La arquitectura prehistórica representa el primer capítulo en la larga historia de la construcción humana, un testimonio silencioso de la ingeniosidad y adaptabilidad de nuestros antepasados. Más allá de ser simples estructuras para cobijarse, estas primeras manifestaciones arquitectónicas nos permiten comprender cómo los seres humanos interpretaban su entorno, organizaban sus comunidades y desarrollaban sus primeras tecnologías.
Definir la arquitectura de la prehistoria implica adentrarse en un período que abarca desde el Paleolítico inferior (aproximadamente hace 2.5 millones de años) hasta el surgimiento de las primeras civilizaciones con escritura (alrededor del 3000 a. C.). Durante este extenso período, la arquitectura no era un arte o disciplina como la entendemos hoy, sino una necesidad fundamental para la supervivencia y el desarrollo social.
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Períodos y etapas de la arquitectura prehistórica
La arquitectura prehistórica representa los primeros pasos de la humanidad en la creación de estructuras y espacios habitables. Este desarrollo arquitectónico está íntimamente ligado a la evolución de las sociedades humanas y sus necesidades cambiantes a lo largo del tiempo.
Paleolítico (2.5 millones – 10 000 a. C.): los primeros refugios
En el Paleolítico, los seres humanos eran fundamentalmente nómadas, siguiendo las migraciones de animales y los cambios estacionales.
Sus primeras estructuras eran extremadamente simples y temporales. Las cavernas y abrigos rocosos se convirtieron en los primeros hogares, aprovechando la protección natural contra depredadores y condiciones climáticas adversas.
Ejemplos arqueológicos como la cueva de Lascaux en Francia demuestran que estos espacios no solo eran refugios, sino también centros de actividad social y expresión artística.
Las pinturas rupestres encontradas en estas cavernas evidencian que estos espacios tenían una dimensión simbólica más allá de lo puramente funcional.
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Mesolítico (10 000 – 8000 a. C.): hacia la estabilización
El Mesolítico marcó un punto de inflexión crucial. Con el fin de la última edad de hielo, los grupos humanos comenzaron a establecer asentamientos más permanentes. Aparecieron las primeras estructuras construidas deliberadamente, utilizando materiales como madera, pieles y elementos vegetales.
Sitios como Star Carr, en Inglaterra, revelan cabañas circulares construidas con postes de madera y techadas con pieles de animales. Estas estructuras demuestran una planificación más sofisticada y una comprensión más avanzada de técnicas constructivas.
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Neolítico (8000 – 3000 a. C.): revolución arquitectónica
El Neolítico representa la verdadera revolución arquitectónica. Con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, las comunidades humanas se volvieron sedentarias. Esto transformó radicalmente la concepción del espacio y la construcción.
Asentamientos como Çatalhöyük, en Turquía, muestran ciudades complejas donde las viviendas se construían adosadas unas a otras, con accesos mediante aberturas en los techos. Esta estructura no solo respondía a necesidades de defensa, sino que representaba una innovadora organización social y espacial.
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Edad de los Metales (6500 – 1000 a. C.): una revolución constructiva
La introducción de herramientas metálicas permitió trabajar la piedra con mayor precisión y eficiencia.
Los constructores podían cortar bloques regulares, crear superficies más lisas y realizar uniones más precisas entre los elementos constructivos. Las hachas y cinceles de metal revolucionaron la carpintería, permitiendo el desarrollo de estructuras más complejas.
La época se caracterizó por la construcción de imponentes fortificaciones, caso de las siguientes:
- Murallas levantadas con bloques de piedra de gran tamaño.
- Torres de vigilancia estratégicamente ubicadas.
- Fosos defensivos alrededor de los asentamientos.
- Ciudadelas fortificadas en puntos elevados.
Respecto a la arquitectura doméstica, las viviendas experimentaron una notable evolución. Citemos algunas de las principales características de este tipo de edificaciones:
- Casas rectangulares con cimientos de piedra.
- Muros de adobe o tapial sobre zócalos de piedra.
- Techumbres sostenidas por postes de madera.
- Divisiones internas para diferentes funciones.
- Hogares centrales para calefacción y cocina.
Asimismo, este período vio el surgimiento de construcciones monumentales significativas, tales como megalitos y estructuras ceremoniales, palacios y centros administrativos, almacenes comunitarios y templos o santuarios.
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Técnicas constructivas prehistóricas
A través del registro arqueológico, podemos reconstruir los métodos y materiales empleados desde el Paleolítico hasta la Edad de los Metales, evidenciando una progresiva complejidad tecnológica y adaptación al medio.
Materiales
El empleo de materiales en la construcción prehistórica estaba íntimamente ligado a los recursos disponibles en cada región geográfica, desarrollándose una notable especialización en su aprovechamiento y aplicación:
Piedra
La piedra, como material más duradero, nos ha proporcionado los testimonios más completos del ingenio constructor prehistórico.
Los estudios realizados en asentamientos emblemáticos como Çatalhöyük, en Turquía, y Skara Brae, en Escocia, han revelado sofisticados sistemas de construcción en piedra que incluían desde cimentaciones elaboradas hasta complejos sistemas de mampostería en seco.
La selección de los materiales pétreos no era arbitraria; los constructores prehistóricos demostraron un profundo conocimiento de las propiedades físicas de diferentes tipos de roca, seleccionando cuidadosamente aquellas más apropiadas para cada función estructural.
Madera
La madera, a pesar de su naturaleza perecedera, también jugó un papel fundamental en la arquitectura prehistórica.
Las evidencias arqueológicas, aunque más escasas, han permitido documentar sistemas constructivos de notable complejidad, especialmente en los asentamientos palafíticos de Centroeuropa.
La selección de especies arbóreas no era casual: el roble se prefería para elementos estructurales principales debido a su durabilidad y resistencia, mientras que especies más flexibles se destinaban a elementos secundarios y techumbres.
Las técnicas de trabajo de la madera evolucionaron significativamente a lo largo del tiempo, desarrollándose métodos cada vez más sofisticados de talla y ensamblaje.
Barro y arcilla
El empleo del barro y la arcilla marca un hito significativo en la evolución de las técnicas constructivas prehistóricas.
El desarrollo del tapial y el adobe representó una verdadera revolución en la arquitectura doméstica, permitiendo la creación de espacios más amplios y mejor aislados. Los análisis de construcciones neolíticas han revelado una comprensión sorprendentemente avanzada de las propiedades de estos materiales.
La incorporación de elementos vegetales como estabilizadores, documentada en numerosos yacimientos, demuestra un conocimiento empírico de los principios de la resistencia de materiales.
Los revestimientos de barro, aplicados tanto en interiores como en exteriores, no solo cumplían una función estética sino también práctica, proporcionando aislamiento térmico y protección contra los elementos.
Huesos y pieles
La utilización de huesos y pieles, aunque menos documentada arqueológicamente, complementaba el repertorio de materiales constructivos.
Los estudios etnográficos y las evidencias arqueológicas sugieren un uso ingenioso de estos elementos, especialmente en construcciones temporales y en regiones donde otros materiales eran escasos.
Los huesos de grandes herbívoros se aprovechaban tanto como herramientas de construcción como elementos estructurales, mientras que las pieles tratadas proporcionaban cubiertas efectivas contra las inclemencias meteorológicas.
- Piedra: utilizada para cimentaciones, muros y estructuras defensivas.
- Madera: principal material para postes, techumbres y estructuras básicas.
- Barro y arcilla: empleados para revestimientos, aislamiento y construcción de muros.
- Huesos y pieles: usados como elementos estructurales y de cubrimiento.
Métodos
Los primeros métodos de ensamblaje, basados en el aprovechamiento de formas naturales complementarias, evolucionaron hacia sistemas más complejos que incorporaban uniones elaboradas y elementos de fijación.
El desarrollo de las cuerdas vegetales representó un avance tecnológico crucial, permitiendo la creación de estructuras más estables y versátiles. Las evidencias arqueológicas, en forma de improntas en barro cocido, han permitido documentar una sorprendente variedad de técnicas de anudado y entrelazado.
La aparición de herramientas especializadas para el trabajo de la construcción marca otro hito significativo. Las hachas pulimentadas, los cinceles y los percutores no solo facilitaron el trabajo de los materiales, sino que también permitieron una mayor precisión en los acabados y las uniones.
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Este desarrollo tecnológico fue acompañado por una evolución en las técnicas de entrelazado estructural, culminando en sistemas constructivos complejos como el bahareque (conocido como wattle and daub en inglés), que combinaba armazones vegetales entrelazados con revestimientos de barro.
- Ensamblaje mediante encajes naturales.
- Uso de cuerdas vegetales para uniones.
- Primeras herramientas de piedra para corte y tallado.
- Técnicas de entrelazado y trenzado para crear estructuras resistentes.
Tipos de estructuras prehistóricas
A continuación, exploramos los distintos tipos de estructuras prehistóricas, clasificadas en tres categorías principales: viviendas, estructuras comunitarias y estructuras defensivas.
Viviendas
Las viviendas prehistóricas variaban significativamente en diseño y construcción, adaptándose a diferentes entornos, climas y necesidades de las comunidades. Estas estructuras eran funcionales y muchas veces se construían con materiales naturales, lo que permitía aprovechar al máximo los recursos disponibles en cada región.
Cabañas circulares con postes centrales
Estas viviendas eran comunes en muchas regiones de Europa y África. Consistían en una estructura circular sostenida por postes de madera centrales que servían como eje principal de la construcción.
Esta forma redondeada ayudaba a soportar mejor los vientos y los cambios de temperatura. Las paredes solían estar hechas de barro y ramas entrelazadas, y los techos se cubrían con hojas o pieles (además, estas techumbres cónicas facilitaban el drenaje del agua de lluvia).
Estructuras semisubterráneas para mejor aislamiento
En áreas con climas extremos, las viviendas se construían parcialmente bajo tierra. Este diseño proporcionaba aislamiento térmico, ya que las temperaturas bajo tierra son más estables y permiten mantener el calor en invierno y el frescor en verano.
Los habitantes excavaban el suelo para crear una base y construían un techo que cubría la estructura.
Viviendas elevadas en zonas pantanosas
En regiones pantanosas o cerca de cuerpos de agua, se desarrollaron viviendas elevadas sobre pilotes. Este diseño protegía a las personas de la humedad, las inundaciones y ciertos animales.
Estas estructuras, conocidas como palafitos, han sido halladas en sitios de Europa y América del Sur. Se construían con madera y materiales que soportaban la exposición al agua, como juncos o bambú.
Refugios en cavernas adaptados mediante modificaciones
Muchas comunidades prehistóricas utilizaban cuevas naturales como refugios, aprovechando su protección natural contra el clima.
En algunos casos, adaptaban estas cavernas añadiendo muros o barreras de piedra y barro para crear espacios más seguros y funcionales.
Estos refugios cavernícolas se encuentran en lugares como Altamira (España) y Lascaux (Francia), que además fueron decorados con pinturas rupestres, sugiriendo un uso multifuncional.
Estructuras comunitarias
A medida que las comunidades crecían, surgieron estructuras que permitían la convivencia, las ceremonias y las actividades grupales. Estas edificaciones reflejan los primeros esfuerzos de organización social en torno a actividades comunes y rituales.
Lugares de reunión para actividades sociales
Muchos asentamientos prehistóricos poseían espacios comunes, como plazas o áreas abiertas, donde se llevaban a cabo actividades sociales.
Estas áreas eran esenciales para la cohesión de la comunidad y probablemente servían como puntos de encuentro para intercambiar bienes, contar historias y transmitir conocimientos.
Estructuras rituales y posiblemente religiosas
La espiritualidad y las creencias religiosas parecen haber tenido una gran importancia para las sociedades prehistóricas, como evidencian estructuras como los megalitos de Stonehenge o los templos de Göbekli Tepe en Turquía, uno de los primeros lugares rituales conocidos.
Estas estructuras podrían haber servido para ceremonias relacionadas con los ciclos de la vida, la muerte y los eventos astronómicos.
Tipo estructural | Descripción |
---|---|
Menhir | Piedra erguida, a menudo con significado ceremonial. |
Alineamiento de piedras | Serie de menhires dispuestos en línea. |
Dolmen | Construcción funeraria de grandes losas. |
Crómlech | Círculo de piedras erigidas. |
Túmulo | Montículo que cubre una tumba. |
Primeros espacios dedicados a actividades comunales
Se encontraron vestigios de áreas dedicadas a actividades comunales como la molienda de cereales, la fabricación de herramientas y la preparación de alimentos.
Estas áreas muestran una división del trabajo y una organización social avanzada en algunos grupos, especialmente en los primeros asentamientos agrícolas.
Estructuras defensivas
A medida que las comunidades crecían y los conflictos por recursos se volvían más comunes, surgió la necesidad de proteger los asentamientos. Esto llevó a la construcción de estructuras defensivas, las primeras manifestaciones de ingeniería destinada a la protección comunitaria.
Primeras murallas de piedra
En asentamientos avanzados como los de Jericó, una de las ciudades más antiguas del mundo, se construyeron murallas de piedra que rodeaban la comunidad. Estas murallas servían para defenderse de posibles ataques y mostraban una clara preocupación por la seguridad colectiva.
Asentamientos en ubicaciones estratégicas
En muchas regiones, las comunidades prehistóricas seleccionaban sus lugares de asentamiento en áreas naturalmente defendibles, como colinas o terrenos rodeados de ríos o barrancos.
La ubicación estratégica ofrecía una ventaja natural frente a posibles invasores y proporcionaba puntos de vigilancia más efectivos.
Sistemas de vigilancia primitivos
Algunas estructuras defensivas incluían torres o puntos elevados que permitían a los vigías detectar movimientos o posibles amenazas en las cercanías.
Si bien estos sistemas eran rudimentarios, representaban un primer paso en la planificación defensiva organizada de las comunidades prehistóricas.
Ejemplos arqueológicos significativos
En esta sección, analizaremos tres ejemplos significativos que revelan la creatividad, el ingenio y la complejidad social de las primeras comunidades humanas: Çatalhöyük (Turquía), Skara Brae (Escocia) y Stonehenge (Inglaterra).
Çatalhöyük, una ciudad prehistórica
Çatalhöyük, situado en el sur de Turquía, es uno de los asentamientos más antiguos y complejos del mundo, datado alrededor de 7500 a. C.
Este lugar no solo es importante por su antigüedad, sino también por sus características arquitectónicas innovadoras y sus evidencias de prácticas culturales complejas que ofrecen información valiosa sobre el Neolítico. Veamos algunas de ellas:
Viviendas adosadas sin calles
Una de las características más distintivas de Çatalhöyük es la disposición de sus viviendas. Las casas estaban construidas adosadas unas a otras, formando una especie de laberinto sin calles entre las construcciones.
Este diseño sugiere una organización social que priorizaba la seguridad, ya que no había entradas tradicionales a nivel de suelo. La ausencia de calles y caminos comunes da la impresión de una comunidad interconectada y funcionalmente compacta.
Acceso mediante aberturas en los techos
Para ingresar a sus viviendas, los habitantes de Çatalhöyük utilizaban aberturas en los techos, a las que accedían mediante escaleras.
Este método proporcionaba mayor seguridad y permitía un control más eficaz del espacio interno de las viviendas.
También reflejaba una adaptación a los desafíos ambientales y posiblemente al contexto social de la época, donde la protección frente a posibles amenazas era esencial.
Decoración interior compleja
Las viviendas de Çatalhöyük no eran estructuras simples; estaban decoradas con pinturas murales, relieves y figuras de barro.
Los motivos incluían representaciones de animales, figuras humanas y escenas simbólicas, lo que sugiere una rica vida espiritual y cultural.
Algunas de estas imágenes podrían haber tenido un significado ritual o religioso, indicando la importancia de las creencias y de la expresión artística en la vida cotidiana.
Evidencias de prácticas rituales integradas en la arquitectura
Se han encontrado en Çatalhöyük restos humanos enterrados bajo los pisos de las viviendas, lo que sugiere una relación estrecha entre los espacios habitacionales y los rituales mortuorios. Este aspecto refleja una posible reverencia hacia los ancestros y una integración de la muerte en el ámbito doméstico.
La presencia de altares y áreas dedicadas a rituales en algunas viviendas refuerza la idea de que la arquitectura tenía una función espiritual.
Skara Brae, conservación en Escocia
Skara Brae es un asentamiento neolítico ubicado en las islas Órcadas, en Escocia, y es uno de los pueblos prehistóricos mejor conservados de Europa.
Construido alrededor del año 3180 a. C., este sitio destaca por su uso avanzado de la piedra local y las innovaciones arquitectónicas que permitieron a sus habitantes adaptarse a un entorno extremo.
Uso sofisticado de piedra local
En un área donde los árboles eran escasos, los habitantes de Skara Brae utilizaron piedra local para construir sus viviendas.
Las paredes de piedra estaban cuidadosamente ensambladas y algunas aún permanecen en pie después de milenios, testimoniando la destreza de los constructores.
Sistema de alcantarillado primitivo
Skara Brae contaba con un sistema rudimentario de alcantarillado, un avance notable para la época. Cada vivienda tenía una serie de conductos que llevaban los desechos hacia un sistema común, lo cual mejoraba las condiciones de vida y la higiene.
Muebles integrados en las construcciones
Las viviendas en Skara Brae incluían muebles de piedra integrados, como camas, estantes y armarios. Estos muebles no eran meramente funcionales, sino que estaban diseñados para optimizar el espacio y mejorar la vida cotidiana de sus habitantes.
Adaptación a condiciones climáticas extremas
Situado en una región donde los vientos y el frío son intensos, Skara Brae fue construido parcialmente bajo el nivel del suelo para proporcionar protección contra el clima.
Stonehenge, complejidad megalítica
Stonehenge, ubicado en la llanura de Salisbury en Inglaterra, es uno de los monumentos megalíticos más emblemáticos y estudiados del mundo.
Construido en varias etapas entre los años 3000 y 2000 a. C., este sitio ha fascinado a arqueólogos e historiadores debido a su estructura monumental y las implicaciones culturales y astronómicas que representa.
Capacidad de organización social compleja
La construcción de Stonehenge requirió de una organización social avanzada. Llevar las enormes piedras desde lugares distantes, algunas de hasta 200 kilómetros, y erigirlas en una formación específica habría necesitado la cooperación y la coordinación de una gran cantidad de personas.
Conocimientos astronómicos avanzados
Stonehenge parece estar alineado con fenómenos astronómicos, especialmente el solsticio de verano y el solsticio de invierno.
La disposición de las piedras permite que el sol salga y se ponga en ciertos puntos específicos en estas fechas, lo que indica que los constructores tenían un conocimiento preciso de los ciclos solares.
Este detalle sugiere que Stonehenge podría haber funcionado como un observatorio o un calendario, ayudando a la comunidad a seguir los cambios estacionales.
Técnicas de transporte y construcción extraordinarias
La construcción de Stonehenge es impresionante, especialmente teniendo en cuenta que se realizó sin herramientas de metal ni tecnología avanzada.
Las piedras más grandes, conocidas como sarsens, pesaban hasta 25 toneladas cada una y fueron trasladadas por kilómetros a través de un terreno difícil.
Posible función ritual y calendárica
Stonehenge podría haber servido como un espacio para ceremonias rituales y celebraciones. La alineación astronómica sugiere que el sitio se utilizaba para marcar eventos importantes del calendario, como los solsticios, y probablemente se celebraban rituales relacionados con los ciclos de la vida y la muerte.
Este aspecto ceremonial convierte a Stonehenge en un testimonio de la espiritualidad y las creencias religiosas de sus constructores.
Significado e impacto de la arquitectura prehistórica
La arquitectura prehistórica no solo representa los primeros intentos del ser humano de construir espacios habitables, sino que también constituye un reflejo de la evolución social, cultural y tecnológica de las primeras comunidades humanas.
Aunque en su forma más elemental estos asentamientos primitivos puedan parecer simples refugios, su estudio revela aspectos profundos sobre la organización social y los logros técnicos de la época.
Dimensión social
La arquitectura prehistórica es una muestra de las primeras manifestaciones de organización social, las cuales sentaron las bases de las comunidades que evolucionarían hacia civilizaciones complejas. A continuación, se exploran algunos de sus principales aspectos:
Primeras manifestaciones de organización social
Los asentamientos prehistóricos, como los que ya mencionamos de Çatalhöyük en Turquía o Skara Brae en Escocia, demuestran que las primeras sociedades no solo se enfocaban en la supervivencia, sino también en la creación de espacios compartidos.
Estos sitios revelan cómo los humanos de la prehistoria no vivían de manera aislada, sino en grupos organizados que compartían un sentido de propósito común y trabajo en conjunto para construir refugios y áreas comunitarias.
Desarrollo de jerarquías comunales
Conforme los asentamientos comenzaron a tomar forma, surgieron estructuras que implicaban una jerarquía o roles asignados dentro de la comunidad.
La disposición de los edificios, su tamaño y su ubicación en estos asentamientos sugieren que ciertos individuos o familias ocupaban posiciones de mayor estatus, como líderes religiosos o jefes tribales, lo cual marca el inicio de una organización social jerárquica que luego caracterizaría a las civilizaciones más avanzadas.
Inicios de la identidad colectiva
La arquitectura prehistórica no solo servía para proteger a los individuos de las inclemencias del clima o de posibles amenazas externas; también reflejaba un sentido de identidad compartida.
Por ejemplo, las estructuras megalíticas, como los dólmenes y los menhires en Europa, parecen haber sido puntos de reunión para rituales o ceremonias, lo cual unía a la comunidad y reforzaba la identidad colectiva.
Estas construcciones comunes servían como marcadores territoriales y como símbolos de cohesión social, indicando que, desde tiempos remotos, los seres humanos han necesitado una identidad y un sentido de pertenencia.
Dimensión tecnológica
La dimensión tecnológica de la arquitectura prehistórica demuestra la capacidad de innovación de los primeros humanos, quienes lograron adaptar los materiales y el entorno a sus necesidades.
La evolución de estas técnicas marcaría el inicio de un largo proceso de desarrollo arquitectónico que influiría en las civilizaciones futuras.
Desarrollo de conocimientos constructivos
Las primeras construcciones no fueron productos de una arquitectura formal, pero sí implicaron el dominio de conocimientos básicos sobre resistencia de materiales, técnicas de ensamblaje y aprovechamiento del entorno natural.
En sitios como Göbekli Tepe, por ejemplo, se utilizaron herramientas de piedra para tallar grandes bloques que luego eran ensamblados en estructuras complejas.
Este proceso requirió de una gran habilidad y de un conocimiento acumulado transmitido entre generaciones, estableciendo así las bases de un conocimiento constructivo rudimentario pero efectivo.
Innovaciones técnicas fundamentales
A pesar de la simplicidad de los recursos, la arquitectura prehistórica introdujo innovaciones técnicas que sentarían las bases para el desarrollo de herramientas y métodos de construcción más avanzados.
Desde la invención de techos rudimentarios hasta el uso de piedras para cimentaciones y paredes, estas técnicas permitieron construir estructuras más resistentes y duraderas.
Las primeras construcciones prehistóricas emplearon materiales locales, como piedras y madera, y técnicas como la excavación para proteger las viviendas del viento y el frío, elementos que serían la base de innovaciones futuras.
Bases para futuras civilizaciones arquitectónicas
El legado de la arquitectura prehistórica va más allá de las técnicas específicas de construcción; su verdadero impacto se encuentra en el establecimiento de prácticas arquitectónicas que influirían en las culturas que le sucedieron.
La capacidad de diseñar espacios funcionales y comunitarios influyó directamente en la arquitectura de las primeras civilizaciones, como la mesopotámica y la egipcia, que desarrollaron sus propios métodos a partir de los conocimientos primitivos de construcción y organización espacial.
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R. Fernández, J. Arquitectura prehistórica. (2024, 12 de noviembre). MuchaHistoria. https://muchahistoria.com/prehistoria-arquitectura/ | Última actualización: 2024, 12 de noviembre de 2024.