Historia del papel

El siguiente artículo tiene como finalidad principal exponer la definición, el significado, las características y la historia de uno de los soportes de escritura más trascendentales de la historia: el papel.

Definición de papel

Se define como papel a toda lámina delgada hecha a base de una pasta de fibras vegetales obtenida de harapos y/o madera (principalmente), la cual es debidamente molida, blanqueada y desleída en agua para, finalmente, ser secada, endurecida y pulida mediante procesos especiales.

Significado de papel

El término papel encuentra su raíz etimológica en el catalán paper, este, a su vez, deriva del latín papȳrus, y este último del griego πάπυρος, transliterado como pápyros, y cuyo significado es el aparente: papiro.

Origen e historia del papel

Ts’ai Lun y el origen del papel

Hace poco más de dos mil años, durante la dinastía Han de la China imperial, Ts’ai Lun, eunuco y consejero imperial del emperador Han Hedi (漢和帝), conseguiría lo impensable: fabricar un nuevo soporte de escritura a partir de una amalgama de materiales frescos y reciclados.

Este nuevo soporte de escritura recibiría el nombre de papel, y, desde su descubrimiento en el año 105 d. C., sería utilizado por los escribas y monjes budistas de China como el soporte de escritura predilecto.

El papel: el mejor secreto de la China imperial

La técnica descubierta por Ts’ai Lun, que empleaba una mezcla de fibra de algodón, corteza de bambú y cáñamo como materia prima para la producción del papel, se convertiría, casi desde su descubrimiento, en un auténtico secreto de la China imperial, permaneciendo oculto para el resto del mundo durante ocho siglos.

Así, pues, no sería hasta el siglo VII d. C. que un grupo de monjes budistas decidirían romper el secreto y revelar el proceso de fabricación del papel en Japón (período Nara) y Corea (Tres Reinos).

La batalla de Talas y la globalización del papel

En el año 751, tras obtener la victoria en la batalla de Talas, los ejércitos árabes del Califato abasí capturarían a un grupo de chinos (presuntamente, procedentes del ejército de la dinastía Tang, es decir, sus rivales en la presente batalla), convirtiéndolos así en prisioneros de guerra.

Se cree que estos conocían el secreto de la fabricación del papel, y que, poco tiempo después, lo revelarían a sus captores.

De esta manera, el papel iniciaría su itinerario desde Oriente hasta Occidente, pues los árabes, a diferencia de los chinos, no decidieron ocultar el papel a otros culturas. Al contrario, los árabes comenzarían a comerciar el nuevo soporte de escritura por todo Medio Oriente.

Gracias a esto, distintas ciudades de la región, como, por ejemplo, Damasco y Bagdad, se convertirían en auténticos centros productores de papel.

Al-Ándalus y la llegada del papel a Europa

A mediados del siglo XI, el papel comenzaría a ser empleado en Europa gracias a su comercio previo por toda la España musulmana, más conocida como Al-Ándalus. Así, comenzarían a surgir distintos centros de fabricación de papel en la península ibérica (Toledo, en 1085, y Játiva, en 1154).

A pesar del auge que gozó en la España musulmana, en un principio, el papel no supuso una revolución para el status quo de otros soportes de escritura como el pergamino, por mucho, el favorito de la mayoría de escribas medievales debido a su gran durabilidad.

Sin embargo, no pasaría mucho tiempo para que otras civilizaciones cercanas se percataran del enorme potencial del papel como soporte de escritura.

Así, pues, en 1276 la ciudad italiana de Fabriano sería una de las primeras en aventurarse a la producción masiva de papel fuera de los reinos de la península ibérica.

Por si fuera poco, en Fabriano se añadirían, además, importantes mejoras técnicas en el proceso de producción del papel, como, por ejemplo, la mejora del molino de mazos frente al tradicional molino árabe (ver historia del molino).

La imprenta y el nuevo status quo

A principios de la Edad Moderna, tras la invención y el rápido auge de la imprenta, la producción del pergamino sería abandonada a la par que se producía una explosión en la demanda de papel por toda Europa.

Gracias a la revolución de la imprenta, el papel, un humilde material nacido del reciclado de distintos harapos, derrotaría al ostentoso pergamino.

El proceso de producción del papel

En la Europa del siglo XVI, el papel de mejor calidad era el procedente de tejidos usados, como el de camisas, vestidos, sábanas o velas de barcos; y era responsabilidad de ciertos mercaderes comprar dichos harapos en los mercados citadinos más concurridos.

El primer paso en el proceso de producción del papel, obviando la compra, era la clasificación de la materia prima (harapos en este caso), actividad que se hacía en función de la calidad de la misma.

El siguiente paso consistía en el fermentado y obtención de la celulosa. Para lograr tal proeza, era necesario arrojar los harapos (ya clasificados) en grandes pozos de agua y dejarlos pudrir mediante un proceso de fermentado de unas cinco o seis semanas de duración.

La revolución de René Antoine Ferchault de Réaumur

A principios del siglo XVIII, la producción artesanal del papel comenzaba a ser insuficiente frente a la enorme demanda de la Europa ilustrada y científica.

En dicho contexto, en 1719, el biólogo francés René Antoine Ferchault de Réaumur descubriría que las avispas, a partir de fibras vegetales y con la ayuda de su propio organismo (mediante secreciones), producían un material similar al papel, el cual empleaban para realizar las celdas de sus avisperos.

Gracias al descubrimiento del Réaumur, a lo largo del siglo XVIII surgirían una gran diversidad de patentes relacionadas con el proceso de producción del papel de madera, ya fuese a través de fibras vegetales o de la mezclas de dichas fibras con harapos.

Tras una ardua competencia, la pasta de celulosa se coronaría como la materia prima por excelencia para la fabricación de papel, manteniendo dicho estatus hasta la actualidad.

Tipos de papel

Entre los principales tipos de papel se encuentran los siguientes:

• Papel cristal.
• Papel de China.
• Papel de estraza.
• Papel de liar.
• Papel de piedra.
• Papel fluting.
• Papel higiénico.
• Papel kraft.
• Papel libre de ácido.
• Papel liner.
• Papel multicapa.
• Papel pergamino vegetal.
• Papel permanente.
• Papel símil-pergamino.
• Papel símil-sulfurizado.
• Papel sulfurizado.
• Papel tisú.

Características del papel

Las siguientes son algunas de las características técnicas más comunes a la hora de analizar la calidad y cualidad de un papel:

• Peso: medido en gramos por unidad de superficie (g/m²).
• Longitud de rotura: medida en metros (m). Esta característica técnica mide la longitud que ha de tener una probeta de papel para que se produzca su rotura debido a su propio peso.
• Desgarro: resistencia que ofrece el papel al desgarro.
• Resistencia al estallido: resistencia que ofrece el papel a la rotura por presión.
• Rigidez: resistencia que ofrece el papel al plegado.
• Dobles pliegues: medida en cantidad de dobleces. Esta característica técnica mide la cantidad de dobleces que soporta un papel hasta su rotura.
• Porosidad: cantidad de aire que puede atravesar un papel.
• Blancura: grado de blancura que presenta el papel.
• Opacidad: resistencia del papel al paso de la luz a través de sí mismo.
• Estabilidad dimensional: variación de tamaño (deformación) que exhibe un papel tras verse afectado por factores externos como la humedad.
• Permeabilidad: resistencia que ofrece el papel a los líquidos.
• Resiliencia: capacidad del papel para retornar a su forma original tras sufrir alguna deformación.
• Durabilidad: capacidad del papel para cumplir las funciones asignadas según su tipo durante un uso intensivo y continuado, mas no excesivamente prolongado.