El periodo de casi mil años que corresponde a la Edad Media fue una época en la que el desarrollo de tecnologías no se detuvo, pues las invenciones humanas continuaron apareciendo a lo largo de los siglos.
De igual manera que nuevas invenciones facilitaron la vida de las personas, también surgieron nuevas armas que evolucionaron la forma de hacer la guerra.
Estos avances bélicos fueron mejoras de tecnologías provenientes de Oriente, pero también armas desarrolladas propiamente en Europa durante este periodo, cambiando de manera radical la forma en la que los humanos se enfrentaban en los campos de batalla.
9 armas de la Edad Media
Mangual
Esta arma consiste en un mazo que posee una cadena que lleva atada una bola de metal (o varias) con pinchos del mismo material. Se utilizaba para golpear al enemigo como si se tratase de un látigo, pudiéndole romper la cabeza en el proceso.
Esta arma procede de un utensilio usado por campesinos para la trilla de cereales conocido como mayal. Su uso se extendió por la Edad Media, aunque se limitaba a ciertos territorios. Era un arma muy poderosa que limitaba la defensa de las armaduras.
Fuego griego
Desde el siglo II a. C., los griegos utilizaron un arma basada en la luz solar, conocida como el fuego griego de Arquímedes, con la que destruyeron barcos romanos.
Durante los tiempos del Imperio bizantino utilizaron el también llamado fuego griego, tratándose en esta ocasión de una mezcla capaz de quemar flotas enteras e incluso de arder al contacto con el agua. Su aparición data del siglo VII, supuestamente a manos del inventor Calínico.
Este chorro de fuego permitió a los bizantinos destruir la flota árabe en sus ataques a Constantinopla, aparte de controlar el Mediterráneo sin mucha resistencia. Se desconoce de qué estaba hecha la mezcla, pues era un secreto que no podía caer en manos enemigas.
Granadas
Aprovechando el fuego griego, los bizantinos inventaron las granadas incendiarias en el siglo VIII. Para esto depositaban la mezcla dentro de recipientes de cristal, piedra o cerámica y la lanzaban contra los enemigos, causando graves daños al resultar difícil de apagar.
Arbalesta
Desde la antigüedad se han utilizado armas similares a las ballestas. Sin embargo, su uso en Europa era limitado y no se popularizó hasta la Edad Media.
Una de las mejoras que esta arma recibió fue la versión de la arbalesta, la cual poseía un mayor tamaño y placas de acero. De esta manera, poseía un mayor alcance y un gran impacto con una precisión única.
Era tal la potencia del arma que se consideraba injusta, pues un inexperto podía abatir con su uso a un caballero experimentado. El papa Inocencio II la prohibió durante el II Concilio de Letrán, pues se consideraba excesivamente mortal.
Espada larga
Las espadas de hoja larga y recta (también conocidas como espadas bastardas) ganaron relevancia durante la Edad Media.
Estas espadas debían blandirse con ambas manos debido a su tamaño. Solían medir entre 80 y 120 centímetros y representaron el sable más común empleado durante la época.
Armadura de placas de acero
Desde tiempos remotos, los soldados han utilizado vestiduras resistentes de distintos materiales para proteger las partes del cuerpo, reduciendo así el efecto de las armas enemigas durante los combates.
Sin embargo, a partir de la Edad Media estas protecciones se popularizaron de un modo diferente, pues estaban formadas por placas de acero que cubrían todo el cuerpo, mientras que la cabeza era protegida por un yelmo que otorgaba una visión limitada.
Estas armaduras comenzaron a volverse comunes en la época final de la Baja Edad Media.
Ribadoquín
La llegada de la pólvora desde China cambió la forma de hacer la guerra para siempre. Aunque en un principio su uso era muy limitado y no era decisiva en el resultado de los combates, luego surgieron armas de fuego como el ribadoquín.
Esta consistía en un cañón múltiple que disparaba pequeños proyectiles de hierro, causando daño al enemigo (se podría considerar un predecesor de las ametralladoras modernas).
Esta arma se usó efectivamente durante la guerra de los Cien Años y luego se expandió por Europa con todas sus variantes.
Cañón
Los cañones cambiaron la forma de hacer la guerra y de defenderse. Gracias a la pólvora, en la etapa final de la Edad Media estas armas de fuego podían disparar proyectiles desde gran distancia. Incluso eran capaces de destruir murallas, por lo que cambió la forma de defender las ciudades.
Esta pieza de artillería existía en distintas formas y tamaños, desde pequeñas bombardas hasta culebrinas con un enorme tubo de gran calibre.
Esta arma empieza a aparecer en el siglo XIV en Europa, pero con anterioridad había sido empleada por chinos y árabes. Su uso fue fundamental en la caída de Constantinopla en 1453, demostrando que las murallas defensivas habían quedado obsoletas.
Cañón de mano
Sucesor de la lanza de fuego, fue el tipo más simple de arma impulsada por pólvora que antecedió a los posteriores arcabuces y mosquetes. Su uso era común en Asia hacia el siglo XIII y, un siglo más tarde, alcanzaría Europa.
Consistía en un cañón, un asa y en algunos casos una especie de culata de madera. Esta arma debía sostenerse con ambas manos, pudiendo ser cargada por el mismo usuario o por un ayudante.
Disparaba distintos proyectiles, desde piedras, flechas o guijarros, todos ellos impulsados por pólvora.
Durante las guerras husitas entre 1419 y 1434 en el Reino de Bohemia, esta arma fue fundamental en los combates, donde, a pesar de aún no ser decisiva, demostró su importancia en el futuro de los campos de batalla.
Referencias:
- Ribadoquín. Wikipedia.
- Tecnología medieval. Wikipedia.
- El ingenio de las armas medievales. Tienda Medieval.
- List of medieval weapons. Wikipedia.
- El mangual era un arma destructiva y peligrosa de la Edad Media. Desenfunda.
Gracias me ha servido y me ha sido de gran ayuda os agradezco la ayuda.
Pero nunca os fieis de Wikipedia.
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anónimo
Gracias a ti por tu comentario. Bueno, Wikipedia sí es útil cuando existen referencias contrastadas. Pero, obviamente, nunca se debe de tener como única fuente a la hora de elaborar los artículos. Para cifras y datos muy concretos, sin embargo, sí suele ser bastante fiable. ¡Un saludo!