El siguiente artículo tiene como finalidad exponer un repaso histórico sobre los cabildos, es decir, sobre aquellas instituciones gubernamentales que ostentaron el control y la administración política, económica y social de las ciudades y territorios que conformaban un virreinato en el marco del régimen político español en América.
Se hará especial énfasis en los cabildos más relevantes del actual territorio de la República Argentina, llamado en aquel entonces Virreinato del Río de la Plata.
Funciones de los cabildos en América Latina durante la época colonial
Los cabildos coloniales, o simplemente cabildos, constituyeron la base de la estructura política y gubernamental del colonialismo de España en América Latina.
Estos se basaban en la doctrina jurídica del derecho indiano, el cual rigió las Indias Occidentales durante el periodo colonial de la monarquía española.
En cuanto al ejercicio de sus funciones respecta, cada cabildo tenía un alto nivel de jurisdicción económica, social y política sobre una ciudad específica perteneciente a algún virreinato del Imperio español en América:
- En el campo económico, los cabildos fungían como reguladores del comercio de la ciudad, desempeñándose como los encargados del control de pesas, medidas, precios y aranceles.
- En el campo social, regían la moral pública, el bienestar general, la salud, la educación y las buenas costumbres.
- Y, por último, en el campo político funcionaban como portadores de la base jurídica, lo cual les permitía expandir y defender sus límites jurisdiccionales las veces que fueran necesarias.
El ingreso económico de los cabildos dependía en gran medida de impuestos y aranceles, como el arrendamiento del ejido, el control de las actividades comerciales, el otorgamiento de licencias, el cobro de derechos de la casa, multas y otros tipos de sanciones.
En ciertas situaciones, los cabildos podían solicitar contribuciones extraordinarias a los ciudadanos que se encontrasen bajo su jurisdicción.
Finalmente, en cuanto a historia política respecta, los cabildos, como institución gubernamental, destacan de manera particular, pues dieron continuidad al antiguo protocolo público de las monarquías europeas.
De esta manera, mantuvieron signos del vasallaje como, por ejemplo, los juramentos, invocando a Dios como testigo y, al mismo tiempo, dieron vida a una nueva retórica política, proponiendo conceptos como la división de poderes y cargos como presidente, vicepresidente, vocal y ministro.
Origen y evolución de los cabildos en América Latina
El origen de los cabildos se remonta a la Baja Edad Media, en España —que, por aquel entonces, no era una monarquía centralizada sino un conjunto de distintos reinos autónomos e independientes entre sí—, donde un pequeño grupo de hombres liderados por un caudillo se reunían para escoger a las autoridades políticas de su ciudad.
Estas reuniones eran llamadas cabildo o cabildo abierto en el caso de que el motivo de las mismas fuese escoger a los representantes de las asambleas generales del reino, es decir, las Cortes.
Hacia el siglo XIV, las pequeñas ciudades administradas por los cabildos comenzaron a fortalecerse hasta el punto de ser consideradas ciudades autónomas.
Así, el rey, o en su defecto el fundador de la ciudad, designaba a los miembros del primer cabildo. Tiempo después, cuando el mandato de los primeros cabildantes culminaba, estos eran los responsables de escoger a sus sucesores.
Es preciso destacar que no todos podían aspirar a ser cabildantes, pues para ello se requería poseer la calidad de vecino de la ciudad (una investidura social que recibían todos aquellos que tuviesen una sana relación con sus congéneres, posesión de tierras y descendencia legalmente constituida).
Cuando la hegemonía política de las Coronas españolas arribó a América, el sistema de gobierno peninsular de los cabildos fue implementado de igual manera en las colonias españolas.
Así, los cabildos y sus cabildantes ayudaban a los virreyes a gobernar en nombre del rey, aunque con el pasar de los años, y a medida que los cabildos ganaban mayor autonomía y soberanía, estos comenzarían a considerar la opción de autogobernarse.
En este sentido, los cabildos, los cuales inicialmente formaban parte del sistema monárquico español, sentaron las bases políticas y gubernamentales sobre las cuales se erigirían las actuales naciones hispanoamericanas.
Cabildos más destacados de la Argentina durante su periodo colonial
Estos fueron algunos de los cabildos más relevantes en la historia de Argentina durante su periodo colonial y guerra de independencia:
Cabildo de Buenos Aires
Fundado en 1580 por el hidalgo español Juan de Garay, el Cabildo de Buenos Aires, en aquel entonces Cabildo de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora del Buen Ayre, funcionó como cabildo colonial desde su institución hasta la Revolución de Mayo, en 1810.
Revolución que causaría la destitución del virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros y daría inicio a la guerra de independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual República Argentina.
Cabildo de Luján
El cabildo de Luján, construido, en 1792, en la ciudad bonaerense de Luján, funcionó como casa capitular, escuela y cárcel desde su fundación hasta la disolución del Virreinato del Río de la Plata, en mayo de 1810.
En la actualidad, es recordado por ser el primer ayuntamiento en reconocer a la Primera Junta de Gobierno.
Cabildo de Córdoba
Fundado a principios del siglo XVII, el Cabildo de Córdoba, ubicado en la ciudad argentina del mismo nombre, fue un importante centro de actividad cívica durante la época colonial de Argentina.
Como institución y edificio gubernamental, el Cabildo de Córdoba ha ostentado distintas funciones desde su inauguración, en 1610, hasta la actualidad.
Destaca de manera de particular el uso que se le dio durante la dictadura militar del PRN en Argentina, periodo (1976–1983) en el que sería utilizado como sede del Departamento de Informaciones de la Policía Provisional y como centro clandestino de detención, tortura y exterminio (véase Abuelas de Plaza de Mayo).
Cabildo de Salta
El Cabildo de Salta funcionó como sede de las autoridades políticas y edificio gubernamental desde 1626 hasta 1888, estando al servicio, inicialmente, de los reyes de España y, posteriormente, de los distintos gobiernos surgidos tras la Revolución de Mayo, en 1810.
Actualmente, el Cabildo de Salta es sede del Museo Histórico del Norte (en la planta baja) y del Museo Colonial y de Bellas Artes (en la planta alta).
Referencias: