hipotecadas. Rivadavia decidió aplicar el sistema de la enfiteusis. Este consistía en alquilar las tierras del Estado a los particulares. Sin embargo, los montos eran decididos por los propios arrendatarios.
Todo esto trae como consecuencia una crisis, considerando que son bajos los montos. La Ley de Enfiteusis solo fue de beneficio para la oligarquía terrateniente del país, tratándose de 538 propietarios que se adueñaron de más de ocho millones de hectáreas de la región principal productiva de la nación.
La mayoría de ellos perteneció al grupo rivadaviano que provenía del sector liberal y mercantil. Con tantos beneficios, Juan Manuel de Rosas y toda su élite porteña logran disfrutar de un periodo que podrán recordar como una experiencia feliz.
Congreso Constituyente: 1824
Para el año 1824, esta clase de dirigentes ya mantiene suficiente poder y peso como para convocar un Congreso Constituyente. Es así como el 16 de diciembre se inician las sesiones del congreso y los representantes de las provincias se reúnen, surgiendo muy pronto las diferencias y discusiones entre federales y unitarios.
Ambos buscaban imponer su modelo para la organización del país. Mientras los diputados debaten, treinta y tres patriotas parten desde Buenos Aires a Montevideo con el objetivo de recuperar la Banda Oriental, usurpada por el Brasil. Tal hecho se recuerda como el Desembarco de los 33 Orientales.
La constitución centralista: Rivadavia, presidente de la nación
Los patriotas consiguen su objetivo: el congreso aprueba la incorporación de la Banda Oriental. El Imperio del Brasil responde de manera inmediata declarando la guerra. Tras un año de sesiones, el congreso dicta una constitución centralista y Rivadavia es designado como presidente de la nación.
Pocas semanas más tarde, Rivadavia declara a la ciudad de Buenos Aires como capital de la República. Es así como se convierte en un personaje muy poderoso gracias a la ley. Todo esto provoca el descontento de los federales del país. En la Rioja, un caudillo se preparaba para el levantamiento de las provincias federales. La nación está muy lejos de ser unificada.
Intento de la firma del Tratado de Paz
El ministro Manuel José García, enviado por Rivadavia, intentó firmar un tratado de paz en el que concedía las tierras de la Banda Oriental al Imperio del Brasil.
Tal hecho fue la causa de un gran enojo de las provincias. Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes se sublevan y se unen a la Rioja, provincia en la que se encuentra el caudillo Juan Facundo Quiroga.
Creación de la Dirección General de Correos, Postas y Caminos en 1826
En Buenos Aires, Rivadavia se queda con la idea de convertir la ciudad en una capital europea. Reemplazó los cabildos provinciales por la Junta de Representantes. Suprimió las órdenes religiosas y creó la Dirección General de Correos, Postas y Caminos.
Tales reformas lo enfrentaron directamente con la Iglesia católica, considerando que sus políticas marcaban una mayor participación del Estado en la educación, la beneficencia o en el entierro de los muertos. Es por ello que en 1823 se levantó una conspiración armada liderada por Juan Gregorio de las Heras contra Rivadavia, aunque fuera apagada muy rápidamente.
Renuncia de Rivadavia en 1837
Juan Manuel de Rosas era el hacendado más poderoso de Buenos Aires, así como el principal sostén económico de las provincias. Sin embargo, abandonó a Rivadavia por no estar de acuerdo con él. Es así como se une a los federales del interior.
Tal hecho provocó que Bernardino Rivadavia quedara acorralado y sin poder sostenerse en el poder, renunciando al mismo en 1827 (algo que el congreso aceptó).
El poder central se disuelve con la caída de Rivadavia, volviendo a ser autónomas las provincias. Manuel Dorrego, el jefe del Partido Federal de la Provincia, es elegido gobernador. Este contaba con gran apoyo; sin embargo, encontró una gran crisis financiera en el Estado.
Manuel Dorrego al poder
Manuel Dorrego está en contra de la aristocracia, así como de los enemigos externos de Buenos Aires. Recién asumido presidente, decreta indulto para los desertores, suspendiendo la leva (reclutamiento obligatorio y forzoso de la población civil sin trabajo); a ellos se les da la opción de ir presos o de combatir en la guerra contra los indígenas.
La guerra del Brasil provocó una gran pérdida de recursos. Generó también un gran descontento en el pueblo, el cual debía sacrificarse ante una causa popular. Para finalizar el conflicto, Dorrego firma la paz con Brasil, generando la Independencia de la Banda Oriental.
La guerra se ganó en el campo de batalla, aunque también se había perdido en la documentación debido a que el ministro de Rivadavia, Manuel José García, había firmado el acuerdo preliminar de paz, entregando la Banda Oriental a Brasil.
Una vez termina la guerra, el ejército es recibido con mucho entusiasmo, ganando Dorrego mucho más apoyo popular. Asimismo, venció la furia de los opositores. Los altos mandos del ejército que regresan son unitarios, y están dispuestos a recuperar el poder.
La sublevación contra Dorrego en 1828
El 1 de diciembre de 1828, el general Juan Lavalle y sus tropas del Ejército Nacional se sublevan contra Dorrego. A pesar de que intentara huir, lo atrapan y lo fusilan por orden del mismo general Lavalle.
Los unitarios creen que han detenido a los federales para siempre, sin haber considerado las repercusiones que esto traería.
Juan Lavalle al mando de Buenos Aires
Juan Lavalle quedó al mando de Buenos Aires. Junto a sus partidarios, tomaron la decisión de generar cambios en las elecciones, de tal manera que solo podrían votar las personas de clase alta.
Lavalle gobierna Buenos Aires de forma muy contundente, saqueando y fusilando, así como distribuyendo el dinero público entre sus más cercanos amigos (creando así el sistema de las calificaciones). Esto consistía en armar un registro de sus enemigos políticos con intención de desterrarlos o fusilarlos.
Mientras esto ocurre y Lavalle se encarga de perseguir y derrotar a sus enemigos, Juan Manuel de Rosas entregaba armas al pueblo, quien progresivamente iba sumándose a la lucha armada. Asimismo, padres de familia, mujeres indígenas y demás, participaban del levantamiento producido alrededor del país.
Declaración de la Junta de Representantes en 1829
Entre tanto, con todo este contexto el país cayó en un completo caos. Sin embargo, Rosas se postulaba como la única persona capaz de restaurar el orden en Argentina. De este modo, acuerda la paz con Juan Lavalle y la Junta de Representantes lo declara gobernador de Buenos Aires a finales de 1829.
A partir de ese momento, Rosas pasó a ser recordado como el Restaurador de las Leyes. Es así como se consolidó en el poder tras diversos apoyos. La clase oligarca lo veía como uno de los suyos, mientras que los sectores populares del campo, como un protector, y para los federales de la ciudad, el sucesor de Dorrego. Comenzaba la época de Rosas…
Comandancia Política y Militar: 10 de junio de 1829
El gobierno crea la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas. Luis Vernet, con un grupo de argentinos, se instalan en las islas para desarrollar algunas actividades.
Sin embargo, el Reino Unido reflota su interés sobre el Atlántico Sur; con ello, buscan una estrategia que les genere una base para actuar sobre el Estrecho de Magallanes.
Al mismo tiempo, Estados Unidos llega en un buque de guerra arrasando con Puerto Soledad. Argentina, a su vez, reclama una reparación de tal ataque. Para ello, envía una goleta armada con la intención de restablecer el orden en aquellas islas.
José María Paz, Jefe Supremo Militar en 1830
En 1830, José María Paz se convierte en el Jefe Supremo Militar de la Liga Unitaria. Esta liga comprendía las provincias de San Luis, La Rioja, Mendoza, San Juan, Tucumán, Córdoba, Salta, Catamarca y Santiago del Estero.
En Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas dedica gran parte de su gobierno a la restauración del orden, que se vio afectado tras la guerra con el Brasil. Sin embargo, jamás descuidó su principal objetivo: llevar el sistema federal a todo el país.
La firma del Pacto Federal, 1831
Rosas firma con Entre Ríos y Santa Fe el Pacto Federal. Gracias a ello, se forma una confederación en la que no existe ningún tipo de poder central y en la que, por tanto, cada provincia es soberana. Mientras, Buenos Aires solo se encargaría de mover las relaciones exteriores.
El Pacto Federal no contemplaba un control en la economía, por lo que el libre cambio permite el ingreso de las mercancías.
Además, incluyó la convocatoria de un congreso, el cual pretendía organizar el país bajo el sistema federal. Sin embargo, Juan Manuel de Rosas no quería cumplir esa parte del acuerdo, considerando que eso le llevaría a compartir la Renta aduanera, la cual enriquecía a Buenos Aires.
Ingleses ocupan las islas Malvinas en 1831
Dos años más tarde del ataque de Estados Unidos a Puerto Soledad, el gobierno inglés, con el apoyo de Estados Unidos, ocupa la isla expulsando a los argentinos. Hacia 1834, asignaron a un oficial de la Armada Real para su permanencia en la isla.
No es sino hasta 1841 que nombran a un gobernador. De esta manera, convierten a las islas en una colonia británica.
La victoria de Facundo Quiroga
En el interior del país, el general José María Paz desea terminar con las fuerzas leales a Facundo Quiroga. Es así como toma el gobierno de La Rioja. Los seguidores del cabildo son perseguidos y fusilados. Por su parte, Paz entendía que estaba a punto de ganar la guerra, pero no era así.
Facundo Quiroga vuelve fortalecido gracias al Pacto Federal, logrando una victoria decisiva tanto en Córdoba como en Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja.
La Batalla de la Ciudadela en 1831
En la Batalla de la Ciudadela, Quiroga vence a lo que queda del ejército unitario en Tucumán. Los federales se hacen nuevamente con la mayor parte del territorio nacional. Tanto Facundo Quiroga como Estanislao López insisten en la necesidad de cumplir con el Pacto Federal al convocar un Congreso Constituyente.
Sin embargo, Rosas les convence de que no era aún el momento indicado. Tres años más tarde, y sin intenciones de seguir gobernando, renuncia al dejar a un nuevo gobernador en Buenos Aires: su colaborador Juan Ramón Balcarce.
Sin embargo, bajo el gobierno de Balcarce surgió un grupo federal opositor a Rosas. A estos, él mismo los llamaba cismáticos o lomos negros.
Campaña militar contra los indígenas en 1833
En 1833, al estar Rosas fuera del gobierno, decidió dedicarse completamente a una campaña militar contra los indígenas con la intención de extender la frontera. Los estancieros bonaerenses financian la campaña. Con 1.500 soldados, la campaña hacia el oeste se inicia, así como hacia el sur de Buenos Aires.
Juan Manuel de Rosas logró afianzar su fuerza militar, asegurando, asimismo, nuevas tierras a la oligarquía, haciendo que continuara una contienda política que se había calmado, a pesar de no estar en la ciudad.
La esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra, dirigió el bando de los federales (los llamados apostólicos). Asimismo, forma la Sociedad Popular Restauradora, más tarde llamada La Mazorca; así, mantiene como enemigos a los unitarios y a los federales cismáticos.
Firma del tratado de paz con pueblos originarios en 1834
A inicios de 1834, finaliza la campaña. Juan Manuel de Rosas firma un tratado de paz con algunos pueblos originarios, enfrentándose a otros que se dedicaban a robar ganados (al igual que con los que habían colaborado con los realistas durante la Guerra de la Independencia Argentina).
La frontera la extendió miles de kilómetros, lo que generaría una mayor cantidad de tierras para las actividades agrícolas. Como señal de buena voluntad, Rosas ordenó que se vacunara a varios pueblos contra la viruela.
La pronunciación contra Buenos Aires en 1834
Facundo Quiroga pasó un tiempo en la ciudad haciéndose amigo de la élite porteña. A fines de 1834, Salta, Tucumán y Santiago del Estero se pronunciaron contra Buenos Aires. Rosas y el gobernador convocaron a Quiroga para que interviniera.
Este aceptó, partiendo hacia el norte. Una vez llegó, nota que el gobernador de Tucumán había sido asesinado. Asimismo, Santiago del Estero, Salta y Tucumán reclaman a Buenos Aires que se organice al país bajo una constitución.
El asesinato de Quiroga en 1835
Quiroga creía que era completamente necesario, por tal razón firma el acuerdo a pesar de que sabía que no le gustaría a Rosas. Una vez solucionado el problema del norte, emprendió el regreso a Buenos Aires. Al pasar por Córdoba, fue asesinado el 16 de febrero de 1835.
Las hostilidades en el país se incrementan tras ello. Por temor a la guerra civil, el 7 de marzo la legislatura porteña desplaza a Manuel Maza, nombrando a Rosas como nuevo gobernador. Este hace una purga de opositores, marginando a los que consideraba traidores a la causa federal.
Asimismo, ordenó la destitución de militares, civiles y eclesiásticos, continuando otras diversas guerras hasta su exilio y más adelante si juicio en 1856, declarándolo traidor de la patria por parte de la Legislatura de Buenos Aires un año más tarde. Sin embargo, murió en su exilio en Inglaterra en 1877.
Fue para Buenos Aires un tirano, del que se decidió guardar un reposo por sus víctimas cuando se supo de su muerte. Podría decirse que fue uno de los mayores precursores de diversas guerras civiles en Argentina.
Personajes destacados de las guerras civiles en Argentina
No hay duda de que son múltiples los personajes que participaron en las guerras civiles en Argentina. Sin embargo, algunos destacaron más que otros. Estos son algunos de los comandantes:
- Antonio Taboada.
- Bartolomé Mitre.
- Bernardino Rivadavia.
- Ángel Vicente Peñaloza (El Chacho).
- Domingo Faustino Sarmiento.
- Emilio Mitre.
- Encarnación Ezcurra.
- Estanislao López.
- Facundo Quiroga.
- Felipe Varela.
- Francisco Ramírez.
- Fructuoso Rivera.
- Gregorio Aráoz de Lamadrid.
- José Gervasio Artigas.
- José María Paz.
- José Rondeau.
- Juan Bautista Bustos.
- Juan Lavalle.
- Juan Manuel de Rosas.
- Juan Martín de Pueyrredón.
- Juan Ramón Balcarce.
- Justo José de Urquiza.
- Luis Elías Vernet.
- Manuel Dorrego.
- Manuel Oribe.
- Martín Rodríguez
- Ricardo López Jordán.
Consecuencias de las guerras civiles en Argentina
Una de las mayores consecuencias que arrastró Argentina tras las guerras civiles entre 1814 y 1880, sin duda fue la gran penuria monetaria. A pesar de los intentos por restituir la economía, caso de la activación del tráfico ganadero con Chile, no se logró siquiera neutralizar la caída de la actividad económica.
Habrá que considerar que el lapso determinado de todas las guerras civiles fue de algunas décadas. Todas ellas, en la búsqueda de fines diversos, también lograron muchas pérdidas humanas, como en toda guerra. Entre tantas disyuntivas, quedaría preguntarse qué otras consecuencias habrían marcado estas luchas civiles dentro de una coyuntura mundial.
Referencias:
- Coria, Luis Alberto. Guerra Civil, depresión y desintegración. Economía en el oeste argentino (1829 – 1852).
- Juan Manuel de Rosas. Wikipedia.
- Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior. Wikipedia.
- Guerras civiles argentinas. Wikipedia.
- Lazzari, Eduardo. Federales y unitarios: el origen de las guerras civiles argentinas. Nuevos Papeles (sitio web). Comentario posteado el 12 de febrero del 2020 (consultado el 30 de mayo del 2021).