Postimpresionismo

El postimpresionismo, conocido también como posimpresionismo, se refiere a un conjunto de estilos pictóricos que surgieron después del movimiento impresionista, principalmente en Francia.

Aunque no se puede considerar como un movimiento exclusivo, se trata de un período de la historia del arte en el que algunos artistas desarrollaron un estilo propio, influenciado por el impresionismo pero con características distintivas.

Resumen del postimpresionismo

• Fechas en las que se desarrolló: desde 1875 hasta 1905, aproximadamente.
• Características principales: se reconoce la relevancia del aspecto humano en la expresión artística, tanto en lo emocional como en lo sentimental | Los temas abordados se relacionan con la vida real, ofreciendo una perspectiva subjetiva del mundo | Se utilizan colores más puros y vibrantes, y se experimenta con el contorno, los colores y la fuerza de la imagen | Algunos artistas incorporaron la técnica de puntillismo.
• Antecedentes: el mayor antecedente del postimpresionismo fue, indudablemente, el impresionismo. Debido a que muchos de estos artistas fueron rechazados por los círculos oficiales, se originó el postimpresionismo al ser excluidos de dichos grupos, dando lugar no solo a una especie de evolución, sino también a una ruptura.
• Diferencias entre impresionismo y postimpresionismo: a diferencia del impresionismo, los postimpresionistas rechazaron la idea de reproducir fielmente la naturaleza y su visión del mundo era más subjetiva. Además, la libertad formal y expresiva de los postimpresionistas era considerablemente mayor.
• Principales representantes: Paul Cézanne (1879 –1880), Paul Gauguin (1848–1903), Georges-Pierre Seurat (1859–1891), Paul Victor Signac (1863–1935), Henri de Toulouse-Lautrec (1864–1901), Vincent Van Gogh (1853–1890), Ferdinand Hodler (1853–1918), Edvard Munch (1863–1944).
• Obras más destacadas: Autorretrato con sombrero de fieltro gris (1887–1888), Terraza de café por la noche (1888), El dormitorio en Arlés (1888), La noche estrellada (1889), La iglesia de Auvers-sur-Oise (1890), entre otras de Vicent Van Gogh | La visión tras el sermón (1888), El Cristo amarillo (1889), El mercado (1892), entre otras de Paul Gauguin | Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte (1884–1886), La parada del circo (1887–1888), entre otras de Georges Seurat | En el Moulin-Rouge, el baile (1890), de Henri Toulouse-Lautrec | Los jugadores de cartas (1890), Las bañistas (1900–1905) y Mujer de azul (1904), de Paul Cézanne, entre otras.

Definición de postimpresionismo

El término postimpresionismo es acuñado para hacer referencia a una época posterior al impresionismo como palabra artificial acuñada a posteriori. Esto quiere decir que tal definición fue implementada cuando los artistas ya estaban muertos.

Y es que, efectivamente, ninguno de ellos era consciente de estar desarrollando su obra en tal etapa artística denominada postimpresionismo.

El término histórico fue empleado mucho tiempo después de que sus exponentes hubieran fallecido. Tales artistas desarrollaron un conjunto de obras basadas en el impresionismo a partir de un conjunto de técnicas particulares, pero siempre en la búsqueda de la perfección de dicho movimiento artístico.

¿Cuándo empezó y cuándo terminó el postimpresionismo?

El término postimpresionista fue acuñado años después, saliendo a relucir por vez primera por el crítico de arte británico Roger Eliot Fry al calificar el conjunto de obras que se exponían en 1910 en las Grafton Galleries en Londres. Las pinturas que se incluían allí eran de Paul Gauguin, Vincent Van Gogh y Paul Cézanne.

Sin embargo, el postimpresionismo surgió a finales del siglo XIX no como un único estilo, sino más bien como una diversidad tanto de estilos como de técnicas, las cuales se basaban en el impresionismo.

Esto quiere decir que muchos de estos artistas fueron llamados, en principio, impresionistas, aunque al redefinir tal movimiento desarrollaron ciertos patrones que los diferenciaron.

Aunque los artistas postimpresionistas buscaban expresar su voz individual y única a través de sus obras, muchos de ellos, como Van Gogh, Gauguin y Cézanne, nunca fueron reconocidos en su época, a pesar de que hoy en día su trabajo es altamente valorado y puede alcanzar millones de dólares.

Tal vez debido a la falta de reconocimiento en su momento, el movimiento no tuvo un gran auge y se mantuvo hasta alrededor de 1905, habiendo comenzado alrededor de 1875.

Características del postimpresionismo

Los artistas postimpresionistas dejaron un importante legado no solo en términos conceptuales, sino también estéticos y técnicos, que permitieron el surgimiento de las vanguardias en el siglo XX.

Gracias a la subjetividad que estos artistas, especialmente pintores, expresaron a través de formas, colores y texturas, se liberó el estilo artístico que luego sería adoptado por algunas vanguardias.

Los artistas plásticos postimpresionistas se alejaron del academicismo y de las tendencias de grupo, y se enfocaron en encontrar un estilo plástico que expresara sus sentimientos individuales. Es por eso que las obras son muy personales y varían según el artista que las creó.

La subjetividad postimpresionista

Aunque los románticos y los impresionistas ya habían comenzado a revelar sus ideales de subjetividad y a desarrollar nuevas técnicas, los postimpresionistas rompieron aún más con las tradiciones al alejarse de la verosimilitud, lo que había sido la base de todas las tradiciones artísticas hasta entonces.

La naturaleza seguía siendo su fuente de inspiración, pero los postimpresionistas se enfocaban en lo que esta les transmitía, en lugar de imitarla fielmente.

Van Gogh, por ejemplo, utilizaba pinceladas pastosas para exagerar y deformar algunas figuras en sus obras, como en Trigal con cuervos (1890), donde representó un cielo inquietante con la fuerza de sus pinceladas y tonos vibrantes de amarillo en el trigal, generando no solo dinamismo, sino incluso caos.

De esta manera, los artistas postimpresionistas expresaban su forma de ver el mundo y cómo se percibían a sí mismos en su entorno.

Los fines expresivos a través del color

Los colores que empleaban los artistas postimpresionistas hacían más referencia a sus propias intenciones expresivas, sin apegarse fielmente a la naturaleza. Es por esta razón que muchos de los colores que usaban eran puros y sobre superficies de gran tamaño, anulando así la profundidad espacial.

En este sentido, los colores son parte fundamental de un lenguaje particular de cada uno de los artistas posimpresionistas. En La visión tras el sermón de Paul Gauguin, por ejemplo, la superficie de colores es plana, donde además se observa el desafío que generó el artista ante los códigos de representación de aquél mundo angelical y espiritual gracias a la coloración que formó el contraste.

Lo exótico como interés especial

El arte exótico fue muy importante para el postimpresionismo, al igual que lo fue para los artistas impresionistas. Sin embargo, los postimpresionistas no solo se enfocaron en el arte japonés, sino también en otras culturas antiguas, como el arte egipcio y el arte primitivo.

En El mercado (1892), por ejemplo, Paul Gauguin utilizó una temática claramente inspirada en una cultura occidental, y se puede observar un uso diferente de los colores en su obra. Además, también incorporó detalles tomados del arte egipcio, especialmente en las piernas y torsos frontales de los personajes femeninos.

Nuevas técnicas plásticas empleadas

Los artistas postimpresionistas exploraron nuevas técnicas pictóricas, lo que generó un nuevo lenguaje plástico que incluía:

• Empleo de contornos gruesos.
• Pinceladas y manchas gruesas.
• Utilización del puntillismo.
• Creación de zonas de colores planos.
• Supresión de la profundidad espacial en muchos casos.
• Uso de formas geométricas en algunas obras.

Mayores representantes del postimpresionismo

Tres son los artistas del postimpresionismo de los que hablaremos a continuación: Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent Van Gogh. Estos tres artistas hicieron grandes contribuciones al arte moderno, aunque no fueron los únicos. Su importancia es fundamental para comprender este período histórico, artístico y cultural.

Paul Cézanne (1839–1906)

Paul Cézanne fue un pintor francés postimpresionista, considerado no solo como el padre de la pintura moderna, sino también como el puente entre el siglo XIX y el siglo XX hacia nuevas propuestas plásticas y artísticas. Al igual que Gauguin y Van Gogh, su obra fue ignorada en vida.

Cézanne era un artista misántropo que no se sentía cómodo en el mundo del arte, quizás debido a su falta de sociabilidad. Solo contó con la admiración de algunos pocos contemporáneos, como Matisse y Picasso, quienes lo consideraban el padre de todos ellos.

Aunque solía frecuentar los bares donde se reunían los impresionistas, siempre se mantuvo al margen, observando con recelo a otros artistas como Manet, Degas o Monet, con los que no estaba de acuerdo en muchas de sus teorías y, mucho menos, por causa de su propio temperamento.

Cézanne siempre trató de lograr una unión entre el orden pictórico, el naturalismo y las expresiones personales en su obra, rechazando las idealizaciones. Los cubistas adoptarían más adelante la observación desde distintos puntos de vista de un mismo objeto, que fue tan importante para Cézanne.

Paul Gauguin (1848–1903)

Eugéne Henri Paul Gauguin nació en París y fue un pintor impresionista que, al igual que muchos otros, fue reconocido después de su muerte. Fue uno de los artistas que sentaron las bases del arte pictórico moderno y su nuevo lenguaje pictórico fue fuente de inspiración para muchos vanguardistas, al igual que el de Cézanne y Van Gogh.

Gauguin mantuvo un especial gusto por la simplicidad del primitivismo, y buscaba alejarse de lo establecido, lo que lo convirtió en un subversivo. Desde su infancia, mostró un gran interés por los viajes después de haber visitado Lima. Más tarde, se unió a la marina, lo que le permitió seguir viajando por el mundo.

Empezó como coleccionista de arte gracias a sus buenos ingresos como agente de bolsa, pero pronto comenzó a pintar él mismo. Abandonó su estabilidad económica para dedicarse por completo a la pintura.

Gauguin pasó de ser un pintor impresionista a explorar el postimpresionismo. Tuvo una breve y un tanto tormentosa etapa junto a Van Gogh en Arles, aunque antes había estado en Panamá y Martinica. Terminó su vida en Tahití, viviendo como un nativo. Regresó a París de manera eventual, pero falleció en Polinesia a causa de la sífilis.

Vincent Van Gogh (1853–1890)

Vincent Williem Van Gogh nació en los Países Bajos en una familia protestante. Tenía cinco hermanos: Theo, con quien mantuvo una estrecha relación, Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Wilhelmina Jacoba y Anna Cornelia.

Estudió teología, carrera en la que fracasó, pero luego se matriculó en la Academia Real de Bellas Artes en Bruselas, Bélgica, y se dedicó por completo a la pintura. Sin embargo, su trabajo como artista no fue bien recibido en su época, lo que resulta paradójico considerando que hoy en día sus obras son valoradas en millones de euros.

Van Gogh siempre fue un artista soñador y muy sensible, con ganas de explorar el mundo natural y mostrar cómo lo veía o cómo percibía su entorno. Mientras vivía en la Casa Amarilla, donde tenía una habitación y llegó a recibir a Paul Gauguin, quiso crear un círculo de artistas.

A pesar de ello, no permaneció allí por mucho tiempo y decidió marcharse, lo que llevó a que Vincent perdiera una oreja. Aún hoy en día, no se sabe si fue él mismo quien se la mutiló o si Gauguin tuvo algo que ver y encubrió el incidente. Después de esto, Van Gogh se recluyó como voluntario en un sanatorio. Murió en 1890 a causa de un disparo de escopeta.

Obras más representativas del postimpresionismo

Aunque sean pocos los artistas que formen parte del conjunto de estilos denominados postimpresionistas, muchas son las obras que sí destacan. Sin embargo, nos enfocaremos en tres de ellas, de gran importancia para entender un poco algunas innovaciones desarrolladas por tres artistas también de relevancia para este periodo: La noche estrellada, Mujeres de Tahití y Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte.

La noche estrellada, de Vincent Van Gogh (1889)

En 1889, Vincent Van Gogh pintó La noche estrellada, considerada una de sus obras más importantes y que marcó un punto de inflexión en el arte postimpresionista. Actualmente, se encuentra en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.

Durante su internamiento voluntario en el hospital psiquiátrico Saint Paul de Mausole en Francia, el artista creó varias obras, entre ellas esta. Al estar internado, Van Gogh renunció a la observación directa de la naturaleza, principio del arte impresionista, y desarrolló colores y formas a partir de su imaginación más íntima.

Gracias a su interpretación personal del mundo que lo rodeaba, logró plasmar un estilo único y propio. Este paisaje nocturno representa la vista desde la ventana del asilo en el que estuvo recluido en Arles entre 1889 y 1890. Sin embargo, algunos investigadores aseguran que representa la lectura de su propio tiempo histórico.

Otros, como Stephen F. Eisenman, sostienen que se trata de un ensueño personal relacionado con un futuro utópico en el imaginario de Van Gogh.

Aunque muchos han tachado al artista de loco debido a su internamiento en un psiquiátrico, el investigador Albert Boime concluye que debe ser visto como un realista cuya locura se ha calmado en su propio caballete.

En definitiva, la obra de Van Gogh va más allá de un simple despojo de su imaginación, ya que el artista estudió tanto la astrología como la astronomía, lo que se refleja en esta pintura.

Mujeres de Tahití, de Paul Gauguin (1891)

La Polinesia francesa y Tahití fueron lugares que cautivaron al artista Paul Gauguin, aunque realizó diversos viajes a lo largo de su vida. Viajó a las islas del Pacífico no solo para sumergirse en ese otro mundo, sino también para crear varias obras pictóricas.

Actualmente, una de sus obras, Mujeres de Tahití, se encuentra en el Museo de Orsay en París, Francia. Durante su segunda estancia en la isla de Tahití, Gauguin creó esta obra. A los postimpresionistas les gustaba lo exótico, y Gauguin encontró en Tahití un tipo de belleza femenina diferente a la de las mujeres europeas, que inspiró muchos de sus cuadros, incluyendo este.

Además, se puede observar la influencia japonesa en la figura de la joven a la izquierda, cuya vestimenta tradicional recuerda a las estampas de Japón. Sin embargo, la otra mujer a la derecha viste de rosa, lo que es típico de las misioneras.

Para crear esta obra, Gauguin utilizó la técnica del cloisonismo, que consiste en delinear con trazos negros los colores planos. Además, abandonó la perspectiva, deformando ligeramente los cuerpos, y dejó el fondo cerrado para darle todo el protagonismo a las mujeres tahitianas.

Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, de Georges Seurat (1884–1886)

El pintor francés Georges Seurat creó Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, una de las pinturas más importantes del siglo XIX y una de las primeras en emplear la técnica del puntillismo en el postimpresionismo.

El puntillismo, acuñado por Seurat, consistía en aplicar pequeñas pinceladas de colores puros en el lienzo que, al ser dispuestas una al lado de la otra, se mezclan en la retina del espectador. Por ejemplo, si colocamos un punto amarillo junto a uno azul, nuestros ojos lo mezclarán y lo verán como verde.

A través de esta técnica científica y novedosa, Seurat nos muestra una tarde de domingo en la que se observa una diversidad de personas, niños y animales transmitiendo paz en un París moderno. Sin embargo, la técnica fue criticada por otros pintores contemporáneos por considerarla fría.

El lienzo tiene aproximadamente tres metros de largo y Seurat trabajó arduamente durante dos años para crear la escena a partir de puntos. Después de su finalización, el artista falleció a los 31 años debido a la difteria.