La mayoría de dirigentes y demás personajes pertenecientes a la esfera política hacen uso del término soberanía popular en sus discursos y mítines políticos con la finalidad de simpatizar y obtener el beneplácito del pueblo, el verdadero soberano de toda nación democrática.
Así pues, la expresión soberanía popular hacer referencia a la soberanía que reside en el pueblo y a la capacidad que este posee para designar, mediante el sufragio, a sus representantes.
Definición de soberanía popular
Se define como soberanía popular al modelo de soberanía en el que el pueblo es el máximo soberano existente en una nación y, por tanto, quien rige de forma legítima el destino de la misma, ya sea en ámbitos como la economía, la legislación o la política.
Origen del concepto de soberanía popular
En este sentido, cabría preguntarse quién es el pueblo. Para Jean-Jacques Rousseau, quien fuese el primero en plantear el concepto de soberanía popular, el pueblo es la unidad histórica de costumbre y hábitos de vida en común cuyos integrantes acuerdan formar un Estado para gobernarse mejor en forma soberana.
En consecuencia, es el pueblo quien constituye el Estado y no al revés; el pueblo no debe nada a sus gobernantes, pues estos son simples servidores y representantes de la voluntad popular. Así pues, es la responsabilidad del pueblo controlar al Estado y cambiarlo en caso de que sea necesario.
Asimismo, Raymond Carré de Malberg respaldaba el concepto de soberanía popular —el cual difería de los conceptos previamente presentados, como el de Jean Bodin (1576) y Thomas Hobbes (1651)— mediante el recurso filosófico defendido por Rousseau en el Contrato Social, añadiendo lo siguiente:
Consiente en la enajenación total de su persona a favor de la comunidad, en tanto que se subordina, él y su voluntad, a la suprema dirección de la voluntad general, la que se convierte así en soberana. Pero, por otra parte, cada miembro es admitido por todos los demás como parte indivisible del todo, y, por consiguiente, la misma voluntad general no es sino una resultante de voluntades individuales.
El pueblo y el problema de la soberanía popular en la Edad Contemporánea
Bajo la lógica del pensamiento rousseauniano, el pueblo debe ser el máximo soberano de todo territorio que se identifique con la misma cultura. Sin embargo, la subjetividad intrínseca en el término pueblo añade un severo problema al concepto de soberanía popular presentado por Rousseau.
En este sentido, hay quienes podrían considerarse el verdadero pueblo (o la voz del pueblo) de un territorio determinado y, por tanto, reclamar para sí la soberanía absoluta de la nación, subordinando al resto de ciudadanos que, según estos, no pertenecen al pueblo verdadero.
Esta ha sido, sin duda, la razón filosófica fundamental tras el caudillismo y los múltiples gobiernos de índole dictatorial en la Edad Contemporánea.
Caracteristicas de la soberanía popular
Estas son algunas de las características que presenta el concepto de soberanía popular:
- Todo poder político de una nación, es decir, el que tienen los integrantes del gobierno, procede de sus ciudadanos, los cuales, haciendo uso de su soberanía, han escogido a sus representantes políticos mediante el sufragio.
- La soberanía popular debe estar legitimada por un documento oficial, ya sea una constitución o una declaración de derechos.
- El pueblo está en la potestad de disolver y sustituir a los dirigentes del gobierno cuyas acciones atenten en contra de sus intereses y el bienestar de la nación.
- Para evitar toda clase de absolutismo y tiranía debe existir la separación de poderes dentro del sistema de gobierno escogido por el pueblo.
- Para que la democracia exista y el pueblo pueda ejercer correctamente su función como máximo soberano, se debe garantizar la existencia de un entorno plenamente democrático; uno en el que los abusos de poder, la censura de la libertad de expresión y métodos coercitivos como la represión no existan.
Referencias:
- Soberanía popular. Wikipedia
- Soberanía popular. Economipedia
- La soberanía popular como fundamento del orden estatal y como principio constitucional. Scielo.