Socialismo

El socialismo es una doctrina filosófica, sociopolítica y económica que ve en la colectivización de los medios de producción y en la planificación deliberada de la vida social y la economía de una nación la solución a todos los males que aquejan y oprimen a los ciudadanos de un país.

Algunos la califican como tesis de la justicia y antítesis de toda clase de desigualdad. Otros se refieren a ella como tesis del resentimiento, la envidia, el odio y el autoritarismo y antítesis de la libertad.

Definición de socialismo

Se define al socialismo como la posesión pública de los medios de producción y el control colectivo y planificado de la economía en pro del interés general de la sociedad.

En este sentido, el socialismo es un doctrina filosófica, social, económica y política cuya característica principal es la planificación y dirección deliberada de la vida social y económica de una nación.

El socialismo puede manifestarse en un amplio rango dentro del espectro político, yendo desde las más ínfimas políticas intervencionistas hasta el acérrimo socialismo (comunismo), donde se planifican y se dirigen todos los bienes, servicios y medios de producción de una nación.

Significado de socialismo

El término socialismo es una palabra compuesta por:

  • Social: palabra derivada del latín socius, que significa compañero.
  • -ismo: sufijo que señala alguna doctrina, tendencia, teoría o sistema respecto a la palabra que le precede.

Tomando en consideración lo antes escrito, se puede plantear la siguiente definición de socialismo en base a su etimología: doctrina, sistema o teoría fundamentada en el compañerismo.

Desfile socialista en Nueva York durante el año 1914
Un grupo de hombres y de mujeres desfila por la calle portando un cartel que dice Mujeres por el socialismo y socialismo por las mujeres. Fotografía del año 1914.

Cabe destacar que el análisis antes planteado no es oficial, pues el Diccionario de la Real Academia Española no ofrece etimología alguna para este término. Simplemente, es un análisis etimológico sencillo en base a las palabras que lo componen y la finalidad central de dicha doctrina, es decir, la equidad social.

Historia del socialismo

Origen del socialismo

Comunismo platónico

El socialismo, como doctrina sociopolítica, económica y filosófica, no es una idea surgida a finales de la Edad Moderna o a inicios de la Edad Contemporánea.

Contrario a lo que pueda parecer, se puede señalar a La República, la obra de Platón, como el origen del socialismo, ya que existen ciertas similitudes entre el sistema de gobierno ideal según su autor y el comunismo, descrito como la fase final del socialismo (de la misma manera que el laissez faire es la fase final del capitalismo).

En dicho texto, esa forma de gobierno era descrita como una especie de aristocracia en la que solo los mejores, esto es, los filósofos, podían gobernar. Lo cierto es que muchas de sus características, como por ejemplo, el hecho de que los hijos de todo ciudadano debían ser propiedad del Estado, son compatibles con los ideales del comunismo. De ahí que este sistema de gobierno sea llamado comunismo platónico.

Jean-Jacques Rousseau, el verdadero origen del socialismo

Jean-Jacques Rousseau sería el primer autor en teorizar, no a medias, sino de manera explícita, sobre el socialismo como una doctrina sociopolítica y económica.

Para Rousseau, el hombre era bueno por naturaleza, pero la aparición de la propiedad privada y la división del trabajo hicieron de este un hombre potencialmente malvado (postura que a menudo es contrastada con la de Nicolás Maquiavelo).

En este sentido, Jean-Jacques Rousseau planteaba que la abolición de la propiedad privada y la división del trabajo acabarían también con toda clase de desigualdad social. Y es que, para él, la desigualdad no es algo natural, sino que surge como consecuencia de la explotación del hombre a manos del hombre gracias a la existencia de la propiedad privada.

La solución a dicho inconveniente iba más allá de eliminar la propiedad privada. Según Rousseau, cada individuo debía someter sus derechos y libertades individuales al Estado en pro de la voluntad general de cada individuo; es decir, el Estado representaría la voluntad de todo el pueblo y, por tanto, sería el garante de su felicidad y plenitud.

Socialismo premarxista o socialismo utópico

Desde los inicios de las grandes civilizaciones, la humanidad pasaría por distintos sistemas económicos, como, por ejemplo, imperios, sistemas feudales, monarquías parlamentarias, monarquías constitucionales, monarquías absolutistas y un amplio etcétera, hasta la aparición de tres destacados personajes en el siglo XIX de la mano de quien fuese su inspiración principal: Jean-Jacques Rousseau. Estos fueron Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Power.

Estos protosocialistas fueron los primeros en presentar al socialismo como una doctrina y, además, como una crítica a las paupérrimas condiciones de vida en la que vivía la clase obrera de Francia e Inglaterra a inicios del siglo XIX.

Cabría preguntarse… ¿qué llevó a todos ellos a teorizar sobre un nuevo sistema de gobierno? La respuesta a tal interrogante reside en la decadencia y crisis surgidas tras el absolutismo, el ideal filosófico de la Ilustración y la Revolución francesa, en el siglo XVIII; así como también todas las consecuencias políticas, sociales y económicas derivadas de dichos acontecimientos.

Asimismo, previo al socialismo utópico planteado por estos autores, existirían también pequeñas manifestaciones, movimientos revolucionarios y/o pequeñas pruebas en la praxis social de ideales prosocialistas, especialmente en cuanto a la radicalización del igualitarismo, la redistribución de la riqueza, la abolición de la propiedad privada y la intervención estatal de la economía respecta.

Algunos de estos movimientos revolucionarios fueron el gobierno de el Terror (1793), encabezado por Maximilien Robespierre, y el Manifiesto de los Iguales (1795), encabezado por Sylvain Maréchal y François Babeuf. Ambos surgirían dentro del contexto político y filosófico de la Revolución francesa.

¿Cuál es la característica principal del socialismo utópico?

Si bien dichos movimientos revolucionarios protosocialistas no se denominaban a sí mismos movimientos socialistas, pues dicho término aún no existía, lo cierto es que compartían muchas de las características de la esencia central del socialismo, como, por ejemplo, la planificación estatal de la economía, la abolición de la propiedad privada y un severo igualitarismo (sin importar lo que ello implique).

Cabría resaltar la más clara diferencia entre el socialismo premarxista o utópico y el socialismo propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels, siendo dicha diferencia su finalidad y motivación principal.

Para los socialistas utópicos, la motivación principal de su doctrina radicaba en el culto a la razón y la ciencia, ya que, según estos, sólo ambos podrían llevar a la humanidad hacia una sociedad perfecta. En contraste, la religión y la tradición eran elementos que impedían el progreso y, por tanto, debían ser eliminados.

Fresco de la estación de ferrocaril de Bratislava
Fresco de la década de los 60 situado en la principal estación de ferrocarril de Bratislava que recrea una perfecta sociedad socialista. Su autor es František Gajdoš. Imagen de Flickr.

En esto radica la esencia principal del socialismo utópico (premarxista): luchar por una igualdad de posesiones, propiedades y riquezas. Y, además, luchar por la implementación de una sociedad extremadamente planificada a nivel económico y social, una sociedad que abrace a la ciencia como dios principal y que, por tanto, sea progresista y rechace todo connotación religiosa del cristianismo.

Del socialismo utópico al socialismo marxista

Pese a que Jean-Jacques Rousseau fuese el primero en exponer al socialismo como la tesis de la igualdad y la antítesis de toda desigualdad social e injusticia, Karl Marx no lo señalaría como uno de los tres grandes socialistas utópicos (Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen), tal vez porque sus ideas se quedarían solamente en eso, en ideas (en contraste con las de Charles Fourier y Robert Owen, que sí fueron implementadas en la praxis social).

Charles Fourier

Charles Fourier propuso que, mediante la creación de falansterios, comunidades de hasta 1.620 personas en donde no hubiese propiedad privada, salarios, ni mercado y se gozase de una minuciosa planificación social y económica, se podría llegar a superar todo sufrimiento e injusticia que fuese producto de la desigualdad social y económica.

Las ideas de Fourier se llevarían a cabo en Estados Unidos, donde se harían más de 40 falansterios, pero ninguno de ellos duraría más de dos años.

Robert Owen 

Robert Owen, por su parte, planteaba que la religión, el matrimonio y la propiedad privada eran la raíz de todos los males y problemas de la humanidad, y que, por tanto, la abolición de dichos elementos acabaría con toda clase de problemas.

Fue así como en 1825 llevaría a cabo en Indiana, Estados Unidos, un experimento socioeconómico y político donde podría implementar todos sus ideales.

La comunidad donde Owen pondría a prueba sus propias teorías sería conocida como New Harmony. Esta se caracterizaba por la colectivización de las propiedades, la redistribución de la producción y la igualdad de todos sus miembros.

Sin embargo, pese a la minuciosa planificación de dicho proyecto, este fracasaría de la misma manera que lo harían los falansterios de Fourier, durando tan sólo dos años.

Tras contemplar el estrepitoso fracaso de la comunidad de New Harmony, Robert Owen volvería a Inglaterra con la intención de debatir e intercambiar ideas con personajes que simpatizasen con su misma ideología. Serían esas reuniones el nexo que uniría a los socialistas utópicos y a los padres del socialismo marxista: Karl Marx y Friedrich Engels.

Engels, quien asistía regularmente a las reuniones de Owen, solía escribir sus propios artículos periodísticos sobre la información obtenida como frutos de aquellos debates e intercambios de ideas. Los artículos de Engels cautivarían a un joven Karl Marx que, años más tarde, se convertiría en su gran aliado ideológico. Juntos, serían el más grande estandarte del socialismo.

Socialismo marxista

¿Qué llevó a Marx y a Engels a replantear el socialismo?

Para Karl Marx y Friedrich Engels, el auge socialista que comenzaba a suscitarse en Francia e Inglaterra a inicios del siglo XIX era, en el sentido estricto de la palabra, fantasioso y utópico, pues para dichos pensadores el socialismo no podía estar basado en el pensamiento o los escritos de un hombre, sino que debía poseer un basamento filosófico, político, económico, antropológico y sociológico; es decir, una teoría central o un marco teórico, uno que compile y legitime todo el ideal socialista.

¿En qué basaron Marx y Engels su nuevo socialismo?

Marx y Engels basaron el marco teórico de su percepción del socialismo en cuatro autores:

  • El método dialectico de Friedrich Hegel.
  • El materialismo de Ludwig Feuerbach.
  • La teoría del valor trabajo de Adam Smith y David Ricardo.

¿Bajo qué premisas Marx y Engels justifican su nuevo socialismo?

Para Marx y Engels, toda la historia de la sociedad humana, desde el inicio de la civilización hasta la actualidad, podría describirse como una lucha de clases, es decir, todos los problemas y males que han surgido en la historia proceden de la lucha de clases, de la batalla entre los poderosos y los débiles. Este pensamiento reduccionista y determinista de Marx y Engels sería conocido como determinismo económico.

Añadían también estos pensadores socialistas, en el Capítulo II de su célebre obra el Manifiesto Comunista, lo siguiente:

Lo que queremos es suprimir ese triste modo de apropiación (plusvalía) que hace que el obrero no viva sino para acrecentar el capital y no viva sino en tanto lo exigen los intereses de la clase dominante.

En este sentido, el socialismo planteado por Marx y Engels tenía una finalidad filantrópica, al menos desde su perspectiva, ya que solo a través de esta doctrina se podía acabar con todos los males que aquejaban a la sociedad y, al mismo tiempo, se podría instaurar una sociedad más igualitaria y justa en todo sentido. Una en la que ningún individuo sufra por ese deseo incesante de desear más capital.

Marx, la estructura de clases y el determinismo económico

Para Karl Marx, todo cuanto existe está construido sobre la economía. La sociedad, sus leyes, creencias, ideas, moral y educación, todo esto está cimentado y, además, motivado por el capital.

Añadía también Marx que todo capitalista, es decir, todo aquel que tuviese una clase obrera bajo su mando, robaba a sus trabajadores u obreros mediante la plusvalía, que no es más que el excedente de capital originado por el trabajo humano presente en cualquier acción productiva.

De esta manera, según Marx y Engels, de continuar la humanidad sujetándose a sistemas de gobiernos explotadores y capitalistas, irremediablemente la clase trabajadora iniciaría una revolución, una que finalmente lograría la abolición del dinero, la patria, la religión, la propiedad privada, la desigualdad social y todos los males derivados de este último.

Sin embargo, dicha revolución nunca ocurrió, al menos no de forma espontánea, siendo esta la razón de que muchos pensadores que defendían los ideales socialistas, terminasen refutando y abandonado el determinismo económico de Marx y Engels, y, además, proponiendo su propio socialismo ideal.

Características del socialismo

Se puede señalar al socialismo propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels como el verdadero socialismo. Tal aseveración procede de que ningún otro autor prosocialismo previo a ambos desarrollaría el concepto de socialismo en tal magnitud como estos últimos lo harían.

Por tanto, para efectos de este artículo se tomará al socialismo marxista como el objeto de estudio en cuanto a las características del socialismo respecta.

La mejor manera de plantear las características del socialismo marxista es a través de las 10 propuestas del capítulo II del Manifiesto Comunista, obra literaria de los ya mencionados Marx y Engels; siendo estas las siguientes:

  1. Expropiación de la propiedad de la tierra y empleo de la renta de la tierra para los gastos del Estado.

  1. Fuertes impuestos progresivos.

  1. Supresión del derecho de herencia.

  1. Confiscación de la propiedad de todos los emigrantes y sediciosos.

  1. Centralización del crédito en manos del Estado por medio de un Banco nacional con capital estatal y monopolio exclusivo.

  1. Centralización del transporte en manos del Estado.

  1. Multiplicación de las fábricas nacionales, de los medios de producción, roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo.

  1. Proclamación del deber general de trabajar; creación de ejércitos industriales, principalmente en el campo.

  1. Articulación de las explotaciones agrícolas e industriales. Tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad.

  1. Educación pública y gratuita de todos los niños. Abolición del trabajo infantil fabril en su forma actual. Unificación de la educación con la producción material, etc.

Cabe destacar que no todo movimiento social, político y económico, previo o actual, que se haya autodenominado abiertamente socialista presenta la totalidad de las características antes planteadas, pero sí al menos un par de estas, o bien intenta o está en la lucha por implementarlas o, simplemente, simpatiza con alguna de estas.

Manifestación del 1 de mayo celebrada en Nueva York en el año 1912.
Manifestación del 1 de mayo celebrada en Union Square (Nueva York). Fotografía del año 1912.

Corrientes y clases de socialismos

Socialismo utópico

También llamado socialismo premarxista, deriva de las teorías y planteamientos de Jean-Jacques Rousseau, Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen surgidas en el siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Se caracterizaba por ser fuertemente progresista, anticlerical y antitradicional.

Socialismo marxista

El socialismo marxista, o simplemente socialismo, es la doctrina cimentada en el marco teórico planteado por Karl Marx y Friedrich Engels en el siglo XIX.

Esta doctrina abraza el método dialectico de Friedrich Hegel, el materialismo de Ludwig Feuerbach, la teoría del valor trabajo articulada por Adam Smith y David Ricardo, y, además, el concepto de plusvalía desarrollado por Johann Karl Rodbertus como eje principal de su marco teórico.

Marxismo leninismo

Socialismo posmarxista impulsado por Vladimir Lenin, quien fuese uno de los principales promotores de la Revolución rusa que acabaría con los zares de Rusia y, además, el predecesor de Iósif Stalin como máximo líder de la URSS.

Para Lenin, la revolución no sucedería de manera espontánea, como Marx y Engels planteaban, sino que ocurriría si alguien premeditada e inteligentemente la hacía iniciar.

Luxemburguismo

También llamado Liga Espartaquista, el luxemburguismo es un movimiento socialista posmarxista impulsado por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Contrario a las ideas revolucionarias de Vladimir Lenin, el luxemburguismo planteaba que sólo los trabajadores podían autoemanciparse.

Socialismo cristiano

El socialismo cristiano es un movimiento socialista que abraza las ideas del marxismo o socialismo clásico, pero desde una perspectiva conservadora y cristiana. Alguno de sus principales exponentes fueron John Minter Morgan, Dorothy Day e incluso el mismísimo Martin Luther King Jr.

Socialdemocracia

También llamado socialismo democrático, la socialdemocracia es la vertiente del socialismo más aceptada en la actualidad, ya que durante la primera década del siglo XXI casi todos los países latinoamericanos habían optado por esta doctrina sociopolítica y económica como sistema de gobierno.

Se caracteriza por promover la instauración de planes sociales, una mediana redistribución de la riqueza y la centralización de uno o más servicios básicos de un país.

Referencias:

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