Calendario gregoriano

¿Te has preguntado cuál es el origen del actual calendario? ¿Por qué todos los países del mundo parecen usarlo? ¿A qué se debe tal estandarización? ¿Por qué se le denomina calendario gregoriano? ¿Cuál es su relación con la Iglesia católica y la historia misma?

En el siguiente artículo responderemos, entre otras cosas, a cada una de las anteriores interrogantes, dando para ello un repaso histórico desde la instauración del calendario juliano hasta la adopción del actual calendario gregoriano, explicando, además, el porqué de su importancia y su uso estandarizado.

Definición de calendario gregoriano

Clasificado dentro de la categoría de calendarios solares debido a su forma de expresar el tiempo en función al movimiento y posición de la tierra en torno al sol, calendario gregoriano es el nombre con el que se conoce al calendario sucesor del calendario juliano, aquel que había sido instaurado por Julio César en 46 a. C. y que había permanecido vigente durante todo el periodo imperial de la antigua Roma debido a su gran exactitud.

Tras ser instaurado en 1582 mediante la bula Inter Gravissimas del papa Gregorio XIII en todos los países supeditados a la voluntad de la Iglesia católica-romana, el calendario gregoriano fue sustituyendo al calendario juliano paulatinamente en Europa y, después, en el resto del mundo, al punto tal de ser considerado, en la actualidad, como el calendario oficial de la mayoría de países del mundo.

Historia del calendario gregoriano

Antecedentes del calendario gregoriano

El origen del calendario juliano

En el año 46 a. C., el mismo año en el que derrotó a sus dos peores enemigos (Quinto Cecilio Metelo Escipión y Marco Porcio Catón) en la batalla de Tapso, el mítico dictador romano Julio César decidió cambiar el número de días totales del antiguo calendario romano con la finalidad de corregir los desfases del mismo.

Grabado de Julio César.

Para ello, Julio César encomendó al astrónomo griego Sosígenes la creación de un nuevo calendario, de ser posible, sin imperfecciones; su imprecisión debía ser imperceptible.

Sosígenes cumplió con su labor y, ese mismo año, entregó a Julio César un nuevo calendario, el calendario juliano, el cual expresaba el tiempo en función del movimiento de translación de la Tierra, definido por él mismo en 365 días y seis horas.

Dado que el calendario anterior constaba de solo 355 días, Sosígenes sugirió a César que se añadieran más días a los meses. De esta manera, los meses, que hasta ese momento constaban de 29 días, pasaron a tener 30 días, en el caso de los meses pares, y 31 días, en el caso de los meses impares.

Sin embargo, la sumatoria resultante del cambio de los días de los meses era de 366 días. Por tal motivo, se decidió restarle 1 día a febrero, quedando así en 21 días.

Por otra parte, el desfase que provocaría el excedente de seis horas del año tropical (según Sosígenes, puesto que el verdadero excedente es de 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos) fue corregido añadiendo un día más cada cuatro años entre los días que hoy son el 23 y el 24 de febrero.

El calendario juliano tras la muerte de Julio César

Tras el magnicidio de Julio César en el Senado romano, y por iniciativa de Marco Antonio, el mes quintilis pasó a llamarse julius en honor a Julio César.

Por su parte, el hijo adoptivo de Julio César y primer emperador de Roma, Augusto, cambió el nombre del mes de sextilis por augustus, en honor a sí mismo. Asimismo, decidió restarle un día al mes de febrero para añadirlo a su mes (agosto), dado que no quería estar en desigualdad retórica respecto de su padre adoptivo.

Origen del calendario gregoriano

En 1582, mediante la promulgación de la bula Inter Gravissimas, el papa Gregorio XIII instauró el uso de un nuevo calendario: el calendario gregoriano.

Discusión de la reforma del calendario
Discusión de la reforma del calendario bajo el auspicio del papa Gregorio XIII.

Dicho calendario había sido diseñado por una selecta comisión de astrónomos denominada la Comisión del Calendario, dentro de la que destacaron los astrónomos Luis Lilio y Cristóbal Clavio.

En aquel entonces, Cristóbal Clavio era considerado una eminencia en cuanto a astronomía respecta; de hecho, años más tarde el mismísimo Galileo Galilei daría fe de ello al requerirlo como aval científico de sus observaciones telescópicas.

El motivo por el cual se decidió sustituir al antiguo calendario juliano fue debido a un pequeño desfase aparentemente imperceptible. Según el calendario juliano, el año estaba constituido por 365 días y 6 horas, cuando, en realidad, un año tropical se compone de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos.

Así pues, este desfase, de poco menos de doce minutos, se fue haciendo cada vez más grande y notorio a lo largo de los siglos, a tal punto que, en 1582, el desfase era de 10 días.

En consecuencia, los autoridades eclesiásticas, con el papa Gregorio XIII a la cabeza, vieron la necesidad de corregir el desfase del calendario juliano a finales del siglo XVI, puesto que la celebración de sus festividades religiosas dependía enteramente de la precisión del calendario.

La expansión del calendario gregoriano

Lunario del calendario gregoriano
Lunario del Vaticano de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1582, ya bajo el calendario gregoriano.

Para procurar una perfecta inserción del nuevo calendario, del 4 de octubre de 1582 del calendario juliano se dio paso al 15 de octubre del calendario gregoriano. Ese mismo día, el Reino de España y el Reino de Portugal aplicaron la reforma a sus calendarios. De la misma manera, todos los países y regiones que se encontraban fuertemente influenciados por la Iglesia católica hicieron lo propio.

Con el pasar de los años, el uso del calendario gregoriano se fue extendiendo por gran parte de Europa, así como también por las colonias europeas en el continente americano, debido a su gran precisión.

Por su parte, el calendario gregoriano no fue bien recibido en las regiones donde predominaba el protestantismo o donde no se reconocía la autoridad del papa.

Características del calendario gregoriano

A continuación, se presenta una lista con las características principales del calendario gregoriano:

  • El día del calendario gregoriano equivale, aproximadamente, a 86.400 segundos del Tiempo Atómico Internacional (TAI); asimismo, es considerado la unidad fundamental de tiempo en dicho calendario.
  • Siete días gregorianos equivalen a una semana.
  • Un año gregoriano, es decir, el tiempo que tarda la Tierra en completar un año trópico, equivale, en promedio, a 365,242189 días.
  • Un año gregoriano se divide en doce meses:
    • Enero (31 días).
    • Febrero (28 días, o 29 días si es año bisiesto).
    • Marzo (31 días).
    • Abril (30 días).
    • Mayo (31 días).
    • Junio (30 días).
    • Julio (31 días).
    • Agosto (31 días).
    • Septiembre (30 días).
    • Octubre (31 días).
    • Noviembre (30 días).
    • Diciembre (31 días).
  • Un año bisiesto dura 366 días. Este día extra se agrega al mes de febrero, por lo que, en un año bisiesto, dicho mes tendrá 29 días en lugar de 28.
  • Un año común dura 365 días.
  • Se considera año bisiesto a todo año que sea múltiplo de 4, con excepción de los años seculares. Sin embargo, los años seculares que sean múltiplo de 400 sí serán considerados años bisiestos.
  • Se considera año secular a todo año que sea múltiplo de 100.
  • Cada 400 años se completa un ciclo gregoriano.
  • El ciclo gregoriano está compuesto por:
    • 4 años seculares.
    • 97 años bisiestos.
    • 303 años comunes.
    • 146 097 días.
    • 20 871 semanas.
  • Cada ciclo gregoriano es exactamente igual a su antecesor. Cada año, el calendario gregoriano se desfasa 26 segundos, por lo que se requiere el ajuste de un día cada 3.300 años. Asimismo, se debe tomar en cuenta la variación del año trópico, puesto que cada siglo disminuye su duración 115 segundos.

Referencias:

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