Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento es el nombre que recibe la segunda parte de las Sagradas Escrituras de la fe cristiana. Su nombre hace referencia al pacto realizado por Yahveh, dios de las religiones abrahámicas, y la humanidad a través del sacrificio de su hijo unigénito, Jesús de Nazaret, quien con su muerte y resurrección dio lugar a una nueva alianza.

En cuanto a su composición, y a diferencia de lo ocurrido con los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, el canon neotestamentario de la Iglesia católica es ampliamente aceptado en la mayoría de Iglesias que comparten la fe del cristianismo, incluso en gran parte de las Iglesias protestantes.

A pesar de ello, existen Iglesias, como, por ejemplo, la Iglesia católica siria, que poseen un canon neotestamentario distinto al usualmente aceptado en la mayoría de Iglesias cristianas.

Por tal motivo, y para efectos de este artículo, se listarán y expondrán cada uno de los libros que forman parte del Nuevo Testamento según la estructura establecida por la Iglesia católica de Occidente desde el Tercer Concilio de Cartago en el año 397.

Evangelios canónicos

Evangelio de Mateo

El Evangelio según san Mateo es el primero de los 27 libros del Nuevo Testamento y el primero de los tres evangelios sinópticos.

San Mateo y el ángel
San Mateo y el ángel, obra de Giovanni Girolamo Savoldo (siglo XVI).

Este es, quizás, el evangelio que mejor sintetiza la vida y obra de Jesús. Su narración abarca desde el nacimiento de Jesús (incluso antes, pues inicia relatando la genealogía del mismo) hasta su resurrección y primer encuentro con los apóstoles.

Evangelio de Marcos

El Evangelio según san Marcos es uno de los tres evangelios sinópticos del Nuevo Testamento. Este, a diferencia del Evangelio de san Mateo, hace énfasis exclusivamente en la vida pública de Jesús, abarcando desde su bautismo hasta su resurrección.

Por tal motivo, el Evangelio de san Marcos es considerado el más corto de todos los evangelios canónicos.

Evangelio de Lucas

El Evangelio según san Lucas es uno de los tres evangelios sinópticos del Nuevo Testamento. La forma en la que san Lucas relata en su evangelio los acontecimientos de la vida, obra y ministerio de Jesús de Nazaret es bastante neutral, siendo, quizás, la intención de Lucas la de exponer el mensaje de la salvación de manera que todos, paganos y judíos, pudieran entenderlo.

Evangelio de Juan

El Evangelio según san Juan es el último de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento. Este, a diferencia de los otros tres evangelios, goza de una particular singularidad en cuanto a su narrativa, simbología, cronología y estructura. Por tal motivo, el Evangelio según san Juan no es considerado un evangelio sinóptico.

Hecho de los Apóstoles

Hechos

El Libro de los Hechos, entendido como la segunda parte del Evangelio según san Lucas, tal y como la expresa su autor en el propio libro, centra su atención en el relato de la fundación de la Iglesia cristiana y la expansión del cristianismo por los dominios del Imperio romano.

En este sentido, el Libro de los Hechos relata la historia de la Iglesia en sus primeros años.

Epístolas de san Pablo

Romanos

La Epístola o Carta a los Romanos es la primera y la más larga de las epístolas paulinas, es decir, de aquellas escritas por Pablo de Tarso (siendo considerada por muchos eruditos como la obra maestra del apóstol Pablo).

1 Corintios

En la Primera Epístola a los Corintios, Pablo establece principios de orden y gobierno con la finalidad de corregir los desórdenes e impurezas hasta entonces permitidas en la Iglesia primitiva de Corinto.

San Pablo el Apóstol
San Pablo el Apóstol, obra de Claude Vignon (siglo XVII).

Para ello, Pablo auspicia la sabiduría dada por el Espíritu de Dios en detraimiento de la sabiduría meramente humana.

2 Corintios

La Segunda Epístola a los Corintios desarrolla las consecuencias, generalmente negativas, que acarrea la vida ministerial en el mundo.

Para ello, Pablo se utiliza a sí mismo como un claro ejemplo de las angustias, ataques y sufrimientos que puede vivir un cristiano a causa de su fidelidad al servicio de Cristo.

Gálatas

En la Epístola a los Gálatas, Pablo rechaza y aborrece el establecimiento de las obras de la ley como principal pilar de la conducta y el caminar de un cristiano.

Asimismo, Pablo resalta el hecho de que el sacrificio de Cristo debe ser visto como la redención y liberación de sus hijos de la servidumbre de la ley.

Efesios

La Epístola a los Efesios desarrolla la unión existente entre Cristo, la cabeza gloriosa y todos los creyentes, incluidos judíos y gentiles, quienes forman el cuerpo de Cristo.

Esta unión entre Cristo y la Iglesia, como si de un esposo y su esposa se tratase, da sentido a lo escrito en el Libro del Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento.

Filipenses

En la Epístola a los Filipenses, Pablo presenta la vida ministerial como una pista de carrera, cuyo desenlace lleva a la gloria de Dios.

Para el apóstol Pablo, un cristiano debe permanecer firme en su fe pese a cualquier humillación, adversidad y sufrimiento, pues tal resiliencia y firmeza glorifica a Cristo.

Colosenses

La Epístola a los Colosenses narra la adversidad que viven los santos en su vida terrenal. Pablo consuela a los creyentes sosteniendo que la provisión para soportar el camino a Cristo a través del mundo desolado viene dada desde lo alto.

1 Tesalonicenses

En la Primera Epístola a los Tesalonicenses, Pablo se dirige a la Iglesia primitiva de Tesalónica, aquella que había formado durante su corta estadía en dicha ciudad debido a la persecución que le aquejaba entonces.

Esta, a diferencia de las anteriores cartas, está llena de gozo y calidez, pues la palabra de Dios había sido bien recibida en Tesalónica.

2 Tesalonicenses

La Segunda Epístola a los Tesalonicenses advierte a la fiel congregación de Tesalónica de las inminentes tribulaciones que han de afrontar como asamblea de Cristo, haciendo un especial énfasis en el discernimiento espiritual y la firmeza como herramientas de defensa ante las artimañas del maligno.

1 Timoteo

En la Primera Epístola a Timoteo, Pablo aconseja a Timoteo para que tenga un sentido de responsabilidad y una conducta a la altura de los dones que le han sido dados por Dios.

2 Timoteo

La Segunda Epístola a Timoteo es enfática en cuanto a la fortaleza que todo creyente debe poseer en medio de las tribulaciones.

Pablo, quien se encontraba en prisión al momento de escribir la carta, anima a Timoteo a no sentir vergüenza por seguir los caminos de Cristo y a sobreponerse en contra de su propia timidez natural con firmeza y decisión.

Tito

En la Epístola a Tito, Pablo exhorta a Tito a vivir piadosamente y a practicar las buenas obras, invitándole, además, a no solo abstenerse a caer en pecado, sino también a luchar por aquello que es beneficioso para los demás miembros del cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia.

Filemón

La Epístola de Filemón relata el regreso de un esclavo fugitivo a la casa de Filemón, su amo. Este antiguo esclavo compartió prisión con Pablo, y, ahora que es libre, es la voluntad de Dios y de Pablo que sea recibido con alegría y gozo por Filemón, su esposa y por un compañero de milicia llamado Arquipo, así como también por toda la asamblea.

Hebreos

En la Epístola a Hebreos, Pablo (aunque no se deja expreso de forma explícita que haya sido su autor) enfatiza la esperanza celestial que debe poseer todo creyente que acepte haber sido redimido por Cristo en el sacrificio de la cruz.

Epístolas generales

Santiago

La Epístola de Santiago, generalmente atribuida a Santiago el Justo, exhorta a las comunidades judeocristianas de la Iglesia primitiva al correcto comportamiento y al respaldo de su fe mediante las buenas obras.

En este sentido, la carta de Santiago es, en todo momento, una invitación a la introspección y a la autoevaluación de la conducta del creyente desde una perspectiva judeocristiana.

1 Pedro

La Primera Epístola de Pedro está dirigida especialmente a los creyentes judíos dispersos en Asia Menor, siendo esto, más bien, una metáfora referida a todos los cristianos que caminan, como peregrinos, lejos del Reino de los Cielos.

San Pedro en lágrimas
San Pedro en lágrimas, obra de Bartolomé Esteban Murillo (años 16501655).

Su autor, el apóstol Pedro, exhorta a los creyentes a mantenerse firmes aún en medio de la persecución, así como también a imitar la correcta conducta de Cristo como método para alcanzar la santidad.

2 Pedro

La Segunda Epístola de Pedro narra la certeza del juicio venidero de Dios al final de los tiempos. El enfoque dado por su autor a los últimos días tiene como finalidad inspirar el santo temor de Dios en el corazón de los creyentes, esto con la esperanza de causar un efecto santificador y correctivo en las almas de sus lectores.

1 Juan

La Primera Epístola de Juan, cuya autoría se atribuye a san Juan el Evangelista, relata cómo todo hijo de Dios debe manifestar su cercanía al Padre mediante el amor a los demás, es decir, la caridad fraterna y la fidelidad a Jesucristo en su vida cotidiana.

Así, pues, para Juan, Dios es amor, y, como tal, todo aquel que diga ser creyente debe vivir en el amor.

2 Juan

La Segunda Epístola de Juan centra su relato en el peligro que representan las artimañas del maligno y en cómo este puede valerse de falsos maestros para negar la divinidad y humanidad de Jesucristo.

Esta advertencia gira en torno de la figura de la señora elegida, el destinatario de la epístola en cuestión, quien es advertida por Juan para que ni siquiera les dé bienvenida a los falsos maestros ni a sus doctrinas.

3 Juan

La Tercera Epístola de Juan enfatiza cómo todo reclamo en nombre de la verdad debe ir acompañaoa de amor. Y es que el amor y la verdad deben permanecer juntos en todo momento, uno como complemento de otro, pues en ello consiste la naturaleza misma de Dios.

Judas

La Epístola de Judas, cuya autoría se atribuye a san Judas Tadeo, es la última de las siete epístolas católicas o generales del Nuevo Testamento. Esta, aunque breve, exhorta fervientemente a los creyentes a luchar por la fe y a rechazar toda doctrina contraria a esta.

El Apocalipsis

Libro del Apocalipsis

El Libro de Apocalipsis (Revelación de Jesucristo), cuya autoría se atribuye a Juan el Evangelista y Apóstol, es el último de los 27 libros que conforman el Nuevo Testamento y el último de la Biblia cristiana en general.

Este libro es considerado un resumen profético del proceder de Dios hacia el hombre, haciendo un recuento desde el inicio de los tiempos hasta el final de los mismos, motivo por el cual es considerado el único libro de carácter profético del Nuevo Testamento.

Referencias

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