Hablar de la Edad Media sin mencionar a los caballeros medievales y sus impresionantes armaduras es prácticamente imposible.
Así pues, en el siguiente artículo se hará un repaso sobre la historia y evolución de las armaduras. Conoce, a continuación, cómo las armaduras pasaron de ser una simple coraza de cuero endurecido a un majestuoso conjunto de 250 piezas metálicas.
Definición de armadura
Se define como armadura al conjunto de piezas defensivas que cubren a un combatiente de los ataques de un oponente.
Las armaduras se clasifican dentro de las denominadas armas defensivas. Asimismo, pueden ser fabricadas a partir de distintos materiales, dentro de los que destacan el cuero, la madera, las cuentas de cocha, el hueso, el bronce, el acero y distintos tipos de metales.
Significado de armadura
El término armadura posee su raíz etimológica en el latín armatura, compuesta de la siguiente manera:
- Arma: significa instrumento de guerra.
- –ura: sufijo que expresa la existencia de un resultado respecto a la palabra que le precede.
Así pues, el significado etimológico de armadura bien podría ser el siguiente: conjunto de piezas en forma de traje que protege a su portador de los instrumentos de combate de su enemigo.
Características de las armaduras
Importancia de las armaduras
Las armaduras jugaron un papel fundamental no solo en la Edad Antigua, desde el momento de su aparición en los pueblos sirio-palestinos, sino también durante toda la Edad Media e incluso parte de la Edad Moderna (específicamente hasta la aparición en 1640 de las armas de fuego de llave de chispa, cuyo enorme poder, versatilidad y efectividad de combate inutilizaría a las pesadas armaduras metálicas).
Grandes civilizaciones de la antigüedad como los caldeos, los asirios, los egipcios, los persas, los griegos y los romanos implementarían el uso obligatorio de armaduras en sus ejércitos.
De igual manera, en la Edad Media civilizaciones y tribus como los hunos, los francos, los vikingos, los mongoles, los ingleses, los bizantinos, los otomanos y casi todos los reinos y grandes imperios de la Edad Media utilizarían armaduras durante sus enfrentamientos bélicos.
Tipos de armaduras
- Armadura de placas: también conocida como armadura blanca, armadura completa o arnés, hace referencia a la armadura medieval completa. Usualmente, este tipo de armaduras estaba compuesta por un gran número de piezas metálicas articuladas (hasta 250) cuyo peso podía oscilar entre los 20 y los 30 kilogramos.
- Armadura maximiliana: armadura estriada o acanalada cuyo peso oscilaba entre los 23 y 25 kilogramos.
- Armadura normanda: nombre que reciben los arneses caballerescos de los normandos comandados por Guillermo I durante la conquista de Inglaterra a mediados del siglo XI.
- Armadura canina: armadura que utilizaban los perros, en su mayoría lebreles, durante la caza de jabalíes, osos y ciervos en los siglos XVI y XVII. Usualmente, las armaduras caninas eran de cuero, aunque también existieron de hierro grabadas y cinceladas.
- Barda: armadura que usaron los caballos a partir del siglo XVI. Esta se componía de cinco piezas (la testera, la capizana, el petral, la flanquera y la grupera), las cuales podían cubrir casi en su totalidad el cuerpo del caballo, dejando expuesto únicamente las patas del mismo.
Estructura de las armaduras
Las armaduras podían dividirse en cuatro grandes secciones: cabeza, torso, extremidades superiores y extremidades inferiores.
Cabeza
- Yelmo: protegía la cabeza del portador en su totalidad.
- Morrión: parte alta del yelmo.
- Visera: parte del yelmo que cubría el rostro del portador.
- Barbera o barbote: parte del yelmo que cubría la boca y la barbilla del portador.
- Gola: protegía la zona anterior del cuello.
- Cubrenuca: protegía la zona posterior del cuello.
Torso
- Gorjal o gorguera: protegía la parte alta del pecho y la espalda, dependiendo del tipo de armadura, esta podía sustituir a la gola.
- Peto: protegía la zona baja del pecho.
- Escarcelas: protegían el abdomen.
- Guardarrenes: protegían el lomo.
- Pancera: protegía el vientre. Usualmente, era fabricada en malla.
Extremidades superiores
- Hombreras: protegían los hombros.
- Guardabrazos: protegían el hombro y el tríceps.
- Sobaqueras: protegían las axilas.
- Codales: protegían los codos.
- Brazales: protegían los antebrazos.
- Cangrejos: protegían la zona anterior de la articulación del codo.
- Manoplas: protegían las muñecas y manos.
- Guanteletes: protegían los dedos y la mano.
Extremidades inferiores
- Culera: protegía los glúteos. Al igual que la pancera, estaba hecha de malla.
- Quijotes o musleras: protegía los muslos.
- Rodillas: protegía las rodillas.
- Grebas: protegía las piernas.
- Escapes: protegía los pies.
Armadura de caballos
Existió también una armadura para los caballos desde inicios de la Edad Moderna. Como ya comentamos, esta recibió el nombre de barda y estaba compuesta por las siguientes piezas:
- Testera: protegía la cabeza.
- Capizana: protegía las crines.
- Pechera: protegía la zona del pecho.
- Flanquera: protegía las zonas laterales.
- Grupera: protegía la grupa o ancas.
Historia, origen y evolución de las armaduras
Desde el origen de las armaduras hasta el auge del mundo heleno
La historia de las armaduras dio comienzo con las grandes civilizaciones de la antigüedad, específicamente con las tribus sirio-palestinas, en algún punto de la historia del segundo milenio a. C.
Estas nacerían como una respuesta ante el creciente aumento del poder de combate de las tribus bárbaras de Oriente Próximo y zonas aledañas.
En un principio, las armaduras estarían hechas de pieles de animales, después, de cuero, y, por último, de metales.
Asimismo, estas no estaban diseñadas para proteger el cuerpo de su portador en su totalidad, sino más bien para proteger las zonas más vulnerables (cabeza y torso), es decir, donde una herida provocada por el arma del enemigo podría causar con mayor facilidad la muerte del guerrero.
Una de las primeras armaduras fueron los camisotes, nacidos como una forma mejorada de los cinturones, hechos de piel de búfala y reforzados con escamas metálicas. Usualmente, llegaban hasta la cadera, aunque algunas podían llegar a cubrir un poco más debajo de las rodillas.
Los egipcios adoptarían los camisotes como su armadura principal, no sin antes realizar algunas mejoras al diseño original de las tribus de Oriente Próximo, de quienes se presume que copiaron el concepto de armadura.
Así pues, los camisotes de los egipcios se extendían desde los hombros hasta un poco más debajo de las rodillas y se sujetaban del cuerpo de su portador mediante correas de cuero.
Añadieron, además, anchas láminas metálicas, en ocasiones escamas de bronce de hasta 20 centímetros, a sus camisotes para aumentar su poder defensivo, así como también espinilleras y brazaletes para proteger las piernas y los antebrazos respectivamente.
Una de las representaciones más antiguas del uso de armaduras procede de la tumba de Kenamon, quien vivió durante el reinado de Amenofis II, entre los años 1436 y 1411 a. C.
Armaduras de los hoplitas de Grecia y los legionarios de la antigua Roma
Si bien los egipcios y los romanos no fueron las únicas civilizaciones de la antigüedad que utilizaron armaduras, en términos de complejidad y estética, sus armaduras fueron unas de las más destacadas.
La armadura de los soldados griegos, mejor conocidos como hoplitas, consistía en una túnica corta que terminaba en pliegues simétricos.
Encima de la túnica, el guerrero usaba una coraza que bien podía estar formada por tiras de cuero con piezas metálicas o por dos piezas de metal, pecho y espalda, unidas con tiras metálicas y/o correas sobre los hombros.
Por último, se encontraba el característico casco heleno (el beocio) y las cnémidas o canilleras.
En cuanto a la armadura de los romanos, esta iría evolucionando junto a dicha civilización durante sus etapas como república e imperio, y, además, tomaría conceptos de las armaduras de otras civilizaciones, mejorando con cada guerra y encuentro cultural.
La más destacada fue la guerra de las Galias, entre los años 58 a. C. y 51 a. C., en la que se adoptó el uso del cassis (casco de metal) con yugulares y cubrenucas.
Contrario a los hoplitas helenos, los romanos no poseían una armadura estándar en su ejército, sino que cada escuadrón o cuerpo especial hacia uso de una coraza distinta.
Así pues, eran distintas las armaduras de los vélites, los hastarios, los legionarios, el escuadrón de caballería y, por supuesto, la armadura de los emperadores y altos jefes de la milicia romana.
Armaduras de la Alta Edad Media
Luego de la caída del Imperio romano de Occidente, en el año 476 d. C., ocurriría una lamentable involución respecto al desarrollo de las armaduras.
Así pues, los guerreros de tribus germanas y francas solo utilizaban sayos sin mangas de cuero o lienzo acolchado, y sus cascos, las capellinas, carecían de viseras y yugulares, y no se le añadiría el nasal recto hasta inicios del siglo X.
Por su parte, los invasores visigodos utilizarían la loriga y el capacete, junto con el jubón acolchado o gambax por debajo de la loriga, el cual protegía a su portador de las rozaduras producidas por la loriga.
Por otro lado, los normandos llevaban una loriga más larga y ceñida al cuerpo, llegando a cubrir hasta las rodillas e incluso las muñecas de su portador.
Para ello, separaron las mangas y los calzones en diferentes piezas. En cuanto a la protección del rostro, los normandos utilizaban un capuchón de malla debajo de su yelmo para proteger el cuello y la nuca.
Armaduras de la Plena y Baja Edad Media
Entrada la Plena Edad Media, las armaduras comenzaron a evolucionar. Las lorigas fueron remplazadas por la cota de malla, y con ello se solucionó el problema de la vulnerabilidad de las axilas, ya que las lorigas las dejaban desprotegidas.
La cota de malla estaba formada por anillos pequeños sobre una base de cuero reforzado con discos metálicos, y, si bien representaba una gran mejora respecto a las lorigas, producirlas era realmente costoso.
Por otro lado, los maestros armeros comenzaron a mejorar sus técnicas de producción, ya que el acero se mejoró hasta conseguir el acero templado, el cual era mucho más resistente y modulable.
De esta manera, surgieron las primeras armaduras de placa, siendo la primera pieza metálica en propagarse el peto; después, el guardabrazo; y, seguidamente, el faldar, la escarcela, la carajera, y el yelmo.
Así pues, a principios del siglo XVI, las armaduras de placas alcanzaron su máximo punto tecnológico, llegando a tener más de doscientas cincuentas piezas articuladas y un peso que podía oscilar entre los 30 y los 40 kilogramos (si se añadía el peso de la cota de malla y demás protecciones que el caballero medieval usaba debajo de su armadura).
Si bien la agilidad de un caballero medieval se veía bastante reducida debido al peso de la armadura, estos eran prácticamente invencibles debido a su invulnerabilidad a los ataques enemigos.
Referencias:
- Armadura (combate). Wikipedia.
- Armaduras medievales. Historia y evolución. Aceros de Hispania.
- Radicación de la palabra armadura. DeChile.