En el mundo, millones de personas prestan día a día sus servicios en distintas áreas para poder recibir una remuneración. Estos trabajadores llevan a cabo estos servicios en un periodo de tiempo en el cual desempeñan sus funciones para luego poder regresar a sus hogares.
Esto es lo que se conoce como jornada laboral, y es a través de esta que se definen las horas que una persona trabaja día a día, pudiendo generar ingresos basados en las horas diarias, semanales o mensuales relacionadas con los servicios prestados.
El tiempo de esta jornada laboral ha cambiado a lo largo de la historia, pues ha sido una lucha constante en la que, desde los tiempos de la Revolución Industrial, los trabajadores se manifestaban en pro de una jornada digna.
Definición de jornada laboral
Se entiende por jornada laboral el tiempo que un trabajador dedica para realizar las actividades laborales por las que ha sido contratado.
Esta jornada es contabilizada mediante el número de horas que el trabajador se encargue de prestar sus servicios, pudiendo dividirse en periodos diarios, semanales, mensuales o incluso anuales.
El horario correspondiente debe ser respetado por ambas partes según esté establecido en el contrato laboral. En la actualidad, generalmente la jornada tiene una duración de 8 horas diarias, aunque esto varía según el país y las normas laborales.
Significado de jornada laboral
Este término está compuesto por dos palabras con un origen similar:
- El vocablo jornada es un préstamo que probablemente se expandió desde el idioma occitano, específicamente de jorn (que significa día) y que a su vez proviene del latín diurnus (perteneciente a un día).
- Por otro lado, la palabra laboral viene del latín laboralis, que significa relativo al trabajo.
Por lo tanto, la jornada laboral, tal y como su etimología lo explica, es el tiempo del día que es empleado para realizar actividades laborales.
Historia de la jornada laboral
La lucha por la jornada laboral tiene sus inicios en la época de la Revolución Industrial. Este periodo hizo posible la industrialización a gran escala, permitiendo un gran cambio en el mundo.
Evidentemente, las nuevas maquinas que estaban comenzando a emplearse requerían de personas que dedicaran su tiempo a operarlas. Estas personas provenían principalmente del campo, y llegaban a la ciudad en busca de nuevas oportunidades.
Dado que no existían negociaciones de contrato colectivo ni leyes para proteger a los trabajadores, desde un principio se enfrentaron a largas horas de trabajo en condiciones muy precarias y desiguales, pues las compañías priorizaban el trabajo continuo de sus maquinarias para poder obtener más beneficio.
Debido a esto, un trabajador podía tener una jornada de hasta 15 horas los 7 días de la semana, una terrible explotación laboral a la que estuvieron sometidos incluso los niños, ya que solían trabajar las familias enteras.
Este malestar fue poco a poco solucionado, primeramente en Inglaterra con las distintas actas de fábrica que durante el siglo XIX regulaban la edad mínima, horas de trabajo o condiciones dentro de las instalaciones.
Sin embargo, la jornada laboral seguía teniendo una duración de hasta 10 ó 12 horas, lo que hizo que muchos trabajadores adoptaran las florecientes ideas socialistas y que en general se manifestaran por su bienestar.
Así, exigían una jornada de 8 horas formada por 8 horas de trabajo, 8 de entretenimiento y 8 de descanso, hasta el punto de que, para finales del siglo XIX y principios del siglo XX, eran muy comunes las huelgas exigiendo sus derechos.
Al respecto, cabe destacar la revuelta de Haymarket en Chicago, una serie de protestas entre el 1 y el 4 de mayo de 1886 exigiendo la jornada de 8 horas. En estas manifestaciones, un policía y varios obreros murieron en enfrentamientos. En su conmemoración, el primero de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, en el Tratado de Versalles se recomendó una jornada máxima de 8 horas, y posteriormente fue reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos tras la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, lo habitual es que la jornada laboral sea de 8 horas al día y 48 horas semanales u 8 horas diarias y 40 horas semanales (con uno o dos días de descanso). Esto puede variar por países, aunque aún existen casos de altas jornadas laborales que conllevan la explotación.
En el mundo contemporáneo, algunos países y organizaciones han optado por reducir aún más la jornada laboral de 8 horas, optando por 6 horas diarias y 30 horas semanales, o incluso 6 horas diarias con una jornada de 4 días a la semana.
Importancia de la jornada laboral
La jornada laboral establece el tiempo en el cual el trabajador se dedica a prestar su labor, al igual que su correspondiente pago.
Es importante que exista una jornada laboral definida, pues solo así se garantiza la integridad del empleado, evitando que sufra de explotación laboral al realizar actividades por un tiempo excesivamente alto.
Mediante la jornada laboral, tanto empleado como empleador son conscientes del tiempo a prestar o recibir servicios, por lo que se respalda el tiempo correspondiente a través de las normas laborales.
Los límites y derechos actuales no han sido fáciles de establecer, pues ha sido un proceso constante en el que los trabajadores se manifestaron durante décadas con el objetivo de obtener bienestar laboral y poder tener una vida digna.
Tipos de jornada laboral
Aunque las leyes que definen la jornada laboral pueden variar por país, en general se clasifican según el periodo de tiempo en el que el trabajador realice su labor:
- Jornada diurna: comprende el periodo de tiempo en el que se trabaja durante el día. Generalmente está definido entre las 6:00 y las 20:00.
- Jornada nocturna: está formada por el periodo de tiempo en el que el trabajador presta servicios durante la noche. En muchos países, la existencia del trabajo nocturno se refuerza con un mayor salario por hora de trabajo o una reducción de las horas de trabajo.
- Jornada mixta: este trabajo combina los dos casos anteriores, de tal modo que el trabajador comienza a trabajar en algún momento de día hasta ciertas horas de la noche (o viceversa), siempre y cuando no exceda de las 8 horas.
También existen casos donde se avalan las horas extras trabajadas. Estas horas extraordinarias tienen un valor superior a la hora de trabajo establecida y su realización debe ser voluntaria.
Referencias: