ONU (Organización de las Naciones Unidas)

Tras contemplar, quizás, el panorama más desalentador y devastador de la historia de la humanidad, el 25 de junio de 1945 los gobiernos de cincuenta y un naciones se reunirían en San Francisco, Estados Unidos, con la intención de dar vida a una nueva asociación general de países con el poder político y militar suficiente como para prever el estallido de una nueva guerra mundial, dando vida, de esta manera, a la organización internacional más compleja y poderosa de todos los tiempos: la Organización de las Naciones Unidas. 

¿Qué es la ONU?

Se define como Organización de las Naciones Unidas (ONU), o simplemente Naciones Unidas, a la organización internacional, fundada inicialmente por los gobiernos de 51 países y conformada en la actualidad por 193 Estados miembros, encargada de lo siguiente:

• Fomentar y preservar la paz y la seguridad internacional.
• Proteger los derechos humanos.
• Otorgar y distribuir ayuda humanitaria.
• Apoyar el desarrollo sostenible y la acción climática.
• Defender el derecho internacional a través de un conjunto de entes, fundaciones, programas y misiones a nivel global.

Historia de las Naciones Unidas

Sociedad de Naciones: la organización internacional precursora de la ONU

En el ocaso de la Primera Guerra Mundial, el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson presentó, durante la Conferencia de Paz de París en 1919, una serie de condiciones a sus aliados de la Triple Alianza como requisito fundamental para la entrada activa de los Estados Unidos en la Gran Guerra.

Estas catorce condiciones pasarían a la posteridad como los Catorce Puntos de Woodrow Wilson, siendo el último de estos uno de los más trascendentales, pues introdujo por primera vez el concepto de la creación de un organismo internacional como garante de la paz y la estabilidad política internacional.

Así, pues, el último de los Catorce Puntos de W. Wilson sería traducido en el mismismo Tratado de Versalles. De esta manera, nacería la Sociedad de Naciones: una organización internacional cuyo principal objetivo era garantizar la paz y evitar, a toda costa, el estallido de una nueva guerra mundial.

La ausencia de Estados Unidos y el fracaso de la Sociedad de Naciones

Curiosamente, el presidente estadounidense Woodrow Wilson, quien fuese el ideólogo principal tras la creación de la Sociedad de Naciones (SDN) como concepto político, perdería la batalla ideológica en contra del Congreso de los Estados Unidos, lo que impidió la entrada de su país en dicha organización.

La ausencia de los Estados Unidos en la Sociedad de Naciones, junto a la ausencia parcial de otras potencias militares de la época, como, por ejemplo, Alemania y la Unión Soviética, debilitó en gran medida la autoridad e influencia política de la Sociedad de Naciones como organización internacional.

En cuanto a la eficiencia de esta primera asociación general de países respecta, la SDN demostró ser competente a la hora de resolver disputas menores entre algunos de sus países miembros, pero no a la hora de frenar el avance de conflictos bélicos mayores.

Así, pues, la carencia de autoridad política de la Sociedad de Naciones se hizo evidente tras la invasión japonesa de la región de Manchuria, ya que el Consejo de la SDN solo se limitó a condenar verbalmente este acto, permitiendo al Imperio de Japón retirarse de la organización, dos años después, con total impunidad.

Ante tal precedente político, no es de extrañar que la Sociedad de Naciones fuera incapaz de detener la escalada de violencia bélica desatada por la Alemania nazi a finales de la década de 1930, misma que condujo al estallido de la Segunda Guerra Mundial (siendo esto último el síntoma más evidente del fracaso de dicha organización).

Sociedad de Naciones y Naciones Unidas: misma intención, distinto resultado

A diferencia de la Sociedad de Naciones, la Organización de las Naciones Unidas sí contó con los éxitos y fracasos de una organización internacional previa como experiencia.

Esta principal diferencia, aunque evidente, permitió a los ideólogos de esta nueva asociación general de países definir unas bases políticas y jurídicas sólidas sobre la cual construir una organización internacional con verdadera autoridad política.

La Carta de las Naciones Unidas: la base jurídica de la ONU

El 24 de octubre de 1945, la ONU comienza a existir como organización internacional tras la entrada en vigor de la Carta de las Naciones Unidas. Este documento jurídico, en contraste con el Pacto de la Sociedad de Naciones, destacaba por cuatro principios fundamentales:

1. Principio de igualdad: los Estados miembros gozarán del derecho al voto en igual cantidad y valor (solo aplica en la Asamblea General).
2. Principio de no injerencia: los Estados miembros se comprometerán a no influir en la soberanía ni en las elecciones ni en las decisiones de otro país.
3. Principio de no violencia: los Estados miembros renunciarán al uso de la violencia en contra de otras naciones, aunque sí podrán emplearla en defensa propia.
4. Principio de seguridad colectiva: cualquier ataque dirigido a uno de los Estados miembros será considerado como uno dirigido a la colectividad de los Estados de la organización.

Si bien cada uno de los artículos que constituyen la Carta de las Naciones Unidas gozan de relevancia jurídica, estos no comparten las mismas implicaciones políticas ni tampoco las mismas consecuencias jurídicas.

Por ejemplo, desde el punto de vista del derecho internacional tradicional, el principio de seguridad colectiva era incompatible con la declaración de guerra como manifestación de la soberanía de los Estados.

En otras palabras, con la firma de la Carta de las Naciones Unidas, los Estados renunciaban a parte de su soberanía. Sin embargo, estos lo hacían motivados por un fin último superior: la garantía de paz y seguridad integral a nivel internacional.

El éxito de las Naciones Unidas y su utilidad en el mundo actual

Contrario a la creencia popular, las Naciones Unidas no comenzaron siendo la organización compleja y masiva que es actualmente.

De hecho, aunque su estructura era diferente, en cuanto a la cantidad de Estados miembros se refiere, esta era bastante similar a la Sociedad de Naciones, contando con apenas 51 Estados signantes al momento de su fundación.

Este abrumador crecimiento no solo es un reflejo del deseo de los Estados de fomentar y preservar la paz, sino también del éxito de la organización en su lucha férrea en contra del colonialismo como sistema de dominación.

En materia política y jurídica, uno de los mayores logros de la Naciones Unidas ha sido la exitosa descolonización llevada a cabo durante la segunda mitad del siglo XX.

Sin embargo, junto a la descolonización, y la posterior anexión a la ONU de los Estados recién emancipados, surgiría una los principales problemas de la organización, esto es, la inutilidad del principio de seguridad colectiva.

En otras palabras, la mayoría de Estados existentes están sometidos y protegidos por el marco jurídico establecido en la Carta de las Naciones Unidas, incluido el principio de seguridad colectiva, por lo que cabría preguntarse qué utilidad podría tener este principio jurídico si casi todos los Estados del mundo forman parte de la Naciones Unidas en la actualidad.

Ante tal coyuntura política, no es de extrañar que determinados sectores políticos del mundo comiencen a cuestionarse la utilidad real de las Naciones Unidas, especialmente cuando el poder político-militar real de la organización recae con especial ahínco sobre los cinco grandes: Estados Unidos, Rusia (anteriormente la Unión Soviética), China, Francia y Reino Unido; quienes gozan del poder de veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Funciones de la ONU

La Organización de las Naciones Unidas ha sido, desde el momento de su fundación, la organización internacional más compleja y diversa de todos los tiempos.

Por tal motivo, nos limitaremos a señalar de manera esquemática sus cinco funciones u objetivos generales, así como también las entidades o misiones que emplea para ejecutar cada una de estas: