Cuando un rey o monarca no pueda mantenerse en el poder debido a incapacidad, inestabilidad u otras razones y decide renunciar, nos hallamos ante una abdicación. A lo largo de la historia se han dado muchos de estos casos, y aunque la palabra ha sido usada en otros contextos, es en términos monárquicos en la que ha perdurado.
Definición de abdicación
En términos dinásticos, abdicar se refiere al acto de declinar la soberanía, es decir, cederla a través de la renuncia. Por lo tanto, al renunciar la persona que ostentaba el cargo pierde todos sus derechos y ventajas sobre el mismo.
Generalmente, los monarcas gobiernan durante el transcurso de su vida, pero al decidir abdicar están renunciando a todo cargo antes de que expire el tiempo que les corresponde gobernar.
Históricamente, la palabra abdicar ha tenido otros significados en otras áreas, como desposeer a un miembro de la familia o desheredar a un hijo, pero con el tiempo ha perdurado exclusivamente el concepto de renunciar a un poder supremo.
Significado de abdicación
Al igual que muchas palabras relacionadas con las leyes y la monarquía, abdicar viene del latín, específicamente de la palabra abdicare. Esta se encuentra estructurada de la siguiente manera:
- El prefijo ab-, que significa separación o privación.
- El verbo dicare, que quiere decir consagrar o destinar algo.
Por lo tanto, abdicar se refiere a renunciar al derecho o cargo adjudicado, una medida que priva a esta persona del puesto que estaba desempeñando.
Abdicaciones en la historia
Con tantas monarquías que han integrado la historia de la humanidad, es evidente que en más de una ocasión se ha dado el caso concreto de que el monarca en funciones debe renunciar por una razón en específico.
Un ejemplo notorio en tiempos de la antigua Roma corresponde a Sila (138–78 a. C.), uno de los políticos y militares más destacados de la historia.
Así, resultó victorioso en muchas campañas militares, hasta el punto de marchar hasta Roma para hacerse con el poder, siendo así dictador con un poder ilimitado. Finalmente, para sorpresa de todos decidió abdicar de su dictadura y se retiró del poder, una decisión que ha causado mucho debate.
El emperador romano Diocleciano, quien reinó entre los años 284 y 305, decidió abdicar debido a que se encontraba gravemente enfermo y no podía continuar gobernando, por lo que tomó la decisión de retirarse.
Uno de los casos más inéditos y contemporáneos respecto a las abdicaciones corresponde al monarca Eduardo VIII del Reino Unido. En 1936, decidió abdicar al trono para poder casarse con Wallis Simpson, una mujer divorciada. Esto causó una gran crisis en el reino, pues pasó por alto todo el protocolo real. Además, es el único caso en el que un monarca en el Reino Unido ha renunciado voluntariamente a la corona.
En el mundo moderno, las monarquías que aún existen han afrontado recientemente este proceso. Por ejemplo, en el año 2013 el papa Benedicto XVI renunció al papado debido a su avanzada edad y deteriorada salud.
Un año más tarde, el rey de España, Juan Carlos I, abdicó a favor de su hijo debido a su avanzada edad y a diversos escándalos personales.
En el año 2017, el emperador de Japón Akihito manifestó su intención de renunciar por su edad, y tras haber sido aprobada su abdicación por la Dieta (parlamento japonés), su hijo Naruhito le sucedió desde 2019.
Causas de una abdicación
Las razones por las que un monarca decide dejar el poder pueden ser muchas, siendo las más comunes la avanzada edad o problemas de salud.
En la antigüedad no era común que un rey abandonara el cargo debido a su edad, pues se encargaba de gobernar hasta su muerte. En épocas actuales, y debido a un mayor sentido común, es frecuente que abandonen el puesto para dar paso a un liderazgo más capacitado.
Otras razones involucran hostigamiento: en muchos casos, los monarcas son amenazados por una fuerza extranjera o por fuerzas internas bastante influyentes, por lo que pueden ser obligados a dejar el cargo.
En el caso de las monarquías parlamentarias actuales, los monarcas son capaces de dejar el poder debido a la poca popularidad que tienen entre la población.
Debido a las medidas que toman o a su personalidad, no son del agrado de la gente, por lo que, para evitar seguir desprestigiando la imagen de la casa real, abdican en favor de su hijo.
Características de una abdicación
Puede ser voluntaria o no voluntaria
En la mayoría de los casos, el rey decide dejar el poder voluntariamente, pero también existe la posibilidad de que reciba amenazas de una fuerza mayor para dejar el cargo.
Es irreversible
Cuando el rey decide abdicar y su renuncia se hace efectiva, no puede volver al poder. Hay casos concretos donde el rey obligado a renunciar logra retomar el control por medio de la fuerza
Ha estado presente en toda la historia
Desde el surgimiento de los primeros reinos, ha habido casos en los que el rey en funciones no puede continuar, por lo que esta necesidad de dejar el cargo ha estado presente desde hace miles de años.
Otros usos del término abdicar
La palabra ha perdurado en el sentido del que hemos hablado en este artículo, pero ha tenido muchos otros significados, especialmente en el derecho romano, donde se utilizaba en casos de abandonar, desposeer o desheredar a un hijo u otro miembro de la familia.
No solo está relacionado al entorno familiar, pues también se usa en esta rama del derecho para rebajar a una persona de su condición, derechos o facultades. Ante esto, sinónimos de la palabra serían renunciar, desistir o abandonar.
También es común utilizarla en relaciones de poder o instituciones jerárquicas con mucha relevancia.
Referencias:
- Etimología de abdicar. DeChile.net.
- Significado de abdicar. Significados.
- Abdicación. Wikipedia.
- Definición de abdicación. Definición.de.