Instituciones políticas de Esparta: diarquía, Gerusía, Apella y éforos

Las principales instituciones políticas de Esparta, como la diarquía, el consejo de ancianos (Gerusía), la Asamblea (Apella) y los éforos, forjaron juntos un equilibrio de poder caracterizado por su estabilidad y disciplina, fundamentales para la identidad de esta polis lacedemonia.

A continuación, analizamos cada una de ellas, explicando cuáles eran sus características y sus funciones más elementales.

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Infografía de las instituciones políticas de Esparta

La Diarquía: el gobierno de dos reyes

Esparta se distinguía por su singular sistema de diarquía, un gobierno encabezado por dos reyes de las familias Agiadas y Europóntidas, cuya ascendencia, según la tradición, remontaba a los míticos heráclidas.

Funciones de los reyes espartanos

Heródoto (Historias, VI, 56-60) detalla que ambos reyes tenían iguales atribuciones, desempeñando funciones religiosas, militares y civiles:

  • Funciones religiosas: cada rey era sacerdote de un culto a Zeus (Lacedemonio y Uranio, respectivamente), iniciaba libaciones y custodiaba oráculos junto a los Pithioi. Su carácter divino, como descendientes de Cástor y Póllux, les confería un aura especial.
  • Funciones militares: los reyes eran comandantes permanentes, con autoridad para declarar la guerra y liderar campañas, acompañados por una guardia de cien soldados escogidos.
  • Funciones civiles: supervisaban el derecho familiar (matrimonios, adopciones, herencias de epícleras), nombraban proxenoi (representantes extranjeros) y eran miembros vitalicios de la Gerusía.

Privilegios de los monarcas de Esparta

Los reyes gozaban de privilegios únicos, caso de los siguientes:

  • Lugar de honor en la vida pública: los reyes ocupaban un lugar preeminente en los actos públicos y en las sisitías, las comidas comunales que fomentaban la cohesión entre los ciudadanos espartanos (espartiatas). En estas reuniones, los monarcas recibían una doble ración de comida, un gesto simbólico que subrayaba su estatus superior y su papel central en la comunidad.
  • Exención de la agogé: a diferencia del resto de los espartiatas, los reyes estaban exentos de la agogé, el riguroso sistema educativo que formaba a los ciudadanos espartanos desde la infancia en la disciplina, el combate y la austeridad. Esta exención resaltaba su condición única, aunque no los eximía de demostrar habilidades militares o liderazgo, roles en los que destacaban como comandantes.
  • Guardia personal de élite: los reyes contaban con una guardia personal exclusiva, seleccionada entre los jóvenes espartiatas más destacados. Este cuerpo, conocido como los hippeis en algunos contextos, no solo garantizaba su seguridad, sino que también simbolizaba el respeto y la lealtad de la juventud espartana hacia sus líderes.
  • Asignación de tierras especiales: cada rey recibía un lote especial de tierras (kleros), que incluía terrenos cultivados por los periecos, una clase social libre pero no ciudadana. Estas tierras proporcionaban ingresos significativos, asegurando la independencia económica de los monarcas y su capacidad para mantener su estatus y cumplir con sus deberes religiosos y militares.
  • Ritos funerarios solemnes: a la muerte de un rey, Esparta llevaba a cabo ceremonias funerarias de gran magnificencia, descritas por Heródoto como más propias de monarcas orientales que de líderes griegos. Según relata, mensajeros a caballo anunciaban el fallecimiento por toda Laconia, mientras mujeres tocaban tambores por las calles. Cada familia debía enviar a dos miembros, un hombre y una mujer, a manifestar luto públicamente, bajo pena de castigos severos.
  • Sucesión dinástica: la sucesión real seguía un orden claro. El trono pasaba al primer hijo varón nacido durante el reinado del monarca. Si el heredero era menor de edad, un pariente varón cercano asumía la regencia hasta que el joven rey alcanzara la mayoría de edad. Esta norma aseguraba la continuidad dinástica y la estabilidad política, manteniendo además el linaje de las casas reales.

Limitaciones de la diarquía espartana

Ahora bien, la diarquía espartana estaba sujeta a un conjunto de limitaciones que equilibraban su autoridad dentro del sistema político de Esparta.

Estas restricciones garantizaban que los monarcas no acumularan un poder absoluto, alineándose con los principios de disciplina y control colectivo que definían a la polis lacedemonia. Veamos cuáles eran:

  • Supervisión por los éforos: los éforos, magistrados electos anualmente, ejercían un control significativo sobre los reyes. Cada nueve años, realizaban un ritual de observación celeste y, si avistaban una estrella fugaz, interpretaban esto como una señal divina de que los monarcas habían cometido errores. En tales casos, los reyes podían ser suspendidos de sus funciones, y se consultaba al oráculo de Delfos para confirmar la decisión (Plutarco, Vida de Agis, 11, 4-5). Este mecanismo reflejaba el peso de la religión y la supervisión colectiva en la limitación del poder real.
  • Ausencia de poder judicial: los reyes espartanos carecían de autoridad en asuntos judiciales, una función reservada principalmente a los éforos y, en menor medida, a la Gerusía (Consejo de Ancianos). Esta restricción aseguraba que las decisiones legales no dependieran de la voluntad de los monarcas, manteniendo un sistema de justicia más independiente y alineado con las leyes de la polis.
  • Prohibición en la administración económica: la gestión económica del Estado estaba fuera del alcance de los reyes. Las decisiones sobre recursos, tierras y finanzas eran responsabilidad de otras instituciones, como los éforos, lo que impedía a los monarcas influir en la distribución de la riqueza o en la administración de los kleroi (lotes de tierra) más allá de los asignados personalmente a ellos.
  • Imposibilidad de Interferir en la Apella: los reyes no podían intervenir en las decisiones tomadas por la Apella, la asamblea de ciudadanos espartanos (espartiatas). Aunque los monarcas podían liderar militarmente y desempeñar roles religiosos, las resoluciones de la Apella eran soberanas, limitando su influencia en la legislación y las políticas internas.
  • Sometimiento a críticas y depuración: a diferencia de las monarquías absolutas, los reyes espartanos podían ser criticados, exiliados o incluso depuestos por los ciudadanos o los éforos. Esta capacidad de los espartiatas para cuestionar a sus líderes subrayaba el carácter colectivo de la autoridad en Esparta, donde incluso los monarcas estaban sujetos al escrutinio público.

Teniendo en cuenta lo anterior, no es de extrañar que Aristóteles, en su Política (1.850b), describiera la diarquía espartana como un generalato vitalicio y hereditario, destacando que el rol de los reyes se centraba principalmente en el liderazgo militar y religioso, más que en un poder político absoluto. Esta definición refleja cómo sus funciones estaban delimitadas y subordinadas al sistema político más amplio.

La diarquía llegó a su fin alrededor de los años 203-204 a. C., cuando el tirano Nabis la suprimió, marcando el declive del sistema monárquico tradicional en Esparta (Polibio, XIII, 6-1).

Funciones de los reyes espartanos

La Apella: la voz del pueblo

La Apella era la asamblea de los ciudadanos espartanos (Homoioi), mayores de 30 años, convocada mensualmente por los éforos bajo la luna llena. A diferencia de la asamblea ateniense, la Apella no debatía; simplemente aprobaba o rechazaba propuestas de la Gerusía mediante aclamación.

Este sistema, descrito por Plutarco, reflejaba la naturaleza participativa pero limitada de la democracia espartana, donde los ciudadanos tenían voz, pero no poder deliberativo.

Funciones de la Apella

Sus funciones incluían las siguientes:

  • Decidir sobre guerra, paz y política exterior.
  • Elegir generales, gerontes, éforos y resolver disputas sucesorias.
  • Votar leyes y decidir la liberación de ilotas cuyas actuaciones habían destacado en las contiendas.

La Gerusía: el consejo de ancianos

La Gerusía, un consejo de 28 ancianos (gerontes) mayores de 60 años, más los dos reyes, era el pilar consultivo y deliberante de Esparta. Elegidos por su prestigio en la Apella, representaban a las tres Fileas (tribus) y tenían cargos vitalicios.

Aunque poderosa, la Gerusía estaba subordinada a la Apella, que tenía la última palabra, y a veces a los éforos, quienes podían intervenir en casos graves.

Funciones de la Gerusía

Sus funciones abarcaban los siguientes aspectos:

  • Proponer leyes y decisiones a la Apella.
  • Juzgar casos de traición, crímenes y penas menores (multas, destierros).
  • Actuar como parte ejecutiva junto a los reyes y éforos.

El Eforado: los guardianes del Estado

El Eforado, compuesto por cinco magistrados elegidos anualmente en la Apella, uno por cada Oba (poblado), se convirtió en la institución más poderosa de Esparta.

Su origen es incierto, atribuido a figuras como Elatos, Asteropo, Quilón o el rey Teopompo (siglos VIII-VI a. C.).

El Eforado evolucionó hasta eclipsar a la diarquía y a la Gerusía, pero fue suprimido por Cleómenes III (235 a. C.), reemplazado por los Patronomoi, y restaurado brevemente antes de desaparecer bajo Nabis (207-192 a. C.).

Funciones de los éforos

Los éforos, según Plutarco (Vida de Cleómenes, 9, 3), eran los vigilantes del Estado, con funciones que incluían:

  • Convocar y presidir la Apella.
  • Supervisar el cumplimiento de la constitución, con poderes legislativos y judiciales.
  • Juzgar a funcionarios y vigilar a los reyes, incluso en campaña.
  • Controlar a periecos e ilotas mediante Criptías (razias para someter a los ilotas).

Otras instituciones y funcionarios de Esparta

En Esparta, además de los éforos y la Gerusía, existían otros funcionarios que desempeñaban roles específicos para mantener el orden social, económico y religioso.

Si bien estos funcionarios no fueran tan prominentes como los éforos o los reyes, su existencia nos muestra la complejidad de la sociedad espartana.

Cada uno de ellos contribuía a que Esparta funcionara como una máquina bien engrasada, donde el orden, la disciplina y la tradición lo eran todo. Desde el mercado hasta las costumbres, pasando por las consultas al oráculo, estos cargos reflejan cómo Esparta equilibraba lo práctico con lo sagrado.

Aunque no todos están bien documentados y la existencia de algunos es incluso dudosa, os presentamos los que se consideran más relevantes:

Empéloros

Estos funcionarios eran los encargados de supervisar el mercado espartano, un lugar clave para el comercio y el intercambio. Su labor era similar a la de los agoránomos de Atenas, asegurándose de que todo funcionara con orden: precios justos, medidas correctas y un ambiente sin conflictos.

Epímelete

Este cargo era algo así como el jefe de policía de Esparta. El epímelete tenía la importante tarea de mantener el orden en la ciudad, asegurándose de que los ciudadanos respetaran las normas. Contaba con cinco asistentes que le ayudaban en esta misión.

Pensad en él como un vigilante que garantizaba que la vida diaria transcurriera sin problemas.

Harmosunoi

Estos eran los guardianes de las costumbres, una especie de inspectores que se aseguraban de que los espartanos cumplieran con las normas morales y sociales de la ciudad.

Su función se parecía a la de los gynaikonomoi atenienses, que vigilaban especialmente el comportamiento de las mujeres, aunque en Esparta su labor era más general.

Eran los ojos de la tradición espartana, siempre atentos a que nadie se desviara del camino.

Harmostes

Aquí entramos en terreno más dudoso. Se cree que los harmostes podrían haber sido gobernadores enviados a territorios alejados bajo el control de Esparta.

Algunos historiadores creen que eran nombrados por los éforos y que su elección era aprobada por la Apella, la asamblea popular.

Sin embargo, no está claro si existieron realmente o cómo funcionaban. Es como si tuviéramos solo una pieza de un rompecabezas incompleto.

Kreodaites

Se encargaban de repartir la carne en los banquetes comunes, una práctica muy importante en la vida social espartana.

Sin embargo, la información sobre ellos es tan escasa que no podemos estar seguros de su relevancia o incluso de su existencia.

Pithioi

Estos cuatro funcionarios tenían una misión muy especial: consultar e interpretar el Oráculo de Delfos.

En una sociedad tan conectada con lo divino como la espartana, su papel era crucial, ya que las decisiones importantes solían depender de los mensajes de los dioses. Imaginadlos como los enlaces entre Esparta y el sagrado templo de Apolo.

Referencias
  • Fernández Uriel, P. (2014). Historia antigua universal II. El mundo griego. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
  • Heródoto. (1977). Historias (C. Schrader, Trad.). Madrid: Gredos. (Obra original publicada ca. 440 a. C.).
  • Aristóteles. (2015). Política (C. García Gual & A. Pérez Jiménez, Trad.). Alianza Editorial.
  • Tucídides. (2014). Historia de la guerra del Peloponeso (A. Guzmán Guerra, Trad.). Alianza Editorial.

¿Cómo citar este artículo?

R. Fernández, J. Las instituciones políticas de Esparta: diarquía, Gerusía, Apella y éforos. (2025, 17 de junio). MuchaHistoria. https://muchahistoria.com/esparta-instituciones-politicas/ | Última actualización: 2025, 17 de junio.

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