Etruscos

Considerados herederos de la cultura de Villanova y, por tanto, también de la cultura de los Campos de Urnas, los etruscos, uno de los tantos pueblos que hicieron vida en la península itálica durante la Edad del Hierro, han sido indudablemente una de las civilizaciones más estudiadas por la historiografía antigua y contemporánea. A continuación, os contamos su historia. 

Definición de etrusco

Autodenominados Rasenna y conocidos como etruscos, por los romanos, y tirrenos, por los griegos, los etruscos fueron un pueblo antiguo oriundo de la península itálica cuya influencia cultural y control gubernamental se extendió por gran parte del centro y norte de la península (Toscana, Lacio, Campania y Lombardía) durante casi toda la Edad del Hierro, compitiendo, en ocasiones, con el creciente expansionismo de la República romana.

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Significado de etrusco

El término etrusco encuentra su raíz etimológica en el latín etruscus y este, a su vez, en el griego antiguo Τυρρηνοί, transliterado tyrrenoi y cuyo significado es tirreno (gentilicio atribuido a los habitantes de Etruria).

Asimismo, se cree que el griego antiguo Τυρρηνοί proviene de Τυρρηνός (Thyrrenos): nombre del hijo del rey Atis de Lidia, quien fuese el guía de los inmigrantes lidios o protoetruscos durante su viaje hacia la península itálica.

Fecha y duración de la civilización etrusca

Nacimiento de la civilización etrusca

Si se considera a los etruscos como una civilización heredera de la cultura de Villanova y, por tanto, también heredera de la cultura de Campos de Urnas, entonces se puede afirmar que los etruscos surgieron, como civilización, a finales del segundo milenio a. C. y comienzos del primero.

Caída de la civilización etrusca

Hacia el final de las guerras pírricas, en el año 275 a. C. los etruscos, como civilización itálica, habían dejado de existir tras ser derrotados y absorbidos culturalmente por la República romana.

Sin embargo, durante dos siglos, la cultura y el lenguaje etrusco permanecerían aún vigentes dentro del territorio romano, desapareciendo por completo en algún punto del siglo I a. C.

Duración de la civilización etrusca

Dado que el origen exacto de la civilización etrusca es desconocido, no se puede establecer una duración precisa para dicha civilización, aunque, probablemente, esta haya dominado el centro-norte de la península itálica por más de 500 años.

Localización geográfica de la civilización etrusca

La principal región de asentamiento de los etruscos fue la Toscana, donde se encontraban importantes ciudades-estado como Volterra, Vetulonia y Tarquinia.

Estas ciudades estaban estratégicamente ubicadas en colinas y dominaban rutas comerciales terrestres y marítimas.

Además, los etruscos tuvieron influencia en ciudades como Roma, donde dejaron una huella significativa en la cultura y la arquitectura.

Mapa de la civilización etrusca
Mapa de la civilización etrusca. Imagen: Wikipedia.

Origen, antecedentes y causas de la cultura etrusca

Desde el nacimiento de la historia occidental, han surgido distintas hipótesis sobre el origen de los etruscos, una civilización que, desde la antigüedad, ya había despertado interés en historiadores como Heródoto, Dionisio de Halicarnaso, Tito Livio e incluso el mismísimo emperador romano Tiberio Claudio.

Si bien en la actualidad numerosos estudios arqueológicos y lingüísticos han intentado encontrar y exponer el origen exacto de los etruscos, tales esfuerzos no han hecho más que reforzar algunas de las hipótesis, ya propuestas desde la antigüedad, sobre el origen de dicha civilización, confirmando así la validez de las mismas.

Como no podría ser de otra manera, Heródoto sería el primero en proponer una hipótesis sobre el origen de los etruscos, aseverando el origen oriental de dicha civilización.

Años más tarde, el historiador griego Dionisio de Halicarnaso enarbolaría la hipótesis del carácter autóctono de los etruscos.

Y, poco tiempo después, el historiador romano Tito Livio defendería la idea de la procedencia del norte, señalando a los etruscos como una civilización de origen nórdico.

Aunque estas tres hipótesis (la del origen oriental, la de la autoctonía y la del origen nórdico) son las que poseen mayor relevancia historiográfica, existen, además, hipótesis auxiliares, como la de los pueblos del mar, y otras deductivas que apoyan o validan, al mismo tiempo, las tres hipótesis de la historiografía antigua.

En cualquier caso, a continuación os explicaremos cada una de estas.

Heródoto y la hipótesis del origen oriental de los etruscos

Según Heródoto, quien es considerado el padre de la historia, los etruscos son una civilización proveniente de Lidia (un antiguo reino situado en la región septentrional de Anatolia, en la actual Turquía).

Busto de Heródoto
Copia romana (siglo II d. C.) de un busto griego de Heródoto del siglo IV a. C.

En cuanto al porqué de su migración hacia la península itálica, Heródoto sostiene que los etruscos habrían zarpado desde el puerto de Esmirna como consecuencia de la gran carestía y hambruna que azotó a la región de Anatolia en algún punto del segundo milenio a. C.

Asimismo, Heródoto añade que, en un principio, Atis, rey de Lidia y padre de la civilización etrusca, intentó hacer frente a la hambruna mediante estrategias de distracción y resiliencia.

Sin embargo, ante el fracaso de dichas estrategias, el monarca ordenó que su pueblo se dividiese en dos grupos y que, posteriormente, uno de estos partiese en busca de nuevas tierras bajo la dirección de su hijo, Tirreno.

Finalmente, Heródoto concluye afirmando que los lidios (protoetruscos), tras haber recorrido un largo camino, arribaron a la costa occidental de Italia, construyendo allí doce ciudades, las cuales, al momento de postular su hipótesis, aún permanecían vigentes en la península itálica.

A favor de la tesis de Heródoto existen elementos como las similitudes fenotípicas entre los etruscos y las civilizaciones del mundo anatólico, y el sinfín de afinidades lingüísticas, artísticas, religiosas y culturales existentes entre los etruscos y las civilizaciones egeo-anatólicas.

Dionisio de Halicarnaso y la hipótesis de la autoctonía

Según Dionisio de Halicarnaso, un reconocido historiador griego del siglo I a. C., los etruscos habrían sido, en realidad, una civilización autóctona de la península itálica.

Con base en dichas premisas, Dionisio deduce y afirma que, entre los etruscos, los lidios y los pelasgos de la Grecia Septentrional, no podía existir ninguna afinidad cultural, religiosa y lingüística.

Actualmente, la hipótesis de Dionisio es una de las más aceptadas por la etruscología moderna, en parte, debido al respaldo de numerosos estudios arqueológicos y genéticos.

No obstante, aunque el argumento final de Dionisio es correcto, sus premisas no lo son, ya que este dedujo el origen autóctono de los etruscos debido a una mala interpretación del término Rasenna, el cual, en realidad, gozaba de otras significantes:

  • En primer lugar, el término Rasenna, entendido como Ra-sna, era empleado por los etruscos durante conversaciones introductorias, pues su significado era yo soy hijo de… o desciendo de….
  • Por otra parte, Rasenna también podría ser entendido como el gentilicio personal de los etruscos, es decir, como el término con el cual ellos se identificaban a sí mismos, y no como el nombre de una presunta civilización etrusca-itálica primigenia.
Grabado de Dionisio de Halicarnaso
Grabado de Dionisio de Halicarnaso.

Hipótesis septentrional de Tito Livio, del origen nórdico o de la parafonía

A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, numerosos historiadores afines a la etruscología defendieron la hipótesis enarbolada por Tito Livio, según la cual los etruscos y los retios, una tribu de origen celta procedente del norte de los Alpes, habrían sido, en realidad, la misma civilización, o al menos lo habían sido en algún punto de la historia.

Este hipótesis, conocida como la hipótesis septentrional, del origen nórdico o de la parafonía, se basaba únicamente en la similitud o parafonía existente entre el gentilicio que los etruscos se daban a sí mismos, Rasenna, y el nombre original de los retios, Raethi.

Ante la falta de rigor de sus premisas, la hipótesis del origen nórdico ha sido descartada por la etruscología actual.

Ilustración de Tito Livio
Ilustración de Tito Livio (año 1622).

Hipótesis de los pueblos del mar o hipótesis auxiliar del origen oriental

Según los escritos egipcios en los que se basa la hipótesis de los pueblos del mar, la región septentrional de Anatolia fue el hogar de los Teresh o Tursha, una civilización perteneciente al conjunto de pueblos conocidos como los pueblos del mar y que gozó de gran cercanía con los Tyrsenoi o Tirreni, es decir, los etruscos.

Dada que ambas civilizaciones, los Teresh y los Tyrsenoi (etruscos), compartieron parte de su territorio en la Anatolia Septentrional, lo más probable es que también compartan el mismo origen anatólico, tal y como Heródoto lo había planteado en su hipótesis del origen oriental de los etruscos.

Hipótesis contemporánea de la autoctonía

Según una nueva hipótesis de la etruscología, los etruscos habrían sido una civilización heredera de una cultura itálica previamente desarrollada (probablemente, la cultura de Villanova).

Si bien esta nueva hipótesis se sustenta en la improbabilidad del éxito de la migración de los lidios, así como en la inexistencia de dicha migración en los registros de Lidia, esta no descarta del todo la hipótesis planteada por el padre de la historia.

Con base en la evidencia arqueológica asociada a los etruscos, de la cual se pueden señalar tanto elementos itálicos como egeos y orientales, probablemente, los etruscos, aunque herederos de una cultura itálica, sufrieron un lento proceso de transculturización tras la llegada constante de inmigrantes mediterráneos, orientales y nórdicos a la península itálica.

En conclusión, los etruscos sí tuvieron un origen étnico itálico como probables descendientes de la cultura de Villanova, pero su desarrollo cultural fue más bien mediterráneo-oriental, e incluso nórdico, como consecuencia de la influencia recibida por inmigrantes griegos, siro-fenicios, mesopotámicos, irrítanos, indoiranios y celtas.

En este sentido, cada una de las hipótesis de la historiografía antigua explicarían, en realidad, las fases de desarrollo de la cultura etrusca:

  • Hipótesis de la autoctonía (Dionisio de Halicarnaso) ➡️ origen étnico (península itálica).
  • Hipótesis del origen oriental (Heródoto) ➡️ desarrollo cultural (Mediterráneo, Levante, Anatolia Septentrional, Oriente Próximo y Región Alpina).
  • Hipótesis del origen nórdico (Tito Livio) ➡️ expansión cultural (norte de Italia).

Etapas de la civilización etrusca

La civilización etrusca se desarrolló a lo largo de diversos períodos históricos. Estos períodos reflejan la evolución artística, cultural y política de los etruscos, proporcionándonos una visión más completa de su historia y legado.

Periodo villanoviano (siglo IX – siglo VIII a. C.)

Durante este periodo, los etruscos, como civilización, comienzan a desarrollar elementos culturales propios al sincretizar el conocimiento y las costumbres heredadas de la cultura de Villanova con los aportes culturales provenientes de otras civilizaciones del Mundo Mediterráneo.

Durante esta etapa, los etruscos vivían en pequeñas aldeas agrícolas dispersas en la región de Etruria, en la actual Italia central. Su forma de vida se caracterizaba por la agricultura, la ganadería y la metalurgia.

Los entierros de la cultura Villanoviana revelan prácticas funerarias distintivas, como la cremación y la colocación de las cenizas en urnas de cerámica.

Periodo orientalizante (siglo VII – siglo VI a. C.)

Presuntamente, durante este periodo los etruscos, ya consolidados como un pueblo itálico, sufrirían un proceso de transculturización debido a la inmigración masiva de ciudadanos provenientes de distintas regiones del mar Egeo y Mediterráneo, así como también de la región septentrional de Anatolia y otras zonas de Oriente Próximo.

Durante este tiempo se adoptaron elementos como la escritura alfabética, la moda oriental en la vestimenta y la influencia de otros pueblos en la cerámica y la escultura. Los etruscos también comenzaron a construir importantes centros urbanos y fortificaciones defensivas.

Periodo arcaico (siglo VI – siglo V a. C.)

Durante el periodo arcaico, los etruscos extendieron su dominio e influencia por gran parte de la costa oeste de la península itálica, enfrentándose en reiteradas ocasiones en contra de las ciudades-estado de la Magna Grecia y los fenicios de Cartago (púnicos) por el control del comercio marítimo en el Mediterráneo.

Se trata, en definitiva, de una época en la que la civilización etrusca experimentó un acusado florecimiento cultural y económico.

Periodo clásico (siglo V – siglo IV a. C.)

Representa el apogeo de la civilización etrusca. Y es que, durante esta etapa, las ciudades-estado etruscas alcanzaron su máxima extensión y poder.

El comercio y la influencia cultural se expandieron aún más, y los etruscos mantuvieron relaciones diplomáticas con otras potencias mediterráneas, como Atenas y Cartago.

El arte etrusco se caracterizó por la representación naturalista de figuras humanas, la elaboración de sarcófagos y la decoración en relieve de los templos.

Periodo helenístico (siglo IV – siglo I a. C.)

Considerado el inicio de la decadencia de la civilización etrusca, el periodo clásico o helenístico se caracterizó por la aparición de grandes civilizaciones en el mundo mediterráneo y oriental (Atenas, Esparta, Tebas, Macedonia, Persia, Cartago, Roma, etc.), las cuales terminarían opacando y sustituyendo, finalmente, a la influencia y el control etrusco de dicha región.

Referencias
¿Cómo citar este artículo?

Suárez, L. M. (2023, 11 de julio). MuchaHistoria. https://muchahistoria.com/etruscos/ | Última actualización: 2023, 30 de agosto.

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