Batalla de las Termópilas

Resumen de la batalla de las Termópilas

  • Fecha: 7 de agosto – 8/10 de septiembre de 480 a. C.
  • Lugar: Termópilas (Grecia).
  • Época histórica: Edad Antigua.
  • Bandos: ciudades-Estado de Grecia / Imperio aqueménida.
  • Antecedentes: batalla de Maratón.
  • Causas: intento de invasión de Grecia por parte de los persas.
  • Resultado: victoria persa.
  • Consecuencias: miles de muertos en ambos bandos / Destrucción de Atenas / Batalla de Salamina / Batalla de Platea / Batalla de Mícala.

En el año 480 a. C., el rey de Persia, Jerjes I, junto a su colosal ejército aqueménida, se abrió paso a través del paso de Helesponto con dirección hacia Atenas con un único objetivo: conquistar el mundo heleno y lograr lo que su padre, Darío I, no había conseguido diez años atrás.

Ante la inminente amenaza de los persas, una coalición de unos cuantos miles de helenos, liderados por el legendario rey de Esparta, Leónidas I, y el valiente general tespio Demófilo, bloqueó el avance del ejército persa de Jerjes I al situarse en el estrecho paso de las Termópilas dispuestos a sacrificarse en la inminente batalla.

El heroico acto de los 300 espartanos y 700 tespios, quienes permanecieron firmes hasta el final, permitió a los griegos de la península Ática huir más allá del estrecho de Corintio y preparar una estrategia para vencer al ejército persa un año más tarde en la legendaria batalla de Platea.

Fecha de la batalla de las Termópilas

La batalla de las Termópilas comenzó el 7 de agosto del año 480 a. C., con el embate de la primera oleada del ejército persa en contra de los espartanos y demás griegos asentados en el estrecho paso de las Termópilas, y finalizó entre el 8 y el 10 de septiembre del mismo año, fecha en la que los 300 espartanos, junto a Leónidas y los 700 tespios, perecieron ante el colosal ejército persa.

Ubicación geográfica de la batalla de las Termópilas

Como su propio nombre indica, tuvo lugar en las Termópilas, un desfiladero situado en Grecia cuyo nombre significa fuentes calientes. Ello es así debido a que se trata de un lugar con abundantes manantiales naturales de aguas termales.

Mapa de la batalla de las Termópilas
Mapa de la batalla de las Termópilas. Imagen de Wikipedia.

Bandos de la batalla de las Termópilas

El siguiente cuadro tiene como finalidad principal listar a los beligerantes involucrados en la batalla de las Termópilas y sus comandantes respectivos, así como también la cantidad de combatientes involucrados en la contienda.

Beligerantes Comandantes Fuerzas en combate
Grupo Cantidad
Ciudades-Estado griegas (polis) Esparta Leónidas (rey de Esparta) Espartanos 300
Tespia Demófilo Lacedemonios 900
Arcadia Ilotas espartanos 900
Lócrida Opuntia Mantineos 500
Tebas Tegeatas 500
Corintio Arcadios 1120
Fliunte Corintios 400
Micenas Fliuncios 200
Fócida Micenos 80
Tespios 700
Melieos Desconocida
Tebanos 400
Focidios 1000
Locros Desconocida
Imperio aqueménida Jerjes I (rey de Persia) 2.5 millones
(según Heródoto)
Mardonio 4 millones
(según Simónidoes de Ceos)
Hydarnes II 800.000
(según Ctesias)
Artapanos 200.000-300.000
(según estimaciones modernas)

Nota: el análisis de las fuerzas en combate del ejército aliado de los griegos presentado en la tabla anterior está basado en las cifras aportadas por Heródoto, quien es considerado el padre de la historia en el mundo occidental.

Contexto histórico de la batalla de las Termópilas

A inicios del siglo V a. C., la situación geopolítica de Europa y Medio Oriente se encontraba fuertemente influenciada por el ejército más poderoso y extenso del momento: el Imperio aqueménida. Este se extendía desde la actual Turquía, en el norte, hasta Egipto, en el sur, y desde allí hasta el subcontinente indio, en el este.

Bajo este contexto geopolítico, las polis griegas, que eran ciudades-Estado independientes entre sí, contemplaban con temor la posibilidad de una invasión persa. De hecho, en el año 490 a. C., el rey de Persia, Darío I, había intentado invadir el mundo heleno. No obstante, sus tropas habían sido repelidas exitosamente por el ejercito ateniense en la batalla de Maratón.

A pesar de haber derrotado a los persas en Maratón, los griegos sabían que estos podían volver a intentar invadir Grecia en cualquier momento. Por tanto, decidieron aliarse y formar una liga en contra del inminente ataque persa, preparándose durante una década entera para enfrentar y repeler un nuevo embate del Imperio aqueménida, esta vez comandado por un nuevo rey persa: Jerjes el Grande, hijo del anteriormente derrotado Darío I.

Causas de la batalla de las Termópilas

Primera guerra médica: la derrota persa en Maratón

Véase: Guerras médicas.

En el año 490 a. C., el ejército persa de Darío I caería derrotado ante los hoplitas atenienses en la batalla de Maratón (un intento fallido de conquista del mundo heleno por parte de los persas). Esta estrepitosa derrota militar asestó un fortísimo golpe a la moral del que era considerado el imperio más poderoso de entonces.

Muerte de Darío I y ascenso de Jerjes el Grande

Tras la muerte del rey de Persia, Darío I, en el año 486 a. C., su hijo, Jerjes I, lo sustituiría, coronándose como el nuevo emperador del extenso Imperio aqueménida.

De esta manera, Jerjes, quien no había olvidado la humillación que su imperio había sufrido en Maratón, comenzó a preparar una nueva invasión a Grecia con el objetivo de finalizar la guerra que su padre y predecesor había iniciado.

La Liga Helénica: el bloqueo espartano del paso de las Termópilas

En el año 481 a. C., un año antes del inicio de la segunda guerra médica, los representantes de las polis griegas decidieron aliarse en contra del inminente ataque persa, surgiendo, como consecuencia de ello, la Liga Helénica, cuyo mando recayó sobre el rey de Esparta, Leónidas I.

Este último acudió, junto a un pequeño ejército griego de 7.000 soldados aproximadamente, al desfiladero de las Termópilas (el paso más estrecho en el camino del ejército persa hacia Grecia Central desde el norte).

Estando allí, Leónidas dispuso a su ejército espartano de manera que se les hiciese imposible a los persas continuar su camino sin antes entablar combate.

Etapas de la batalla de las Termópilas

Los preparativos de la batalla de las Termópilas

A mediados del año 480 a. C., el colosal ejército del entonces rey de Persia Jerjes I emprendería su larga travesía desde el Medio Oriente hacia la península griega del Peloponeso.

Para lograr tal proeza, fue necesario construir un puente artificial de madera sobre el paso del Helesponto. Por extraño y rudimentario que parezca, el puente empleado por el ejercito persa se sostenía sobre una fila de barcos apilados horizontalmente.

Cuando el ejercito persa comenzaba a adentrarse en Europa, los espartanos se encontraban celebrando la festividad religiosa de las Carneas y los Juegos Olímpicos.

A pesar de que la tradición espartana dictaba que no se podía entrar en guerra mientras se celebraban dichas festividades, debido a la gran amenaza que suponía una segunda invasión persa se hizo una excepción y se autorizó al rey Leónidas I y a 300 espartanos partir hacia la guerra.

Leónidas en las Termópilas
Leónidas en las Termópilas, pintura al óleo de Jacques-Louis David (año 1814).

La expedición espartana pretendía ir sumando a otros soldados de distintas polis griegas mientras recorrían el largo camino de Esparta al norte del Ática; de hecho, así fue. Por el camino, una considerable cantidad de soldados decidieron unirse a la expedición espartana, formando, finalmente, un coalición griega de entre 5.000 a 7.000 soldados aproximadamente.

Mientras tanto, los atenienses, por su parte, habían logrado construir una gran flota, ya que, tras su primer enfrentamiento contra el ejército persa de Darío I en el año 490 a. C., eran conscientes de la gran amenaza que representaba una nueva invasión persa; una más colosal y, por tanto, poderosa.

Así pues, los atenienses enviaron su flota a la costa paralela a la ruta de Leónidas con el objetivo de impedir un flanqueo persa vía marítima.

El desfiladero de las Termópilas: la antesala de la batalla

En su cualidad de comandante de la coalición griega, Leónidas escogió el paso de las Termópilas para asentarse allí junto a su ejército y bloquear el avance de los persas hacia el corazón de Grecia.

La batalla de las Termópilas
La batalla de las Termópilas, obra de Massimo d’Azeglio (año 1823).

Mientras tanto, los habitantes griegos de las ciudades del Ático, totalmente alarmados por la situación y ante la previsible derrota de Leónidas y sus soldados en las Termópilas, decidieron abandonar las ciudades-Estado de la región de Grecia Central y la península Ática, retirándose más allá del estrecho de Corintio con dirección hacia el Peloponeso. Esta huida estratégica, aunque indignante, fue acatada por la mayoría de griegos.

Finalmente, cuando el ejército persa llegó a las Termópilas, contemplaron con sorpresa cómo el ejército enemigo era ínfimo en comparación al suyo, al menos en cantidad. Por tal motivo, Jerjes envió un emisario al campamento de Leónidas para pedirles que se rindieran, pues su derrota era segura. A cambio, recibirían un tratamiento especial como aliados del imperio aqueménida.

Sin embargo, Leónidas rechazaría rotundamente la oferta de Jerjes. Sorprendido por el carácter inamovible de Leónidas, Jerjes decide darle una nueva oportunidad y continuar con las negociaciones, las cuales se prolongarían durante cuatro días, en parte debido al azote de las torrenciales lluvias.

El quinto día: el inicio de la batalla de las Termopilas

Cinco días después de que el ejercito espartano y el persa se encontrasen en las Termópilas, Jerjes se decidiría, finalmente, a lanzar su primera ofensiva a los espartanos, creyendo que los derrotaría en apenas unas cuantas horas; sin embargo, ello distó mucho de la realidad.

Los 300 espartanos en las Termópilas
Los 300 espartanos en las Termópilas, ilustración de F Stocks May (alrededor del año 1955).

Los persas se abalanzaron frontalmente contra la posición griega que se había situado delante de la muralla focidia: la parte más estrecha del paso.

El ataque persa, aunque numeroso, estaba compuesto principalmente por tropas de infantería ligera, las cuales se encontraban en franca desventaja armamentística respecto de su contraparte griega; los escudos de mimbre, espadas cortas y lanzas arrojadizas persas palidecieron ante la muralla de escudos y lanzas largas de los espartanos.

Tras el fracaso de la primera ofensiva persa, Jerjes envió una segunda oleada ofensiva de infantería ligera, esta vez acompañada por la élite del ejercito persa: los Inmortales. A pesar de ello, los persas no consiguieron abrir una brecha en el disciplinado ejercito griego, el cual mantenía su formación pese al enorme desgaste que implicaba repeler cada ofensiva persa.

El sexto día: la traición de Efialtes

Al sexto día, Jerjes supuso que el cansancio de los defensores griegos sería lo suficientemente grande como para mitigar su gran coraje y disciplina en combate; sin embargo, como ocurrió en el día anterior, la oleada persa fue rechazada.

Justo cuando la batalla parecía estancarse, Jerjes recibió la visita de Efialtes, un griego oriundo de Tesalia, quien traicionó a los espartanos y sus aliados al informar a los persas sobre la existencia de un paso montañoso que rodeaba las Termópilas (sí, el desfiladero de las Termópilas no era el único camino existente para llegar a la península Ática desde el norte).

Así pues, en la noche del sexto día, los temibles Inmortales partieron hacia el paso montañoso. Al llegar allí, se enfrentaron contra los soldados griegos que lo defendían, derrotándolos rotundamente. Algunos de estos soldados griegos se movieron a posiciones más defendibles, otros, simplemente se retiraron.

Cuando la noticia de que los persas habían atravesado el paso montañoso y, por tanto, superado a las tropas griegas apostadas en esa zona llegó a oídos de Leónidas, este convocó un consejo para debatir qué acciones debían tomar al respecto.

Muchos griegos manifestaron su deseo de abandonar el campo de batalla; sin embargo, Leónidas afirmó que él, junto al resto de soldados espartanos, lucharía hasta el final.

El séptimo día: la batalla final

Ilustración de la batalla de las Termópilas
Ilustración de la batalla de las Termópilas.

Al amanecer del próximo día, la coalición griega que había decidido luchar hasta el final, esto es, los 300 soldados espartanos, los 700 soldados tespios y unos cuantos soldados tebanos, fueron completamente rodeados por los persas.

A sabiendas de que su muerte era inminente, los helenos decidieron salir a una zona más ancha del valle para enfrentarse allí contra los persas, esperando, de esta manera, provocarles un número mayor de bajas.

El combate final fue el más feroz de todos, pues se libró hasta que no quedó un solo griego con vida. En aquel desfiladero inhóspito, Leónidas y su ejército perecieron, aunque, no sin antes acabar con la vida de dos hermanos del mismismo Jerjes y provocar un gran número de bajas al ejército persa.

Epilogo: ¿qué pasó después de la batalla de las Termópilas?

Después de la batalla final, el ejército persa avanzó libremente por Grecia Central y por el Ática, destruyendo todo a su paso. No obstante, gracias al sacrificio de Leónidas y su ejército en las Termópilas, para entonces la mayor parte de la población griega ya había sido evacuada más allá del estrecho de Corintio.

Finalmente, tras contemplar un nuevo bloqueo en el paso de Corintio, Jerjes decidió retirarse hacia el paso del Helesponto por miedo a que la flota griega lo destruyera, dejando a cargo a uno de sus generales, Mardonio, y al mando de este último 150.000 soldados para proseguir su invasión sobre Grecia.

Consecuencias de la batalla de las Termópilas

Estas son algunas de las consecuencias derivadas de la derrota de la coalición griega en la batalla de las Termópilas:

  • Según Heródoto, el ejercito persa sufrió un total de 20.000 bajas, mientras que la coalición griega sufrió un total de 4.000 bajas.
  • Los persas continuaron su marcha, avanzando sin resistencia alguna hacia Atenas. Estando allí, los persas saquearon y destruyeron la ciudad por completo. Sin embargo, para entonces los ciudadanos atenienses habían huido de la ciudad.
  • Un mes después de la batalla de las Termópilas, la poderosa flota ateniense logra una importante victoria al imponerse ante la flota persa en la batalla de Salamina.
  • Un año después de la batalla de las Termópilas, las tropas de la Liga Helénica, quienes para entonces llevaban un año preparándose para el combate definitivo, logran derrotar definitivamente al ejército persa en la batalla de Platea y a la armada persa en la batalla de Mícala, marcando así el final de la segunda guerra médica.

Referencias:

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